“Fascismo y espiral del silencio” fue el nombre de la ponencia que este martes compartió el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, en el marco del Congreso Mundial contra el fascismo, neofascismo y otras expresiones similares, que se lleva a cabo este 10 y 11 de septiembre en el Centro de Convenciones La Carlota, Caracas.

El líder socialista cuestionó el uso que se le ha dado a las redes sociales para la promoción del odio, lo que ha convertido a esta forma de comunicación en la principal vía de expresión del fascismo del siglo XXI.

“El fascismo es la expresión política de una crisis del capitalismo. Es la última carta de las oligarquías cuando se ven amenazadas”, dijo Rodríguez, en referencia a las élites que ahora imponen sus ideas a través de las redes.

El ponente reflexionó que sería fácil identificar al fascismo en nuestros días si tuviera los mismos tintes de los años 30, tras lo que citó una frase del dictador español Francisco Franco: «Salvaré a España del marxismo cueste lo que cueste. No me importaría matar a media España si tal fuera el precio a pagar para pacificarla».

Pero destacó que hoy las expresiones del fascismo son un poco más disfrazadas con el glamour de los influencers y los contenidos de pocos minutos, pero que concentran el mismo mensaje de odio. “Todos los gobiernos de derecha en nuestro continente han contado con el aval de Estados Unidos”, dijo en relación al sistema predominante detrás del nuevo fascismo.

Principio de destrucción

Jorge Rodríguez explicó el conocido Principio de destrucción o principio de muerte, de Sigmund Freud, que expone que las guerras, los homicidios y toda la destrucción que ha hecho la humanidad son una condición humana que puede ser estimuladas.

“Es un mecanismo mental muy poderoso al que acuden los propietarios de las redes sociales, que utilizan esa emergencia a través del manejo de sus redes para que el hombre se convierta en lobo del hombre”, expuso el también especialista en psiquiatría.

Rodríguez dijo que a través de esos mensajes se estimula la ausencia de compasión, la ausencia de solidaridad, “que provoca que a esa vecina que tenemos toda la vida conociendo, se convierta en un enemigo a destruir”.

Señaló que “el fascismo recurre a mecanismos de control mental a través de la propaganda… apelan a estimular los instintos, el miedo y la construcción de identidades colectivas”.

“Las redes sociales son un peligro real para la existencia del hombre y la mujer en su condición de libres… en el caso de la revolución bolivariana no ha habido un solo día en que no se haya atacado desde las redes”, dijo.

Añadió que Venezuela es el epicentro de la lucha contra el fascismo mundial, y aunque nuestro país no escogió cumplir este rol, puesto que los factores de poder apuntaron hacia Venezuela, saldremos airosos de esta arremetida.

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