El coronavirus superó las capacidades de los ministros de salud en América Latina. La pandemia les quedó grande a a sus pericias administrativas y médicas.
RL / Idaed / Gestión.
A un año del primer caso en la región —26 de febrero en Brasil— la silla de quienes ostentan el cargo gira una y otra vez a raíz de los fallos estratégicos para combatir la enfermedad, abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario público y malversación.
Es un cargo volátil. La presión por las muertes y los contagios calientan a diario los despachos donde se toman las decisiones sobre el manejo de los recursos humanos y financieros destinados al control del virus. Juan Carlos Zevallos en Ecuador y Plutarco Arias en República Dominicana, son los dos nuevos ministros de salud que experimentan esa realidad.
Ambos salieron de sus carteras dejando una estela de conflictos en su entorno. Zevallos será indagado por la Fiscalía por un supuesto tráfico de influencias, luego de quevarios de sus familiares fueran vacunados con las primeras dosis importadas por el gobierno. Y Arias desde su cuenta en Twitter abandonó su puesto por ser blanco de “extorsiones y amenazas”.
Las cabezas de la lista
El ranking de los despedidos en Latinoamérica lo encabeza Perú. El 20 de marzo del año pasado, la titular del ministerio de salud en el país inca, Elizabeth Hinostroza, salió a sólo cuatro meses de su designación por “escasa preparación del para enfrentar la emergencia”.
Al día siguiente en la región rodó la cabeza de su par en Ecuador, Catalina Andramuño, después de nueve meses en el cargo. Para ella, “enfrentar una emergencia sanitaria sin recursos es complicado”. Su vacante la asumió Zeballos, el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de las Américas, experto en epidemiología que también acabada de ser revocado.
En El Salvador, el mandatario Nayib Bukele sustituyó en aquel mismo momento a la ministra Ana Orellana por Francisco Alabi. Orellana se desempeñaba como la jefa de la cartera de salud desde el primero de junio de 2019 pero su destitución se originó porque «la prioridad es la vida de los salvadoreños».
Dos meses después, en mayo, en las Bahamas, Duane Sands, renunció a sus responsabilidades por violar protocolos sanitarios en el desembarco de residentes.
Desde entonces, las polémicas no cesan. En Bolivia, Jeanine Añez, designó el 28 de mayo pasado a Eidy Roca como la nueva ministra de Salud porque Marcelo Navajas, quien ocupara ese cargo durante poco más de un mes, incurrió en la compra de 170 ventiladores mecánicos con sobreprecio. Navajas además de dejar el cargo está detenido.
En Brasil, dos ministros en menos de un mes renunciaron. Luis Henrique Mandetta estuvo al frente del Ministerio de Salud desde enero de 2019 hasta abril de 2020 cuando fue sustituido por Nelson Teich y detrás de Teich ascendió Eduardo Pazuello, general del Ejército.
Panamá también forma parte de la lista. El gobernante del país, Laurentino Cortizo, destituyó a la doctora Rosario Turner en junio porque estaba “cansada”.
Y Jaime Mañalich dejó su cargo en Chile después que un reportaje reveló que el Departamento de Estadísticas adscrito a su despacho entregaba informes sobre muertes por COVID-19 diferenciados a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la ciudadanía.
Mañalich, defensor de las «cuarentenas móviles”, una medida que implicaba aplicar restricciones a ciertos barrios de las ciudades en lugar de cierres totales dejó su oficina a Enrique Paris.
Vacunas secretas con precio
Pero las irregularidades en la distribución de las vacunas es la causa de despido sin contemplaciones que está vigente. Argentina y Perú son la evidencia.
En Argentina, el caso salió a la luz hace menos de dos semanas cuando el periodista Horacio Verbitsky, de 79 años, confesó que se vacunó sin esperar su turno porque se lo pidió a su “viejo amigo” Ginés González García. Este amigo era el ministro de Salud, quien tuvo que renunciar y enfrentará a la justicia por sus hechos.
