28 abril, 2024 12:13 am

¿Saab, el de antes? ¿Saab, el de ahora? «habrá nuevas sorpresas»

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Por Eligio Damas

Sobre Alex Saab nunca antes había opinado o mejor hablado o escrito. Puedo asegurar que, en mi archivo de artículos, su nombre no aparece. Nunca hasta ahora le he prestado atención y menos considerado pertinente para hacerlo. Ahora, no por él, sino por el desarrollo de los acontecimientos, le he prestado, digamos que, por demás significativa atención .

En relación con el personaje hay dos versiones. La primera de ellas, derivada de las acusaciones que contra él hace Estados Unidos y la oposición radical, se refiere a «un delincuente». Para el gobierno gringo, quien le detuvo en Cabo Verde, un espacio ajeno a su jurisdicción, sobre él pesan acusaciones de «lavado de activos, conspiración para delinquir, enriquecimiento ilícito, exportaciones e importaciones ficticias y estafa agravada».https://www.google.com/search?q=cargos+estadounidenses+contra+alex+saab&oq=&gs_lcrp=EgZjaHJvbWUqCQgFECMYJxjqAjIJCAAQIxgnGOoCMgkIARAjGCcY6gIyCQgCECMYJxjqAjIJCAMQIxgnGOoCMgkIBBAjGCcY6gIyCQgFECMYJxjqAjIPCAYQLhgnGMcBGOoCGNEDMgkIBxAjGCcY6gLSAQk5NTQzajBqMTWoAgiwAgE&sourceid=chrome&ie=UTF-8

Lo anterior lo he tomado de las redes como respuesta a una pregunta que formulé; por eso lo pongo en negritas y entre comillas, pues como ya dije, antes no había prestado atención en detalle a lo que al personaje en cuestión concierne.La oposición radical venezolana por su parte, le califica de narcotraficante a gran escala y hasta «de presunto testaferro de Maduro», como lo hace el diario madrileño «El País», cuando hace mención al intercambio de prisioneros, resultado de las conversaciones en marcha entre el gobierno de Biden y el de Venezuela. Es bueno tomar en cuenta que, la nota del diario español es redactada por su corresponsal en Venezuela, Alonso Moleiro, con vínculos muy conocidos con la oposición más radical, cuya narrativa suele estar impregnada de los intereses políticos de ésta.https://elpais.com/america/2023-12-20/estados-unidos-libera-a-alex-saab-supuesto-testaferro-de-maduro-a-cambio-de-estadounidenses-presos-en-venezuela.html

La otra versión, procedente del gobierno y de la cual se han hecho eco muchas personas, no sé si con el necesario conocimiento, fundamento, buena fe o simplemente asumir como suya la narrativa emanada del sector oficial, se trata de un empresario, ciudadano de nacionalidad colombiana que, en los momentos de mayor crisis en Venezuela, cuando la producción había caído a niveles muy bajos y resultaba difícil importar, dado las trabas derivadas de las sanciones, hasta productos alimenticios de consumo cotidiano y masivo logró, por sus gestiones e inversión, romper algunas barreras y lograr que estos llegasen a llenar las bolsas Clap.

Según esta última versión, la que hasta ahora he asumido como la sensata, se trata pues de un inversionista, quizás audaz que, en medio de aquello, percibió la forma de hacer «un negocio», lo que en la lógica del capital, hasta los opositores que lo descalifican admiten como valedera. No obstante, contada de esa manera, tanto a EEUU como a la oposición venezolana no le conviene, pues le convierte hasta en un héroe, de esos románticos como Robín Hood.

De donde, para rebajarle «la nobleza» y «buena intención», derivada de la versión gubernamental había que convertirle en un vulgar delincuente.Es conocido como ingleses y norteamericanos, durante la guerra de independencia nuestra, hacían negocios, incluso de armas, tanto con españoles como patriotas. Los negocios y los negociantes privilegian, por encima de todo, lo relativo a la ganancia, al «¿cuánto hay pa´eso?» Y es normal que los beneficiados se muestren agradecidos.

Advierto que poco soy dado a convertirme en portavoz de lo que desconozco o aquello de seguir línea de partido. Por algo «nunca he sido candidato a nada»; en los partidos en los cuales milité, sobre todo en el MVR y PSUV, no fui tomado en cuenta para nada por discrepar de fracciones enfrentadas y, por mi formación académica, en el área de la docencia, no repito lo que no sé con exactitud, lo que demandan mis exigencias y posibilidades, como nunca intenté convertir a mis alumnos en repetidores de mis opiniones y creencias; siempre trabajé en función que ellos elaboraran su propias ideas y discursos.

