El presidente  Nicolás Maduro y los miembros de la oposición del hermano país de Venezuela, han reiniciado desde ayer las negociaciones en Ciudad de México, conversaciones que desde ya cuentan con el apoyo del primer mandatario de los colombianos Gustavo Petro, quien desde que asumió el poder el 7 de agosto pasado como presidente de Colombia, estrecha lazos de amistad con su homólogo venezolano, lo cual quedó patentizado en la reanudación de las  relaciones diplomáticas que estaban rotas desde el año 2019 por las diferencias entre el entonces mandatario colombiano Iván Duque  y Nicolás Maduro.

Idaed / diariolibertad

El proceso relacionado con las conversaciones entre el Gobierno y la oposición venezolana viene desarrollándose desde hace varias semanas, cuando ambos sectores se encontraron de  frente en París durante el Foro de la Paz.

Es de anotar que estos diálogos se encuentran congelados desde el año 2021, pero tomaron fuerza en los últimos meses, en esta ocasión respaldadas por mediadores internacionales que instaron a las partes a volver a encontrarse en territorio azteca.

Como se recordará, estos diálogos, que se iniciaron el año pasado en la capital mexicana, fueron   suspendidos después de 3 meses,  por decisión del mandatario del hermano país, en señal de protesta por la extradición a Estados Unidos de Álex Saab, por ser considerado como un presunto testaferro de Maduro.

Uno de los tantos tópicos que se estarán dilucidando en este encuentro Gobierno – Oposición de Venezuela, consiste en acordar un cronograma que incluye un acuerdo que garantice unas elecciones presidenciales libres y a conciencia de los venezolanos en el año 2024, ya que entre los opositores existe la certeza de unas pasadas elecciones fraudulentas que mantienen a Nicolás Maduro en el poder; entre tanto, el presidente venezolano exterioriza la necesidad urgente de ponerle fin a las sanciones de Estados Unidos contra esta  antigua potencia petrolera como lo es Venezuela.

Por el optimismo que se observa entre las partes como resultado de estas conversaciones que se iniciaron ayer, se confía en que las dos partes protagonistas inicien las conversaciones mediante la firma de un acuerdo que desbloquearía 2.700 millones de dólares, de fondos gubernamentales actualmente congelados en cuentas internacionales que se podrían utilizar en la reconstrucción de redes eléctricas y financiar proyectos de salud, que tanto se reclama por parte de los venezolanos, entre otras iniciativas.

Es digno de destacar que en repetidas ocasiones, el Gobierno del presidente de EE.UU., Joe Biden, ha planteado que reevaluaría su política de sanciones si el Gobierno de Maduro hiciera concesiones políticas, comenzando con el reinicio de las conversaciones en México.

Otro aspecto de primordial importancia en el camino que conducirá a Venezuela, según el planteamiento de los protagonistas de estas conversaciones en México, apuntan hacia la flexibilización de las restricciones económicas internacionales, lo que contribuiría a  ayudar a Venezuela a incrementar el bombeo de más petróleo, teniendo en cuenta que a pesar de contar con las reservas de crudo más grandes del mundo, la industria petrolera de Venezuela ha sido destruida tras muchos años de mala gestión, falta de inversión, además de las sanciones que prohíben las actividades financieras de las empresas estadounidenses en ese país. 

En la región, además de Colombia, Chile y Brasil eligieron a presidentes izquierdistas este año, que sumados a los de México, Argentina, Bolivia y Perú conforman, según analistas, una nueva ola progresista en la región, que en mucho influirá en las conversaciones a las que hoy hacemos referencia.