23 noviembre, 2024 1:06 am

Las tasas de abuso sexual en el mundo son similares desde hace 30 años

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En 1991, la terapeuta estadounidense Wendy Maltz publicó una guía con ejercicios para que los sobrevivientes de abuso sexual cierren heridas y, poco a poco, alcancen la sexualidad sana basada en el consentimiento, respeto y equidad. Este libro, ahora disponible en español, enfatiza que la víctima no es culpable de lo sucedido, sino el abusador.

RL / Idaed / Sinembargo

De niña y durante la universidad, la autora estadounidense fue víctima de abuso sexual. En entrevista con SinEmbargo, dijo que desafortunadamente las tasas de abuso sexual han continuado de manera similar respecto a hace 30 años, cuando decidió escribir este libro tras un paseo en bicicleta.

Pero al mismo tiempo, agregó en la charla, hay más conciencia sobre el dolor y demás repercusiones. Hay más casos de víctimas que han roto el silencio, incluyendo revelaciones de abuso sexual infantil en hogares, escuelas e iglesias y enfatizó el nacimiento del movimiento #MeToo, el cual, dijo, debe encaminarse hacia lugares donde las personas que han sido abusadas puedan encontrar terapeutas, grupos de apoyo e información.

“Es importante que haya mucha educación a niños, niñas y adultos sobre la importancia del consentimiento y cómo se ve la intimidad saludable”, aseguró Wendy. “Es importante que las personas sepan que no es su culpa, no son responsables de lo que les sucedió. La responsabilidad completa recae en el perpetrador del abuso”.

Durante la videollamada con este medio, compartió para los lectores algunos de los ejercicios que plantea el libro para ir sanando poco a poco las heridas del pasado y alcanzar una sexualidad sana basada en el respeto y equidad; gozar de la oportunidad de “pasar un buen rato”.

“El libro va progresando. Comienza en cambiar las actitudes sobre el sexo y después pasa a eliminar los comportamientos negativos asociados y crear nuevos comportamientos que puedan generar una conexión con la pareja o con uno mismo”, aseveró la terapeuta.

–Ha habido mucho progreso en términos de que las víctimas se sienten más cómodas al hablar tras ver celebridades, películas, libros e historias que se han publicado sobre este tema. Hay más validación de la realidad del abuso sexual en muchos lugares alrededor del mundo. El movimiento #MeToo ha sido muy poderoso para poder impulsar a las víctimas a hablar del abuso. Hemos visto muchos casos de abuso sexual en México en las escuelas, en la iglesia, en la industria del deporte. Todavía sucede. Desafortunadamente las tasas de abuso sexual han continuado de manera similar respecto a hace 30 años. Pero al mismo tiempo, hemos visto más conciencia en cuanto al abuso sexual con centros de crisis y ciertas organizaciones con conferencias sobre cómo tratar las repercusiones.

Aunque también hemos visto un aumento en la pornografía violenta y de fácil acceso a través del Internet o dispositivos móviles. Esto ha introducido una nueva generación de personas al desarrollo de estos patrones de excitación relacionados con temas de violencia sexual, lo cual es un contra equilibrio hacia esta conciencia de la gravedad y sufrimiento de lo que sucede con el abuso sexual.

Es importante que haya mucha educación a niños, niñas y adultos sobre la importancia del consentimiento y cómo se ve la intimidad saludable. También se debe proteger más a la niñez de influencias negativas como la pornografía violenta y de mensajes negativos donde se asocia al sexo con dominación, poder y control. Incluso en la parte de masculinidad, porque es más probable que la violencia sexual suceda de parte de hombres. Tenemos que educar sobre los problemas graves que pueden surgir y que duran mucho tiempo por el abuso sexual; puede crear mucho dolor en las personas.

–Ya adentrándonos al contenido del libro, que es una guía para sobrevivientes de abuso sexual, ¿qué puntos son clave para que un sobreviviente se vaya acercando poco a poco a la sanación y a lo que usted llama el sexo sano?

–Es importante reconocer que la herida del abuso sexual ocurrió en muchos niveles. Ocurrió en términos en cómo piensas sobre el sexo, el significado que le das, en cómo te ves a ti mismo como una persona con sexualidad. La herida también ocurre en términos de reacciones a las caricias y a la forma en como se disfruta el sexo, lo que puede provocar problemas con la pareja. El proceso de sanar tiene que cubrir todas estas diferentes áreas. El libro va progresando. Comienza en cambiar las actitudes sobre el sexo y después pasa a eliminar los comportamientos negativos asociados y crear nuevos comportamientos que puedan generar una conexión con la pareja y tener nuevas asociaciones frente a las caricias para que la persona se sienta relajada y con control; que pueda pasar un buen rato.