No sé las intimidades del asunto. No tengo elementos de juicio ni informaciones abundantes y menos serias para pronunciarme radicalmente por ninguna de las versiones y tampoco, como antes, es de mi interés el asunto y personaje en sí mismo.

Pese lo que anteriormente dije, es bueno tomar en cuenta como, para noviembre del año 2021, «El juez Robert N. Scola Jr. accedió a retirar 7 de los 8 de cargos contra Alex Saab a petición de la Fiscalía de Estados Unidos en el proceso judicial que enfrenta el presunto testaferro de Nicolás Maduro en una corte de Miami, en Florida».https://www.vozdeamerica.com/a/fiscalia-eeuu-retirar-cargos-alex-saab/6295745.htmlSegún la misma fuente, sólo se mantuvo la acusación de «Conspiración y lavado de dinero». 

Pero en la misma fuente se dice que, según «el letrado Alejandro Rebolledo, la primera fase de delitos contra la delincuencia organizada es ofrecerle a quien está acusado que coopere y en virtud de esos aportes, se le pueden ofrecer una serie de beneficios».

Según lo anterior, a nadie en su buena fe, le cabe duda que, se intenta el detenido «coopere» o se declare culpable, no por él mismo, pues saldría «beneficiado», sino por la parte que se considera verdaderamente responsable o la jefatura, la que interesa al gobierno de EEUU, que vendría a ser, de acuerdo a la narrativa, el gobierno de Venezuela o particularmente el presidente Maduro.

Entonces, Alex Saab sería, como dice la versión oficial norteamericana y repite la oposición radical venezolana, un agente para «conspirar y lavar dinero por encargo del presidente Maduro».Por lo que dice la historia, desde los tiempos del crecimiento capitalista, en Estados Unidos, este tipo de proceder de sus gobiernos, contra quienes en un momento dado pudieran estorbarle, ha sido frecuente.

Al mismo Libertador llegaron a hacerle acusaciones de operar contra ellos y hasta invadieron la isla de Amelia, cercana a la península de la Florida, entonces espacio en manos de España, donde venezolanos, entre ellos Pedro Gual, crearon la República de Fernandina, con el fin de estorbar el movimiento de barcos españoles y hasta planificar la liberación de Cuba. En el mundo árabe, han invadido y hecho crueles guerras, apelando a los mismos argumentos.

La guerra contra Siria, la invasión de Libia y hasta el asesinato de Gadafi, se justificaron en acusaciones nada sustentables. Los hechos posteriores demostraron cuánto de mentira hubo en eso.El haber retirado 7 cargos de 8 contra Saab, revela un oscuro procedimiento y en mi fortalece lo que siempre pensé y por lo que poco o ningún interés le presté, no es más que un inversionista, comerciante audaz que quiso, dadas las circunstancias que atravesaba Venezuela, hacer un buen negocio y repito, dentro de la lógica y moral del capitalismo.

Pero también es necesario tomar en cuenta que el retiro de los siete cargos, que «obedecería al compromiso de hacer cumplir las «garantías» pactadas entre los gobiernos de Estados Unidos y Cabo Verde antes de ser extraditado a Miami».

Es decir, el gobierno de Cabo Verde, donde se detuvo a Saab, no se aventuró a darle pertinencia a todos los cargos, 7 de ocho, por alguna circunstancia derivada del derecho o para decirlo de otra manera, no hallaron las cosas nada claras y si más bien como oscuras.

Para el gobierno de Venezuela, al parecer, por asuntos derivados de la moral común, el rol que, según sus voceros jugó el empresario colombiano, este se le convirtió en un personaje a quien había que devolverle por agradecimiento sus «favores», defendiéndole y colocándole en un rol primordial en el tema de las conversaciones.

Proceder nada diferente al de Estados Unidos y la oposición en el caso de detenidos ligados íntimamente a ellos y hasta la protección brindada a personajes como Juan Guaidó y los tantos corruptos que allá han llegado procedentes de Venezuela.

