1 mayo, 2024 10:12 pm

Venezolanos esperan a que llueva para poder tener agua ante las fallas del servicio

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Un sistema de tuberías obsoleto, una planta de tratamiento que no cuenta con suficientes bombas para su correcto funcionamiento y la falta de planes de contingencia hacen de ciudades como Maturín, en el estado Monagas en Venezuela, una ciudad desabastecida en cuanto al servicio de agua. De acuerdo con el Observatorio de Gestión Pública (OGP), 32 % de la población de la capital monaguense depende del bombeo de la planta potabilizadora del Bajo Guarapiche.

EB / Idaed / albertonews

La escasez de agua en Maturín, sobre todo en la zona centro de la ciudad, es un problema denunciado frecuentemente por los ciudadanos.

La intermitencia del servicio debido a las fallas que registra la planta potabilizadora del Bajo Guarapiche dificulta el bombeo de agua por tuberías hacia las parroquias San Simón, Altos de los Godos, Las Cocuizas y Boquerón, las cuales se abastecen del río Guarapiche a través de la planta potabilizadora.

La falta del servicio ha obligado a los habitantes de estas zonas a buscar otras opciones como: la compra de agua a camiones cisternas, caminar hacia tomas de agua cercanas y, la más rudimentaria, esperar a que llueva para llenar recipientes de plástico y poder tener un poco de agua, pues no todos tienen el poder adquisitivo para pagar en divisas o al cambio el costo de llenado de un tanque.

Abastecerse del vital líquido a través de un camión cisterna varía entre cinco y 15 dólares, dependiendo de la cantidad de recipientes a llenar y la capacidad del tanque. Para llenar un tanque de 1000 litros, los cisterneros cobran aproximadamente 10 dólares, así lo han comentado los habitantes de la parroquia Altos de los Godos.

«Por aquí tenemos años que no sabemos lo que es agua por regadera. Siempre hemos comprado el vital líquido, cuando se podía, porque ahora cobran por llenar un tamborcito cinco dólares y no todos tenemos para pagar cinco dólares semanales, porque lo que dura un tambor es eso, una semana. Cuando llueve aprovechamos de llenar y usamos esa agua para la poceta o para limpiar”, comenta Oneida Perdomo.

El agua que llega desde la planta del Bajo Guarapiche no siempre está limpia, incluso los habitantes de sectores como Alberto Ravell, Brisas del Orinoco y Casco Central aseguran que el líquido que sale por las tuberías tiene tierra.

Cuando abren la planta el líquido potable que llega a mi casa es charco, se le ve la tierra. Yo he llenado tobos blancos y cuando cae el agua eso se ve marrón, pareciera que no están tratando el agua sino que la están mandando cruda. Debería ser agua potable, pero si tomamos o nos bañamos con esa agua nos puede dar una infección”, afirma Adelaida Benavides.

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