La leyenda del Koki, un importante líder criminal en Venezuela, ha terminado con su muerte. Luego de crear un imperio criminal en Caracas, fue dado de baja por las autoridades tras meses de persecución. El mensaje de fondo queda claro: la protección que ofrecen a ciertos criminales puede desaparecer en pocos días.
RL / Idaed / InSightCrime
El 8 de febrero de 2022, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalistas (CICPC) dieron de baja a Carlos Luis Revete, alias “El Koki”, líder de una de las megabandas más poderosas en el hampa de Venezuela, todo como resultado de un gran operativo que duró tres días en Las Tejerías, estado de Aragua, según reveló el Ministerio de Interior y Justicia en Twitter.
De acuerdo con información reportada por medios internacionales y audios policiales a los que tuvo acceso InSight Crime, el Koki fue herido en medio de enfrentamientos en la zona de Las Tejerías, estado Aragua, al sur de la capital Caracas. En medio de la balacera, el Koki dejó un celular en el que se veía una foto con su nueva apariencia: cabello más largo y barba.
Tras el enfrentamiento, que paralizó por horas la autopista que conecta a Caracas con el resto de Venezuela el 6 de febrero, el Koki logró huir por la zona boscosa de Tejerías. Dos días después Remigio Ceballos, Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, confirmó que el Koki había sido dado de baja.
Hasta julio de 2021, el Koki fue el líder de una de las megabandas más fuertes de Venezuela, ubicada en el barrio Cota 905, en Caracas, donde usó sus conexiones con el Gobierno para mantener el sector como una Zona de Paz desde 2017. Eso significaba que la Policía no podía entrar a la Cota, lo que le daba al Koki impunidad para desarrollar su imperio ilegal. Gracias a eso la banda de la Cota 905 controló el microtráfico en gran parte de la ciudad.
Sin embargo, al principio del 2021, el Koki lanzó una avanzada para invadir La Vega, un barrio al norte de la Cota 905, lo que demostró ser un paso que el Gobierno no estaba dispuesto a aceptar, por lo que lanzaron múltiples operativos contra el Koki, obligándolo a huir de la ciudad.
Luego de años de esconderse en la Cota 905, la codicia del Koki fue su perdición. Al paralizar grandes partes de la capital de Venezuela y atacar a los policías, el Koki salió de la lista de gracia del gobierno. Determinado a atraparlo, el gobierno de Venezuela puso precio a su captura: US$500.000.
Por meses el Koki se mantuvo prófugo. Hubo rumores que había escapado a Los Valles del Tuy, en el estado Miranda; o que incluso estaba en Colombia protegido por el Gobierno de ese país, señaló el Presidente Maduro.
No obstante, el líder de la Cota 905 había buscado refugio con su aliado Carlos Gómez Rodríguez, alias “El Conejo”, el pandillero que tenía azotada a la población de Tejerías, a dos horas al sur de Caracas.
Sin embargo, las autoridades de Venezuela ubicaron al el Koki el seis de febrero y esta vez no planeaban dejarlo escapar. Con un despliegue que incluyó helicópteros sobrevolando la zona y decenas de policías, el Koki fue dado de baja.
Mientras que el Gobierno de Maduro mostrará esta muerte como una victoria de las fuerzas de seguridad, el mensaje de fondo queda claro: la protección que ofrecen a ciertos criminales puede desaparecer en pocos días.