La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU, aseguró que, en Venezuela, 3,8 millones de personas recibieron algún tipo de “asistencia” relacionada con las funciones de ayuda que presta de agencia, hasta el 30 de noviembre de este año.
RL / Idaed / Infobae
“Se han movilizado 379,5 millones de dólares para la respuesta humanitaria en 2021, con el Plan de Respuesta financiado a un 36,9 %”, añadió la OCHA en un informe de situación actualizado hasta este jueves, publicado en su página web.
La organización precisó que Venezuela requiere 708,1 millones de dólares para el Plan de Respuesta Humanitaria.
Asimismo, destacó que en octubre y noviembre, el equipo de nutrición entregó alimentos fortificados y micronutrientes a 65.700 niños y adolescentes, así como a 9.300 mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.
“Se realizaron tamizajes antropométricos para medir el estado nutricional de más de 100.000 niños y adolescentes, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia”, agregó la OCHA.
En esos mismos meses, 2.900 menores de 5 años fueron diagnosticados con desnutrición y recibieron tratamiento, y 3.000 niños mayores de 5 años y jóvenes fueron diagnosticados con delgadez y recibieron acompañamiento nutricional para recuperar el peso adecuado.
“De igual forma, 341 mujeres lactantes y 981 embarazadas identificadas con bajo peso gestacional, fueron tratadas en los centros de salud y los socios del clúster”, afirmó.
La OCHA indicó que, según estudios de campo, la prevalencia de desnutrición aguda en algunas comunidades de los estados Anzoátegui, Apure, Lara y Zulia “podría ser mayor al 10 %”.
“En casi todos los estados del país, los socios han registrado recaídas de niños, niñas y adolescentes que habían alcanzado la recuperación nutricional. Debido a la inseguridad alimentaria de los hogares, a la falta de prácticas adecuadas de alimentación y la falta de acceso a agua segura, generándose un ciclo de enfermedades y desnutrición”, apostilló.
Asimismo, señaló que la implementación de los programas de atención nutricional enfrenta el “desafío” de la “falta de combustible y su alto costo en el país, lo que limita el alcance de las intervenciones a nivel comunitario, especialmente para comunidades ubicadas en zonas remotas”.