En el estado Zulia, la violación sexual se ha convertido en el delito que más ha afectado a niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ), situación que preocupa por el impacto en la población más vulnerable.
RL / Idead / Observatoriodeviolencia.org
En el manual denominado “Clasificación Internacional de Delitos con Fines Estadísticos”, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) -por sus siglas en inglés-, de marzo de 2015, se define a la violación de la siguiente manera: “penetración sexual sin consentimiento válido o con consentimiento obtenido mediante intimidación, fuerza, fraude, coacción, amenazas, engaño, uso de drogas o alcohol, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de beneficios”.
De acuerdo al monitoreo de prensa realizado por el Observatorio Venezolano de Violencia en Zulia (OVV Zulia), entre enero y octubre de 2021, ocurrieron 20 casos de violaciones sexuales en NNAJ, los cuales, al discriminarlos por municipio, se determinó que Maracaibo suma la mayor cantidad con 6, que representa el 30%; seguido de Colón, con 3 (15%); San Francisco, con 2 (10%); Machiques de Perijá, con 2 (10%); Francisco Javier Pulgar, con 2 (10%); Catatumbo, con 1 (5%); La Cañada de Urdaneta, con 1 (5%); Lagunillas, con 1 (5%); Rosario de Perijá, con 1 (5%); y no se informa el municipio, con 1 (5%). En promedio, sucedieron 2 casos mensualmente.
Las parroquias que más casos registraron fueron: Domitila Flores (municipio Maracaibo), Francisco Eugenio Bustamante (municipio Maracaibo) y Moralito (municipio Colón); cada una con 2. Con relación al sexo de las víctimas, 17 casos (85%) fueron de sexo femenino y 3 (15%) de sexo masculino.
Con respecto a la edad de las víctimas, la revisión arrojó que un 59% de los casos involucra a niños entre 0 y 11 años, 38% adolescentes entre 11 y 17 años y 3% de los afectados son jóvenes que están entre los 18 y 24 años.
En cuanto al lugar de ocurrencia de las violaciones sexuales a NNAJ, el 100% de los casos ocurrieron en la misma zona donde vivían las víctimas, discriminados así: en el hogar de la víctima 90,91% y en espacios abiertos cercanos a la vivienda de la víctima 9,09%.
“Surge un dato preocupante que habla a las claras de que el victimario estaba dentro o próximo de la casa y que, por tanto, tiene una relación cercana con la víctima; es decir, es un familiar o un conocido de la zona de habitación”. Precisó, Jorge Govea, coordinador del equipo OVV Zulia, agregando que los victimarios, para cometer el delito, utilizaron en un 94,74% la fuerza física y en un 5,26% un objeto cortante o punzante.
Según Govea, resulta importante considerar, por otra parte, la problemática de la violación sexual en NNAJ desde la perspectiva del victimario. Las cifras durante el 2021 dieron una responsabilidad mayor a quienes son altamente conocidos por las víctimas. Para el coordinador del OVV Zulia, preocupa cómo se distribuyeron estos porcentajes relacionados con los generadores de este delito, los cuales resultaron así: otro miembro del hogar 36,36%; pariente consanguíneo 27,27%; vecino 18,18% y otro transgresor conocido por la víctima 18,18%.
“Es decir, todos conocían a la víctima, pero resalta de manera importante el hecho, nada despreciable, que el 27,27% fueron victimarios familiares directos e incluso padres biológicos de NNAJ. Pero si sumamos que esos victimarios eran otros miembros del hogar más parientes de vínculos consanguíneos, la cifra nos arroja un impresionante 63,63%”.
Acotó Govea, que casi un tercio de los violadores eran, precisamente, los individuos que debían cuidar, proteger y amar a estos segmentos de la población especialmente vulnerables. “La familia se tornó en su propio enemigo, en un espacio inseguro, en un factor de riesgo importante, para colmo en un contexto de emergencia humanitaria compleja, donde, por cierto, esos mismos NNAJ están llevando la peor parte en cuanto a la violación constante de sus derechos humanos a la vida, a la integridad personal, a la salud, al libre desenvolvimiento de su personalidad y la educación”. Resaltó Govea.
Para finalizar, el coordinador del OVV Zulia aseguró que esas violaciones pudieron prevenirse, pues son situaciones que jamás debieron suceder, ya que marcan determinantemente la biografía, la vida, de cada ser humano que la padece, y más si son NNAJ.