La ONU ha incluido a la dictadura de Nicolás Maduro como nuevo miembro del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Ni la crisis humanitaria, ni las torturas, ni los presos políticos, ni la represión han sido freno para que Maduro lograra el sillón, pese a la oposición de países de la región.
Venezuela disfrutará de la posición en el Consejo para el periodo 2020-2022. América Latina y el Caribe tenía dos asientos reservados entre los nuevos integrantes del Consejo que, en principio, se iban a adjudicar automáticamente a Venezuela y Brasil porque eran los únicos aspirantes por la región.
Para evitarlo, el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, anunció el pasado 3 de octubre ‘in extremis’ la candidatura del país. “Por las graves violaciones contra los Derechos Humanos (…), el régimen de Venezuela no es un candidato adecuado para el Consejo”, dijo en Twitter.
El ministro de Exteriores de Chile, Teodoro Ribera, había advertido en los últimos días de que “sería un desprestigio para la ONU y para el mundo entero que Venezuela pudiera integrar el Consejo de Derechos Humanos”. “Sería además una burla para los millones de venezolanos que sufren en Venezuela o que han debido adoptar la decisión de marcharse de ese país”, apostilló.
Human Rights Watch (HRW) ha pedido en reiteradas ocasiones a la Asamblea General de Naciones Unidas que no “premiara” a Maduro con un puesto en el Consejo, culpándole de “las violaciones sistemáticas de los Derechos humanos” en Venezuela, entre las que ha mencionado ejecuciones extrajudiciales, torturas y detenciones arbitrarias, y, en gran medida, de “una devastadora emergencia humanitaria” que ha provocado “el mayor éxodo de la historia de América Latina”.
En el caso de Brasil, HRW dijo que aunque su presidente, Jair Bolsonaro, “ha abrazado una retórica hostil a las normas sobre Derechos Humanos”, “Brasil ha apoyado numerosas resoluciones del Consejo sobre un amplio rango de violaciones en todo el mundo”. “No todos los miembros del Consejo de Derechos Humanos son ejemplares –algunos están muy lejos de ello– pero Venezuela claramente se pasa de la raya”, esgrimió la ONG.
Los otros doce miembros elegidos este jueves, además de Venezuela y Brasil, son Libia, Mauritania, Namibia y Sudán, que han ocupado los cuatro asientos africanos;, Indonesia, Japón, Islas Marshall y Corea del Sur, para los cuatro de Asia-Pacífico, por lo que Irak ha sido descartado; Armenia y Polonia, para los dos de Europa del este –se ha caído Moldava–; y Alemania y Países Bajos, por Europa occidental.