Una semana antes, Perú se despertó con el denominado “vacunagate”, una trama que permitió que 487 funcionarios entre políticos y hasta el expresidente Martín Vizcarra recibieran vacunas antes que el personal médico,
La ahora exministra Pilar Mazzetti presentó su renuncia para frenar la tormenta política generada por el escándalo de las vacunas VIP y convirtió a Óscar Ugarte en el quinto titular de Salud en Perú en pandemia después del paso de Hinostroza, Mazzetti, Víctor Zamora y Abel Salinas precisa Gestión.
Ruleta sin resultados
Las salidas de los ministros de salud en Suramérica no traducen resultados positivos. En el caso de América Latina, Brasil es el país con más muertes por covid-19; le sigue México y en tercer lugar está Colombia, según el más reciente balance de la Universidad Johns Hopkins citado por Semana.
Brasil registra 255.720 muertes y 10.587.001 han contraído la enfermedad. En México, la cifra de contagios ronda los 2.089.281 y de ellos 186.152 perdieron la vida.
En Colombia, que aparece en el tercer lugar con más muertes con un reporte de 2.255.260 casos confirmados de los que 36.709 están activos, 2.151.633 se recuperaron y los decesos llegan a 59.866.
En el cuarto lugar con más muertes está Argentina, con 2.112.023 casos y 52.077 muertos. Le sigue Perú, que reporta 1.332.939 de contagiados y 46.685 fallecimientos, y en el sexto lugar Chile con 832.512 casos y 20.684 muertes.
En el séptimo, octavo y noveno lugar están Ecuador, Bolivia y Guatemala, con 286.725, 249.767 y 174.653 casos de COVID-19, respectivamente, y 15.850, 11.666 y 6.402 muertes, respectivamente. Finalmente, en el décimo lugar está Panamá, que reporta 341.420 contagios y 5.858 muertes.
Más problemas
A ese contexto se suma la probabilidad de una tercera ola como consecuencia de las nuevas mutaciones con la llegada del otoño a varios países de América Latina como Chile y Argentina.
Evitar más complicaciones depende de “medidas estrictas más focalizadas y dejar la economía funcionando donde se pueda pero el gran problema en América Latina ante la tercera ola es la falta de vacunas” analiza la agencia DW.
Inmunizar, por ejemplo, a los más débiles o a los más ancianos tendrá un impacto en la mortalidad, pero para que haya un impacto en la transmisión tardará lamentablemente un poco más estima el medio alemán porque “en América Latina, por la escasez de vacunas, más la ausencia de una infraestructura que permita acelerar la vacunación, el desafío es muy grande”.
Sin embargo, el programa Covax, creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la Alianza para las Vacunas GAVI para distribuir vacunas anti-COVID en todo el mundo, anunció que enviará a países latinoamericanos 26 millones de vacunas, principalmente de AstraZeneca, entre marzo y mayo.
Una lista de espera
De acuerdo con la lista de distribución del Covax divulgada por El Mostrador 18 países latinoamericanos están entre los 142 que recibirán las primeras 237 millones de dosis que gestionará el ente de las Naciones Unidas durante los próximos tres meses.
Colombia recibirá más de dos millones de dosis mientras que a a Brasil se otorgarán 9,1 millones y México 5,5 millones.
Por su lado, Argentina recibirá 1,9 millones de dosis; Perú, 1,2 millones; Chile, 818.000; Ecuador, 756.000; Bolivia, 672.000; Paraguay, 304.000; y Uruguay, 148.000. De Venezuela no hay noticias positivas porque no figura debido a que “los datos no están muy claros”.
En Centroamérica, Costa Rica recibirá hasta mayo 218.000 dosis, El Salvador unas 225.000 y Guatemala 724.000. Y Honduras (424.000), Nicaragua (432.000) y Panamá (184.000) junto a República Dominicana tendrá 463.000.
Cuba no recibirá ninguna dosis porque decidió no unirse a Covax a diferencia de países como Bangladesh, Indonesia, Nigeria y Pakistán que cada uno recibirá 10.000.000 de vacunas.