Tres días en cola y hasta más —algunas veces— padecen los camioneros de Venezuela para abastecerse de diésel, mientras el régimen de Nicolás Maduro envía a diario 150.000 barriles de petróleo y sus derivados a Cuba. De este modo, pretende ocultar que el país mantiene la producción en medio de la crisis, pero en realidad la transfiere a sus aliados.
RL / Idaed / Noticuba
Todo ello lo revela Iván Freites, dirigente sindical de Petróleos de Venezuela (PDVSA), en una entrevista emitida por el programa Punto de Corte, que se divulgó a través de Twitter.
#24Mar #EspacioPolítico | @IvanRFreites: Nosotros tenemos una intervención cubana, turca, rusa, china en Venezuela ¡Hay que echar a los cubanos de Venezuela! Esa es una misión patriótica que nosotros tenemos que cumplir https://t.co/gBjDbfoETs
— PDCTV.INFO (@Punto_deCorte) March 24, 2021
En el contacto de media hora, Freites asegura que la inestabilidad en la producción de crudo y diésel dentro del Centro de Refinación Paraguaná es crítica, pero que hasta ahora cubre la demanda interna. El problema es otro. “Son más de 10 millones de dólares diarios que se están yendo para afuera en diésel y eso es un negocio para el régimen”.
Además de los pagos a Cuba bajo esta modalidad, también se “están usando el diésel como contrabando porque este cayó en un número abstracto. El precio de un litro es de 0,0000001 bolívares”.
Una farsa socialista
Negar la existencia de diésel a los venezolanos y alegar escasez es parte de una “estrategia” del socialismo chavista que se empeña en endosar este problema a las sanciones impuestas por Estados Unidos en contra de PDVSA, sostiene el líder de la estatal desde su exilio en Bogotá.
Se basa en que el crudo de la Faja del Orinoco se traslada a la refinería de Cardón —la única que está produciendo gasolina actualmente y produce diésel— donde la torre genera el cargamento del castrocomunismo.
En febrero el Buque Sandino zarpó con 800.000 barriles de petróleo rumbo a la isla, mientras que el Buque Laura hace una semana trasladó otros 60000 barriles de diésel.
Esa comercialización de diésel es obra de la injerencia de otras naciones como China y Rusia porque “ya PDVSA no es del Estado. Pasó a manos de bandas internacionales delincuenciales y ellos son quienes deciden para donde va la producción de gasolina, gasoil”.
Las manos de las mafias del contrabando de combustible en Venezuela se benefician en el entramado. Los márgenes de ganancia en el mercado negro fronterizo también inciden en el cuadro que de por sí ya es complicado. El precio del litro en Cúcuta, Colombia, es de 0,52 dólares y en Boa Vista, Brasil, de 0,81 dólares; mientras que en Venezuela abastecerse de este combustible es gratis.
Una misión patriótica
Freites ubica la producción de diésel en 65000 barriles diarios. Si el número se contrasta con las cifras del ingeniero Nelson Hernández en su informe publicado por Cedice en mayo de 2020, donde se sostiene que en Venezuela hay 138.000 vehículos con motor a diésel que consumen 30 litros diarios cada uno, lo que genera una demanda de 35000 barriles por día, entonces, su tesis tiene sentido.
Frente a las alianzas de Maduro para mantener la comercialización del petróleo y sus derivados, la propuesta de Freites es “echar a los cubanos de Venezuela” y esa es “una misión patriótica que hay que cumplir”. Esto no está fácil. Actualmente, los trabajadores públicos y dirigentes sindicales sufren la persecución de la administración madurista.
El año pasado murieron 300 trabajadores petroleros por falta de atención médica y hambre. Esas denuncias llevaron a que más de 60 trabajadores estén privados de libertad, acusados de terrorismo