23 noviembre, 2024 1:55 pm

Plan de Rusia para Venezuela detrás de la Ley Antibloqueo de Maduro

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La desaparecida Unión Soviética (1922-1991) pretendió ser el centro de la revolución proletaria mundial exportando su modelo comunista al resto del mundo, siendo Venezuela uno de los países escogidos para sus proyectos.

La Rusia de Vladimir Putin patrocina los nuevos modelos de capitalismo autoritario y bajo control político. Es el plan de confección rusa para la Venezuela de Nicolás Maduro lo que está detrás de la Ley Antibloqueo. Del socialismo del siglo XXI al capitalismo a la rusa.

En algún momento de 2019 diplomáticos rusos les dijeron a los representantes del gobierno interino de Juan Guaidó que lo que procedía para Venezuela era una transición económica, no política. Que eso era lo realista. Y pudieron agregar que eso también es lo que le conviene al señor del Kremlin, Vladimir Putin.

No deja de ser impresionante el enorme esfuerzo económico que hace el gobierno de Rusia, con un PIB del tamaño de Corea del Sur e inferior a los de Brasil o Canadá, para aparentar tener una influencia global similar a la de Estados Unidos con una economía por lo menos 10 veces más grande.

Pese al costo y la distancia Putin prefiere intentar sostener a un aliado que sea un foco de perturbación en Suramérica y, de ser posible, que sirva de modelo a otros autócratas enemigos de las democracias en el resto del mundo.

Es así como se acercó hace varios años al régimen chavista. Pero a diferencia de los chinos que (al menos en el caso de Venezuela) sólo quieren cobrar unas deudas pendientes e irse, los rusos tienen un plan político.

Basta con seguir las transmisiones en español de la cadena Russia Today (RT) en español. Allí donde un gobierno latinoamericano tenga problemas, RT le sube el volumen comunicacional. Fue lo que vimos el año pasado durante la ola de protestas que empezaron en Chile, y siguieron en Ecuador y Colombia.

No es que el presidente ruso sea comunista (aunque coincide con grupos de extrema izquierda). Es amigo de los enemigos de sus enemigos: las democracias occidentales.

Putin sabe, como lo ha expresado públicamente, que el socialismo no funciona. La misma conclusión de los jerarcas de la República Popular China. Los autócratas del siglo XXI son conscientes de que aquellas ideas de tierras y fábricas colectivizadas, de una sociedad sin clases y sin dinero, no son un sueño, son un desastre. Por lo tanto son crudamente sinceros. Necesitan dólares y comercio.

Para eso necesitan empresarios privados. Gente que quiera ganar dinero. Pero a la que puedan controlar. Ese es el proyecto.

Nada de utopías, ni de problemas con la desigualdad entre los seres humanos o con el dogma de fe neoliberal. Lo de ellos es el poder. Y sostener el poder cuesta dinero.

Es lo que los asesores rusos le han vendido a Nicolás Maduro. Si quiere ayuda tiene que dejarse ayudar. Nada de socialismo. Capitalismo puro y duro. Eso sí, bajo control. Putin sabe de esto.

Del sueño socialista de Hugo Chávez ni hablar. Los asesores rusos mayores de 50 años recuerdan perfectamente (porque lo padecieron) el desastre de la economía soviética, la causa de la desaparición de la URSS. De modo que no les extraña para nada la devastación acontecida en un país con los enormes recursos de Venezuela.

Sin embargo, ven una oportunidad. Para hacer negocios y para perturbar al vecindario americano.

ALnavío

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