La producción petrolera de crudo de Venezuela cayó 7,6 % el mes pasado respecto al bombeo de febrero, según información aportada por el gobierno de Nicolás Maduro a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP.
Idaed / Vozdeamerica
Las autoridades venezolanas precisaron al organismo que, en promedio, su producción de marzo fue de 728.000 barriles de crudo al día. Esas cifras representan una caída de 60.000 barriles por día en comparación con las reflejadas oficiales en febrero, de 788.000 barriles por jornada.
Las fuentes secundarias de la OPEP, entre ellos analistas, firmas e institutos independientes del sector petrolero, reportaron que Venezuela bombeó 697.000 barriles de crudo al día en marzo, en promedio. Ese número es ligeramente mayor (1,1 %) que lo registrado en febrero de 2022 (689.000 barriles por día).
Las cifras de producción de la industria petrolera venezolana se conocen semanas después de que una delegación de alto nivel del gobierno estadounidense sostuvo una reunión con el presidente Nicolás Maduro, en Caracas, para debatir sobre la posibilidad de flexibilizar las sanciones en el sector.
Reportes de prensa dieron cuenta de un viaje de funcionarios estadounidenses a Caracas a principios de marzo para discutir la posibilidad de que la Casa Blanca autorice las sanciones en Venezuela mientras el presidente Joe Biden discutía la posibilidad de vetar las importaciones de petróleo y gas de Rusia, tras la invasión armada a Ucrania ordenada por Vladimir Putin.
La visita, la de mayor nivel en años, estuvo liderada por Roger Carstens, enviado especial del presidente para asuntos de rehenes; Jaun González, asesor para asuntos hemisféricos del Consejo de Seguridad Nacional, y James Story, embajador estadounidense para Venezuela, una nación que era el mayor exportador de crudo de la región hacia Estados Unidos, a principios de siglo.
El propio Maduro confirmó públicamente el encuentro y aseguró que las conversaciones fueron “respetuosas y diplomáticas”. También, afirmó que su país está preparado para “recuperar la producción” de crudo hasta uno, dos o tres millones de barriles al día, lo que expertos independientes ponen en duda.
Los analistas interpretaron la reunión de Maduro con los delegados estadounidenses como un intento más pragmático de Washington de retomar conversaciones con países considerados autocráticos que pudieran estar reconsiderando sus vínculos con Rusia tras el inicio de la guerra en Ucrania.
Venezuela, estimado como el país con mayores reservas de crudo del mundo, sigue siendo el mayor aliado de Rusia en Latinoamérica, con cooperaciones que van desde lo diplomático, económico y energético hasta lo militar.
Preparados para actuar
Chevron es la única empresa petrolera estadounidense que mantiene operaciones mínimas en Venezuela, a pesar de las sanciones impuestas por el expresidente Donald Trump en el sector en ese país suramericano, en 2019.
La prensa estadounidense reveló que la compañía, que solo tiene autorización para mantener operaciones mínimas en Venezuela, sin poder cobrar por ellas, ha solicitado al gobierno de Biden una licencia lo suficientemente amplia como para asumir el control operativo de sus empresas mixtas en el país como primer paso para reanudar su producción y exportación de petróleo venezolano.
Según agencias periodísticas como Reuters, Chevron ha comenzado a hacer preparativos para visados, conversaciones directas con el gobierno de Maduro y la exportación de petróleo venezolano a Estados Unidos y otras refinerías.
Antonio De La Cruz, especialista en economía y petróleo, explicó a la Voz de América en marzo que Chevron busca aumentar su producción hasta 800.000 barriles por día en Venezuela en un período relativamente corto.
Según el experto, la empresa busca convencer al gobierno de Biden de que el crudo venezolano puede sustituir rápidamente la demanda de 700.000 barriles por día que Estados Unidos importa de Rusia y que prevé recortar este mes.
La empresa petrolera del Estado venezolano, PDVSA, tiene una deuda de cerca de 2.000 millones de dólares con Chevron. Washington, sin embargo, ha descartado “por ahora” importar petróleo de Venezuela, según expresó a mediados de marzo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.