En medio de la incertidumbre y las preocupaciones sobre el uso de Zelle en Venezuela, el periodista y ciberactivista Luis Carlos Díaz ofreció algunos apuntes esenciales para entender la situación actual y sus posibles implicaciones.
Contrario a titulares recientes que sugieren el fin del uso de Zelle en Venezuela, Luis Carlos Díaz desmintió esta afirmación, aclarando que, de momento, se trata de una desinformación y todo podría apuntar a factores especulativos.
Díaz señaló que en 2020, el banco Wells Fargo suspendió el uso de Zelle para clientes venezolanos debido a “uso inconsistente”. En noviembre de 2023, se sumó a esta medida el Chase Bank, especificando que la suspensión es “desde Venezuela”, según reportes de inconvenientes de algunos usuarios.
Ambas suspensiones no obedecen a una orden directa de Zelle ni a una política general de todos los bancos. Díaz sugiere que el patrón común es el mal uso de la plataforma. Zelle, diseñada para transacciones domésticas entre cuentas conocidas, se ha distorsionado en Venezuela como un medio de “pago móvil” entre comercios y actores desconocidos.
Los bancos están constantemente monitoreando grandes volúmenes de transacciones sospechosas vinculadas a perfiles bajo investigación por lavado de dinero, narcotráfico, terrorismo y otras actividades ilícitas. Este escenario, combinado con malas prácticas en el uso de Zelle, afecta la reputación de los venezolanos y las transacciones desde Venezuela.
Díaz aclaró que las sanciones no son la causa principal, sino “una consecuencia de tener perfiles tóxicos para el sistema financiero de Estados Unidos. Diferenciar entre perfiles buenos y malos exige tiempo y recursos, lo que lleva a algunos bancos a tomar medidas unilaterales más generales”.
Ante estas medidas, los usuarios afectados deben buscar alternativas y prácticas que representen menos riesgo. Díaz desaconsejó el uso de un VPN, ya que algunos no son seguros para transacciones bancarias y los bancos están alerta a prácticas que oculten la conexión a través de VPN.
El periodista destacó la complejidad del problema y subrayó que la construcción de confianza y reputación a nivel internacional depende de cambios institucionales y medidas del Estado venezolano. Invitó a la cautela en el uso de Zelle y a explorar otras formas de pago con menos riesgo.
En última instancia, Díaz enfatizó que la situación va más allá de la vida personal de un usuario y sugiere que es responsabilidad del Estado venezolano tomar medidas para sanear las finanzas y la reputación del país. La preocupación persistirá mientras estas acciones no se lleven a cabo y, mientras tanto, la prudencia en el uso de Zelle se presenta como una necesidad imperante.
Ambas suspensiones no obedecen a una orden directa de Zelle ni a una política general de todos los bancos. Díaz sugiere que el patrón común es el mal uso de la plataforma. Zelle, diseñada para transacciones domésticas entre cuentas conocidas, se ha distorsionado en Venezuela como un medio de “pago móvil” entre comercios y actores desconocidos.
Los bancos están constantemente monitoreando grandes volúmenes de transacciones sospechosas vinculadas a perfiles bajo investigación por lavado de dinero, narcotráfico, terrorismo y otras actividades ilícitas. Este escenario, combinado con malas prácticas en el uso de Zelle, afecta la reputación de los venezolanos y las transacciones desde Venezuela.
Díaz aclaró que las sanciones no son la causa principal, sino “una consecuencia de tener perfiles tóxicos para el sistema financiero de Estados Unidos. Diferenciar entre perfiles buenos y malos exige tiempo y recursos, lo que lleva a algunos bancos a tomar medidas unilaterales más generales”.
Ante estas medidas, los usuarios afectados deben buscar alternativas y prácticas que representen menos riesgo. Díaz desaconsejó el uso de un VPN, ya que algunos no son seguros para transacciones bancarias y los bancos están alerta a prácticas que oculten la conexión a través de VPN.
El periodista destacó la complejidad del problema y subrayó que la construcción de confianza y reputación a nivel internacional depende de cambios institucionales y medidas del Estado venezolano. Invitó a la cautela en el uso de Zelle y a explorar otras formas de pago con menos riesgo.
En última instancia, Díaz enfatizó que la situación va más allá de la vida personal de un usuario y sugiere que es responsabilidad del Estado venezolano tomar medidas para sanear las finanzas y la reputación del país. La preocupación persistirá mientras estas acciones no se lleven a cabo y, mientras tanto, la prudencia en el uso de Zelle se presenta como una necesidad imperante.
Ambas suspensiones no obedecen a una orden directa de Zelle ni a una política general de todos los bancos. Díaz sugiere que el patrón común es el mal uso de la plataforma. Zelle, diseñada para transacciones domésticas entre cuentas conocidas, se ha distorsionado en Venezuela como un medio de “pago móvil” entre comercios y actores desconocidos.
Los bancos están constantemente monitoreando grandes volúmenes de transacciones sospechosas vinculadas a perfiles bajo investigación por lavado de dinero, narcotráfico, terrorismo y otras actividades ilícitas. Este escenario, combinado con malas prácticas en el uso de Zelle, afecta la reputación de los venezolanos y las transacciones desde Venezuela.
Díaz aclaró que las sanciones no son la causa principal, sino “una consecuencia de tener perfiles tóxicos para el sistema financiero de Estados Unidos. Diferenciar entre perfiles buenos y malos exige tiempo y recursos, lo que lleva a algunos bancos a tomar medidas unilaterales más generales”.
Ante estas medidas, los usuarios afectados deben buscar alternativas y prácticas que representen menos riesgo. Díaz desaconsejó el uso de un VPN, ya que algunos no son seguros para transacciones bancarias y los bancos están alerta a prácticas que oculten la conexión a través de VPN.
El periodista destacó la complejidad del problema y subrayó que la construcción de confianza y reputación a nivel internacional depende de cambios institucionales y medidas del Estado venezolano. Invitó a la cautela en el uso de Zelle y a explorar otras formas de pago con menos riesgo.
En última instancia, Díaz enfatizó que la situación va más allá de la vida personal de un usuario y sugiere que es responsabilidad del Estado venezolano tomar medidas para sanear las finanzas y la reputación del país. La preocupación persistirá mientras estas acciones no se lleven a cabo y, mientras tanto, la prudencia en el uso de Zelle se presenta como una necesidad imperante.