La petrolera China National Petroleum Corp (CNPC), uno de los más importante compradores de petróleo de Venezuela, no realizará encargos por segundo mes consecutivos; desde que decidió no hacerlo para evitar sanciones de Estados Unidos.
La petrolera china no ha dicho abiertamente que le preocupa tener problemas con Estados Unidos por mantener vínculos comerciales con el gobierno de Maduro, pero es evidente que no quiere perjudicar sus negocios en general con el gigante norteamericano.
No obstante, más allá de las sanciones, algunos especialistas aseguran que las cosas entre China y Venezuela ya no van bien; y que es perceptible el malestar chino ante los retrasos venezolanos del pago de deudas contraídas por el gobierno de Maduro.
LAS SANCIONES
El decreto emitido por Trump el 5 de agosto no sanciona explícitamente a las compañías extranjeras que hacen negocios con PDVSA, pero deja claro que tiene intención de congelar los activos en Estados Unidos de cualquier persona o compañía que se determine que ha «ayudado significativamente» al gobierno venezolano.
Datos de la aduana china, destacaron que las importaciones directas de crudo venezolano a China cayeron un 40% desde julio de este año.
Actualmente el país asiático recibe solo unas 700 mil toneladas de crudo. Y esta cifra se podría reducir aún más, en caso que la administración de Donald Trump aumente la presión sobre la petrolera estatal rusa Rosneft (que es generalmente la intermediaria en todas las transacciones entre Venezuela y China).
LA OTRA PREOCUPACIÓN DE CHINA
Según la “Base de Datos de Financiación China-América Latina” de la Universidad de Boston, en la última década, China ha prestado al régimen de Venezuela unos 54.000 millones de euros; Y este solo ha cancelado un tercio de la deuda. La relación económica entre ambos países no pasa por buenos tiempos.
Es indiscutible que el principal motor de la solidaridad de China hacia Venezuela, es el frio capital que les debe la nación sudamericana. Pero la caída de los precios del petróleo, y la crisis política venezolana que ha generado el rechazo de más de 60 países al régimen madurista, ha complicado las relaciones comerciales entre ambos países.
La economía china también se ha visto afectada irremediablemente. Cifras de la Agencia de Aduanas en Pekín, muestran que en 2017 China compró 437.000 barriles diarios de petróleo venezolano; Pero en 2018, cayeron a solo 332.600 barriles diarios: 24% menos.
Siendo la de China y Venezuela una relación basada en intereses comerciales, la falta de encargos de petroleó venezolano por parte de China, es en sí mismo un símbolo de alejamiento.
UNA EMPRESA CHINA QUE SE FUE
Pero esta semana ocurrió otro evento que hizo saltar las alarmas en el régimen madurista: La empresa china de ingeniería HuanQiu suspendió el proyecto de expansión de la planta mezcladora de crudo Sinovensa por falta de pago.
Sinovensa es una empresa mixta cuyo 51% es del PDVSA y 49% de la estatal china CNPC. La empresa trabajaba en la Faja del Orinoco buscando ampliar la capacidad de mejorar el crudo de 105.000 barriles diarios a 165.000.
El 100% del petróleo que manejaba esta empresa eran enviados a China, pero a pesar de ello, han dejado este muy fructífero negocio por falta de pago de PDVSA; y esta ampliación ha quedado suspendida.
En contra-parte, la relación entre Venezuela y Rusia sigue mejorando, y el gobierno de Putin se ha convertido en principal comercializador del crudo venezolano.