–El libro cuenta con testimonios, pero además qué ejercicios ofrece que quiera destacar para los lectores.

–El libro está lleno de diferentes ejercicios y técnicas para diferentes etapas del viaje para sanar. Hay una parte del libro que habla de un inventario de afecciones sexuales que el lector puede ir marcando sobre las experiencias que tiene con el sexo, la intimidad y los sentimientos hacia el sexo. Hay repercusiones del abuso sexual. Muchas veces las personas no han hecho esta conexión entre los problemas que tienen, la forma como ven el sexo y el abuso sexual que sufrieron en el pasado; tal vez no pensaron que el abuso sexual del pasado podría crear este tipo de problemas.

Ver este inventario puede hacerles notar que otros sobrevivientes han identificado lo que está experimentando como repercusiones del abuso sexual. En el libro también – probablemente una de las contribuciones más profundas que tiene– se aborda el reaprendizaje. Los ejercicios de reaprendizaje de las caricias y del toque. Estos involucran una serie de ilustraciones que ayudan a los sobrevivientes a aprender habilidades básicas para la intimidad física. Cuestiones que podemos asumir que todos conocemos como cómo respirar, cómo estar relajado, cómo mantenernos presentes, cómo decir algo en voz alta si lo necesitas. Son cosas básicas, pero pueden ser realmente muy difíciles para los sobrevivientes.

Estos ejercicios de reaprendizaje del contacto pueden ser como un juego, algo  divertido con la pareja o solos. Enseñan estas habilidades de desarrollo que pudieran estar dañadas o haberse perdido por el abuso. Se puede ver también un video de estos ejercicios de reaprendizaje que está de manera gratuita en mi sitio web healthysex.com (sexo sano). Se ven muy simples y parecen fáciles, pero realmente son muy profundos. Hay una rutina de aplaudir en pareja, por ejemplo. Pero si lo estás haciendo, si estás dentro de tu cuerpo y no estás disociado, se puede tener una experiencia totalmente diferente.

–¿Qué consejos le daría a las personas que aún están en la fase de no poder romper el silencio para posteriormente reconocer que hubo un abuso sexual?

–Es importante que las personas sepan que no es su culpa, no son responsables de lo que les sucedió. La responsabilidad completa recae en el perpetrador del abuso. Y cualquier reacción que la persona tenga durante o después del abuso es entendible debido a la naturaleza del trauma sexual. El abuso sexual puede suceder con una sensación gentil, te acarician de una manera que te sientes bien y te dicen que te quieren, pero te están abusando, lo que puede ser confuso. También puede ser un abuso violento. Pero todas las formas pueden llevar a problemas porque se desglosan en romper la confianza humana.

Hay que saber que hay muchos recursos. Hablar con un terapeuta, buscar fuentes confiables de información en internet para sanar del abuso sexual en general y hay grupos de apoyo que también pueden ser muy útiles. La sanación es posible con este apoyo e información. Al reclamar la sexualidad de vuelta, volver a hacerla algo positivo, te hace sentir más empoderada o empoderado y con confianza en la vida. Realmente vale la pena. Hay que mencionar los buenos momentos que se pueden pasar conectando con una persona que te importa y poder tener sexo en tus propios términos y tú con el control.

–Gracias, Wendy. Finalmente, al inicio hablaba del #MeToo, un movimiento que se vivió en Estados Unidos, México y otros países. ¿Hacia dónde debe encaminarse este movimiento para abonar a la sanación de los sobrevivientes de abuso sexual?

–Es importante que se encamine hacia los servicios disponibles en cada comunidad, lugares adonde las personas que han sido abusadas sexualmente puedan encontrar terapeutas o grupos de apoyo. El movimiento debería irse hacia donde esta información esté disponible y de manera pública; que venga de recursos gubernamentales o académicos y que puedan educar a las personas sobre el abuso sexual y el daño que puede generar.

También necesita encaminarse hacia más controles sobre las influencias negativas para la niñez y jóvenes para que, cuando estén creciendo, aprendan la diferencia entre la sexualidad violenta y abusiva, de la sexualidad sana basada en el respeto, el consentimiento, la seguridad, la equidad y la confianza. Tenemos que enseñarle a los jóvenes cómo comunicar de manera más directa y poder ser empáticos a las reacciones de otras personas.

Creo también que necesitamos detener los ciclos de abuso dentro de las familias porque problemas como el incesto tienden a ser intergeneracionales hasta que se les detiene este comportamiento. Hay mucho trabajo por hacer y también creo que hay muchas señales de que estamos avanzando.

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