PDVSA está colapsada por mala gestión del régimen. El poderoso conglomerado estatal Petróleos de Venezuela [PDVSA] observa cómo las oportunidades de generar un mejor entorno productivo y de refinamiento de derivados se van diluyendo-
Todo y ello no sólo por los problemas logísticos –en la exportación de crudo habida cuenta las sanciones económicas y políticas por parte de los Estados Unidos- sino por la aguda crisis que ha colocado a Venezuela en el colapso social y humanitario.
Venezuela, como Argentina, ata de una situación estanflacionaria.
Esto es, a una recesión sistémica –casi secular- que no le permite crecer o dinamizar el ritmo de producción siendo la caída recurrente y la esperanza de incrementar el PBI real casi nula o –según economistas y firmas gestoras- un “decrecimiento” en forma de L; bien, a una recesión se le suma una hiperinflación que no tiene control alguno por las autoridades monetarias del país sudamericano.
Un país que –antaño- se definía como uno de los mayores productores de petróleo en el planeta y al mismo tiempo en un gran decisor socio de la Organización de Países Exportadores y Productores de Petróleo [OPEP], actualmente no se percibe así.
La OPEP: cártel este que cuenta como miembro asociado a Rusia, quien ha sido el sostén de Venezuela respecto a la estrategia comercial para despachar crudo ante la barrera de los Estados Unidos.
Lo mismo China y la India. Ambas economías, China y Rusia, las únicas que le dan cierto soporte comercial al Gobierno de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
Ante ello, los 4,5 a 5 millones de venezolanos que entre 2015 al 2020 iniciaron un proceso de migración en Sudamérica a economías como el Perú, Colombia, Chile y Argentina; lo que constituye una crisis humanitaria tras el chavismo que gobernó el país y que agravó –ante el populismo y farra fiscal según economistas y firmas gestoras- la capacidad de esta nación de generar mejores condiciones sociales, nutricionales y de seguridad.
El dato. Sólo en el Perú, la migración desde Venezuela ha traído alrededor de un millón de personas que huyeron de la hambruna en aquella economía.
De acuerdo con datos de la Universidad Andrés Bello y de la Organización de Naciones Unidas, los venezolanos y venezolanas prescinden de una comida al día; hasta dos de ser el caso.
PDVSA sin datos confiables
La estatal petrogasífera –según medios y agencias- no registra información que otorgue confianza al trading global del petróleo; sobre todo, en momentos donde tanto los suministros de crudo como la demanda pueden significar un punto de quiebre en los precios internacionales que le permitan salir a Venezuela de la crisis económica, social y humanitaria en la que se encuentra.
El dato. El precio del futuro BRENT ata de US$ 43,24 el barril, o un cambio de +0,37%; la versión WTI de US$ 40,85 la unidad, o un cambio de +0,57%. Ambos para entrega en agosto, 2020.
Ello, según economistas y firmas gestoras de activos, pone en riesgo la supremacía y poder de decisión que esta nación sudamericana tiene en la OPEP.
“Venezuela puede perder la categoría de país petrolero, dijo un medio desde La Habana en Cuba; lo que es no es poca cosa tratándose de Cuba, una nación tradicionalmente ‘aliada’ al chavismo [pseudodoctrina del fallecido Hugo Chávez presidente autárquico de Venezuela desde 1999 hasta el 2013]”, indicaba un operador de materias primas desde Bogotá que manejó la declaración desde la confidencialidad.
“Si Cuba lo dice, es grave”, agregó el operador del trading en commodities desde Colombia. “Y es que sin datos de la real producción de petróleo en Venezuela sólo somos aventureros en un mercado sin información”, añade.
Según agencias, la producción de crudo –que hace veinte años sumaba 3,5 millones de barriles diarios [BPD]- actualmente cifra entre 290 a 500 BPD; siendo los números extremadamente erráticos y polarizados.
De ser cierto que Venezuela ata de una producción por debajo de sus históricos de más de tres millones de unidades diarias, dice el testimonio en reserva “efectivamente los años donde Venezuela era una economía petrolera se terminaron”.
“La falta de horizonte, es una condición recurrente en el manejo de la industria petrolera en Venezuela”, dijo el analista Osmal Manzano.
“No existe un política productiva en otros escenarios encadenada con la industria petrolera. De momento no se define cuál es la PDVSA que precisa Venezuela”, dice el analista cubano –desde Caracas- Andrés Cañizalez.
Sin embargo, PDVSA se defiende con declaraciones donde coloca énfasis en subsidios.
“Están disponibles estaciones de servicio con venta libre de gasolina, sin restricción de consumo a precio internacional.
El precio es de 50 centavos de dólar el litro”, dice la petrolera. “La gasolina subsidiada para el pueblo de Venezuela tiene un costo de 5 mil bolívares el litro, y tendrá una participación de 120 litros mensuales, acumulables para vehículos y 60 litros mensuales acumulables para las motos”, agrega.
Idaed
