La producción de crudo de Venezuela podría incrementarse en al menos 400.000 barriles por día (bpd) si Estados Unidos revisa un conjunto de licencias y permisos otorgados a compañías socias de PDVSA en empresas mixtas, dijo el presidente de la cámara petrolera local.
Idaed / Yahoo
Con ese incremento, la producción de crudo venezolano, que en enero promedió 755.000 bpd según cifras oficiales, podría acercarse a 1,2 millones de bpd, agregó Reinaldo Quintero.
Funcionarios estadounidenses se reunieron el fin de semana en Caracas con el presidente Nicolás Maduro y plantearon que Venezuela suministre al menos una porción de sus exportaciones de crudo a Estados Unidos como parte de cualquier acuerdo para aliviar las sanciones impuestas al país miembro de la OPEP.
“Con la capacidad que tenemos, podemos insertar unos 400.000 barriles por día”, dijo el empresario a periodistas.
La extracción de crudo aumentó un 12% el año pasado frente a 2020, a 636.000 bpd, frenando la caída libre de la producción y exportaciones desde que Washington impuso sanciones a PDVSA.
Con la flexibilización de las sanciones se podría añadir hasta 1 millón bpd más, dijo Quintero.
Analistas y expertos han sido menos optimistas al decir que sin una inyección fuerte de capital y la llegada de taladros de perforación, Venezuela alcanzará pronto una capacidad de producción en torno a 1 millón de bpd y no podrá subir más.
Años de desinversión, mala gestión y, más recientemente, las sanciones estadounidenses, han golpeado fuertemente la producción petrolera de Venezuela, que a finales de la década de 1990 alcanzó los 3,7 millones de bpd.
El año pasado, pequeñas empresas de servicios petroleros que aceptaron pactos con la estatal PDVSA para pagos de deuda ayudaron a reanimar la producción, a lo que se sumó un contrato clave con Irán para el suministro de diluyentes, con el fin de producir crudos de exportación. Pero el país aún no ha logrado alcanzar 1 millón de bpd de producción mensual.
Si Washington sigue adelante con una revisión de licencias, empresas como Chevron Corp, que es el último productor estadounidense operando en Venezuela, podrían ser las primeras beneficiarias. A la compañía no se le permite desde 2020 comercializar el petróleo venezolano producido por sus empresas mixtas.