Es decir, para el gobierno venezolano, Alex Saab, se convirtió en una figura por demás importante, primordial, tanto que quien he creído y creo, es sólo un audaz comerciante o inversionista, que incursionó en una aventura con fines propios de sus ocupaciones, terminó siendo un integrante de nuestro cuerpo diplomático y se le puso a jugar el rol de pieza por demás importante en las conversaciones entre EEUU y el gobierno de Venezuela, en la búsqueda de la armonía necesaria para ambos países, en este instante de la historia mundial.

Pero alrededor del personaje hay otras cosas. Un acusado de 8 cargos por demás «graves» para la justicia estadounidense, puesto a la orden de las autoridades competentes, el poder judicial de Estados Unidos, de repente, por decisión del Poder Ejecutivo, digamos Biden, es liberado a cambio de prisioneros del gobierno venezolano, como dice la información, pero en verdad, de manera determinante, personajes de poca significación.

Es bueno resaltar que, entre esos prisioneros está «Leonard Francis «Fat Leonard», prófugo de la justicia de ese país e involucrado en uno de los mayores escándalos de corrupción en la Marina de EE.UU». Es decir, Venezuela entrega a un personaje a quien tiene prisionero, a su vez buscado por la justicia de aquel país, y, además, los detenidos en la «Operación Gedeón».

El gobierno de EEUU devuelve a Venezuela a quien ambos gobiernos, por razones absolutamente opuestas, colocaron en un primer plano, le dieron un enorme valor y significado a cambio de personajes oscuros y de poco o ningún valor.

Estos, unos mercenarios y un delincuente buscados por la justicia estadounidense. Un preso en Venezuela a quien EEUU busca para ponerle preso y someterlo a la justicia.Los otros liberados, los dirigentes laborales, en las informaciones, hasta de la prensa europea y estadounidense, son tratados en un segundo plano, pues no están ligados directamente a la política del país del norte.

«Per se move», dijo Galileo, después del juicio inquisidor en su contra que le llevó a prisión y luego puesto en libertad condicionada, por su afirmación que la tierra se movía. Digo lo anterior porque, pese al aspaviento y mal manejo u oscuro manejo de las informaciones relacionadas con las conversaciones entre los gobiernos de Biden y Maduro, estas continúan.

Y de manera que, a un prisionero, al que Venezuela le puso un enorme interés, por las razones que fueren, EEUU le devuelve a cambio de personajes de poca significación para ambos gobiernos. Y esto acontece porque, para el gobierno e inversionistas de ese país, como para el gobierno de Venezuela y hasta para gran mayoría de los venezolanos, la recomposición de las relaciones, deterioradas desde hace ya años, se ha convertido en una meta fundamental e indispensable.

A EEUU nada importa Saab, al gobierno de Venezuela sí, tanto que para su protección le convirtió en miembro de nuestro cuerpo diplomático y le puso en un primer plano de las conversaciones y es así, hasta desde la perspectiva de la narrativa oposicionista contra Saab y sus relaciones con Maduro.

Visto el asunto de esta manera, es fácil pensar que en este intercambio, por lo menos desde el punto de vista moral y publicitario, el gobierno venezolano salió ganancioso, ¿Por qué? Pues porque como dijo Galileo, «per se move». El diálogo sigue de una manera donde las cosas de segundo orden adquieren una enorme publicidad, mientras otras importantes se mantienen en un plano discreto. Y porque, por encima de las formalidades y hasta chismes o cosas superficiales como habilitaciones, están las necesidades materiales, comerciales de ambos gobiernos, los intereses del gran capital, la supervivencia de políticos, asuntos que claman por arribar a acuerdos.

El Saab que para mí pasó desapercibido, pues creo haber tenido siempre muy claro el rol que desempeñó, ahora me revela como las conversaciones entre los gobiernos antes mencionados avanzan con fluidez y sirven para resolver asuntos que parecían difíciles y poco trascendentes.

Estados Unidos está apremiado de recomponer sus relaciones con Venezuela y al gobierno de este país y a los venezolanos todos, les acontece lo mismo.

De donde intercambiar una pieza como Saab de gran valor para el gobierno de Venezuela, por las razones que sean, más si estas son las que le asignan los opositores radicales, como que se trata de un cómplice de Maduro en malos y condenables negocios, por personajes de poca significación, revela que «la tierra se mueve», las conversaciones se apuran y que puede haber, en breve, acuerdos inesperados. De repente «hasta la abuela pare».

aporrea.org

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