El economista y experto en materia petrolera, Rafael Quiroz, señaló que la producción petrolera de Venezuela “jamás en su historia se ha recuperado en la forma en que lo planteó el discurso anual del presidente Nicolás Maduro, que lo estimó para llegar a 2 millones de barriles diarios, y, por el contrario, se teme que la producción pueda retroceder”.
RL / Idaed / Finanzasdigital
En ese sentido, indicó que las perspectivas de producción petrolera venezolana para este año 2022 “no pueden dejarse influenciar por el optimismo que exuda el gobierno de Maduro”.
Sumó que es cierto que la producción petrolera venezolana alcanzó el millón de barriles diarios durante dos días del mes de diciembre, pero los promedios mensuales alcanzados solo han llegado hasta 871.000 barriles de petróleo diarios (bpd) y la producción promedio anual del 2021 llegó hasta 636.000 bpd.
“Cuando se revisan fríamente estos niveles promedio anuales, o incluso los promedios mensuales, no se entiende de qué manera pudiera recuperarse la producción de petróleo y crecer hasta 2.000.000 bpd, cuando en Venezuela jamás se ha logrado un incremento de producción inter anual de tal magnitud, aún ni en los mejores tiempos de Pdvsa y de la época de las concesionarias cuando fluían las inversiones y se ejecutaban planes de inversión”, afirmó.
Apuntó que no cree que sea sostenible ese esfuerzo decembrino y la producción empiece a escalar hacia la meta de 2.000.000 bpd para 2022. “Por el contrario, se teme que la producción pueda retroceder, y más aún cuando su dinámica va a estar dependiendo que se sostenga el costoso intercambio de embarques de crudo Merey por condensado iraní, para empujar la producción de la Faja y mover las exportaciones de DCO o Merey”, acotó.
Sin embargo, concluyó que en 2022 seguirá siendo el petróleo, para Venezuela, el elemento fundamental de su economía, más allá de lo que opinen voceros oficialistas u oposicionistas del tema de los hidrocarburos.
“Será un año para constatar que aun no hemos remediado las patologías de la renta petrolera, y también para convencernos de que no solo seguimos dependiendo del petróleo, sino que también reafirmaremos cual vulnerables somos a la caída de nuestra propia producción petrolera. Al gobierno se le hizo tarde para sustituir el modelo rentista-petrolero, y desperdició la mejor oportunidad de la historia, la más grande bonanza petrolera de todos los tiempos, para haber logrado la emancipación económica del petróleo”, explicó.
– Los precios –
En cuanto a las perspectivas petroleras mundiales, comentó que el aspecto de los precios está relacionado directamente con la producción.
Observó que en teoría la OPEP+ debería agregar 4.400.000 bpd en 2022, siempre y cuando todos sus miembros cumplan sus compromisos, quedando una capacidad cerrada de 2.600.000 barriles diarios, básicamente, en manos de los sauditas.
“En cualquier caso, la experiencia revela que no se puede descartar que ante un desbalance muy marcado a favor de la demanda, que genere mucha volatilidad al alza en los precios, Arabia Saudita pueda unilateralmente bombear crudo suficiente para estabilizar los precios y resistir la protesta estridente de los países consumidores liderados por Estados Unidos (EE.UU.) en un año electoral, más aun cuando parecen agotarse las medidas de la Administración Biden para detener unos precios en alza, luego que las ventas de reservas estratégicas concertadas con otros países surtieron efectos muy limitados y de corta duración, como ya había ocurrido en otras oportunidades”, manifestó.
– Los puntos neurálgicos para 2022 son Rusia-Ucrania e Irán –
Expresó que aunque existen riesgos de baja, como un menor incremento del PIB global, lo que más tensiona las expectativas en torno a precios del petróleo “es el margen cada vez más estrecho de la oferta que se puede agregar en 2022, y que tiende a reflejarse en la prima de miedo (al suministro) que generan episodios como el conflicto entre Rusia y Ucrania, por lo que supone la aplicación de fuertes sanciones al sector energético ruso y la salida del sector bancario ruso del sistema internacional de pagos (SWIFT)”.
Igual, la perturbación e impacto en los precios crean los ataques de los rebeldes yemenitas a infraestructura de los EAU y Arabia Saudita, en lo que se ha dado por llamar la prima de Ormuz (es el nombre del estrecho más importante de comercialización petrolera del mundo).
Pero de otro lado, están las conversaciones en Viena que podrían liberar las restricciones de Irán. “Un alivio de estos temores (a las amenazas) sobre insuficiencia del suministro de petróleo, podría hacerse efectivo si las conversaciones de Viena sobre programa de enriquecimiento nuclear de Irán, se empiecen a resolver y ello permita un levantamiento de las sanciones a Irán”, dijo.
“Siendo esto posible, al decir de Irán se podrían agregar hasta 1.500.000 barriles de petróleo diarios en 2022. Sin embargo, no hay optimismo sobre resultados favorables rápidos en estas conversaciones. Al mismo tiempo, Libia, podría seguir subiendo su producción y llegar hasta 1.500.000 barriles diarios, pero lo único claro son los altibajos de la producción generados por un espinoso conflicto interno”, enfatizó.