El gobierno mexicano advirtió el lunes que no tolerará la trata de personas en su campaña para frenar a los migrantes que cruzan por su territorio en camino a Estados Unidos y dio nuevos detalles…
El gobierno mexicano advirtió el lunes que no tolerará la trata de personas en su campaña para frenar a los migrantes que cruzan por su territorio en camino a Estados Unidos y dio nuevos detalles sobre el “rescate” que hizo el fin de semana de casi 800 migrantes que viajaban ocultos y atiborrados en semirremolques.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo que más de 150 de esos migrantes, 785 en total, eran niños. Afirmó que se trató de un rescate porque los migrantes iban en cuatro semirremolques donde pudieron morir asfixiados.
“No debemos permitir el tráfico de personas”, dijo Ebrard, afirmando que durante muchos años la trata de migrantes fue tolerada por las autoridades mexicanas. “Quizás estamos ante uno de los tráficos de personas más importantes del mundo”, agregó.
Ebrard habló mientras México continúa desplegando unos 6.000 efectivos de su recién creada Guardia Nacional en la frontera con Guatemala. México está acelerando sus esfuerzos para reducir el número de migrantes centroamericanos que llegan a la frontera con Estados Unidos.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador prometió reducir el flujo para evitar que las exportaciones mexicanas a Estados Unidos se vean afectadas por la amenaza del presidente estadounidense Donald Trump de aplicarles nuevos aranceles.
Los policías militares, que serán algunos de los integrantes iniciales de la Guardia Nacional, comenzaron a aparecer durante el fin de semana a lo largo del río Suchiate en Ciudad Hidalgo, al otro lado de la frontera con Guatemala. El lunes parecía que ya estaban teniendo cierto impacto en la zona.
Tomás Leyva, un salvadoreño de 65 años, se preparaba para abordar una balsa de regreso a Guatemala. Leyva había vuelto a entrar a México en balsa el domingo, pocos días después de haber sido deportado. Cuando trató de solicitar asilo en México, dijeron que no era elegible porque había entrado ilegalmente.
El lunes, Leyva planeaba regresar a Guatemala para luego cruzar hacia México por el puente y los controles migratorios. “Ahora está más serio.
Es más estricta la situación, porque los militares que estaban ayer antes no había” dijo Leyva, un albañil convertido en pastor y quien dijo que huyó de San Salvador después de que una pandilla amenazó con matarlo. “Sí está dando resultado lo que están haciendo porque están deteniendo a mucha gente, pero esto no va a parar.
Allá (en El Salvador) dicen que ‘mejor muerto por los gringos que por los pandilleros’”. Sobre el caso de los cientos de migrantes hallados el sábado dentro de los semiremolques, el canciller Ebrard afirmó que el incidente en el estado mexicano de Veracruz fue un rescate porque los migrantes podrían haberse asfixiado en su interior.
Ebrard afirmó que cada uno de los migrantes pagó alrededor de 3.500 dólares en sus países de origen para ser introducidos de contrabando en Estados Unidos. Aseguró que algunos que pagaron 5.000 dólares lo hicieron bajo la promesa de que, si el primer intento fallaba, tenían derecho a un segundo.
Calculó que para los traficantes, el valor total de la carga humana en la caravana de camiones era de más de 3,5 millones de dólares (69 millones de pesos mexicanos). Dijo que a medida que pasaban por México, los contrabandistas iban a pagar entre 500.000 y 800.000 dólares (10 millones a 15 millones de pesos) en “comisiones” para asegurar el libre tránsito de los migrantes.
Tradicionalmente, a lo largo de la ruta se pagan sobornos a las autoridades, pero también a grupos de la delincuencia organizada que controlan ciertos territorios, especialmente en la frontera de México con Estados Unidos, y que cobran a los contrabandistas por cada migrante que cruza.
Aunque las caravanas de miles de migrantes centroamericanos que recorrían las carreteras de México enfurecieron el año pasado al presidente estadounidense Donald Trump, la mayor parte de la migración centroamericana por suelo mexicano siempre ha existido en las sombras.
Quienes viven en la frontera sur de México creen que enviar guardias nacionales allí para hacer más difícil el cruce de los migrantes sólo beneficiará a los traficantes de personas.
El domingo, un guardia que trabaja en un retén en una carretera cerca de la ciudad de Comitán, en el sur de México, dijo que bajo la nueva operación tenía órdenes de tratar de identificar a los contrabandistas de personas, además de la misión habitual de buscar drogas y armas.
La presencia militar allí no parecía ser mucho mayor que en semanas anteriores, pero los soldados llevaban ahora bandas en los brazos que indicaban que eran parte de la Guardia Nacional. “Podemos poner a los polleros a disposición de la autoridad si, por ejemplo, paramos un vehículo y el chofer lleva a gente sin papeles y los de migración son los que checan si los migrantes llevan papeles”, dijo el soldado, que se negó a dar su nombre porque no estaba autorizado a hablar públicamente de manera oficial.
Ebrard dijo que el gobierno tiene un mensaje para los propietarios de camiones que transportan migrantes: Ya no escaparán de los cargos penales alegando que no sabían que sus camiones estaban siendo utilizados para el contrabando humano. El lunes, López Obrador dijo que se reunirá el jueves con su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, en la ciudad de Tapachula, en el sur de México, para discutir la cooperación.
Ebrard dijo que México se estaba reuniendo semanalmente con los gobiernos del Triángulo Norte de América Central _Guatemala, Honduras y El Salvador_ para intercambiar información sobre las redes de contrabando, pero dijo que también esperaba la cooperación del gobierno de Estados Unidos.
“Estados Unidos tiene que asumir su responsabilidad en esto también, afirmó. “La parte clave es ¿a quién le pagan allá? Y la pregunta es, si esos tráileres llegan a la frontera, ¿qué pasa?”.