El Poder Judicial y otras instituciones de países como México, Brasil y Estados Unidos han dirimido recientemente conflictos electorales sin necesidad de injerencia externa
El nuevo intento de la oposición extremista venezolana para tomar el poder por la fuerza y desplazar al Gobierno Revolucionario ha entrado en fase de congelamiento tras la decisión del Tribunal Supremo de Justicia que certifica la reelección del presidente Nicolás Maduro en los comicios del 28 de julio, tal como lo anunció ese día el Consejo Nacional Electoral.
“Certificamos de forma inobjetable que el material electoral peritado convalida los resultados emitidos por el CNE donde resultó electo Nicolás Maduro Moros”, así lo informó la presidenta del TSJ, Caryslia Rodríguez, el pasado 22 de agosto.
La sentencia llega luego de que el jefe de Estado solicitara el pasado 8 de agosto un recurso contencioso electoral con la finalidad de aclarar todos los asuntos referentes a la elección, debido a las acciones desestabilizadoras emprendidas por los grupos de extrema derecha que generaron violencia los días 29 y 30 de julio y un saldo de 27 personas fallecidas, tras el desconocimiento del candidato de la ultraderecha Edmundo González Urrutia de los resultados anunciados por el CNE.
Vista la perturbación nacional que causó la ultraderecha con su actitud en contra del CNE, el presidente Maduro acudió a la instancia que constitucionalmente tiene competencia en esta materia, la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, para que, una vez dirimida la controversia suscitada, pudiese regresar la tranquilidad a la nación.
De esta manera, el mandatario dio cauce institucional a una disputa que sirvió a la ultraderecha para desestabilizar el país y que el Tribunal Supremo de Justicia finalmente solucionó.
La Sala Electoral elaboró la sentencia que despejó la controversia luego de realizado el peritaje técnico al material electoral consignado tanto por los representantes de partidos políticos como por los ex candidatos presidenciales, entre ellos el presidente de la República, Nicolás Maduro.
De esta manera el máximo tribunal del país en ejercicio de sus atribuciones constitucionales intervino para avalar las actuaciones del Poder Electoral y aclarar las dudas e incertidumbres que se generaron debido al desconocimiento del resultado electoral por un sector de la oposición que nunca ha reconocido sus derrotas.
Justicia contra la violencia
Así como el presidente Nicolás Maduro recurrió a la Sala Electoral del TSJ para que certificara su triunfo en los comicios del 28 de julio y detener la violencia desatada por la ultraderecha, países como Estados Unidos, Brasil y México, luego de haber pasado por situaciones similares, pudieron resolver tales circunstancias a través de instancias judiciales u otras instituciones.
En el caso de las elecciones presidenciales del año 2000 en Estados Unidos fue la Corte Suprema de Justicia de ese país la que dirimió el caso, mientras que en el año 2020 fue el Congreso estadounidense el que puso fin a la disputa por los resultados electorales.
En el primer caso, el Poder Judicial decretó que no había lugar a un nuevo recuento de los votos del estado de Florida por falta de garantías constitucionales y con ello concedió la presidencia a George Bush hijo.
El republicano se peleaba la Casa Blanca con el demócrata Al Gore, quien había pedido que se contaran manualmente las boletas tabuladas por máquina en ese estado sureño, ya que la diferencia era de tan solo 537 papeletas.
Luego de la sentencia de la Corte Suprema, el excandidato Al Gore decidió no seguir reclamando y aceptar su derrota.
El Congreso paró a Trump. En 2021, el magnate y abanderado republicano Donald Trump, quien aspiraba a la reelección en la presidencia de Estados Unidos, con un discurso violento catalogó de fraude los resultados que dieron como ganador al actual mandatario estadounidense Joe Biden.
El 6 de enero de 2021 miles de simpatizantes de Donald Trump irrumpieron en el Capitolio de Washington para tratar de detener la confirmación de Joe Biden como presidente electo.
En el asalto murieron 9 personas entre ellos 2 policías y resultaron heridos 150 agentes. Luego de controlada la insurrección, pasadas las 3 de la madrugada, el Congreso de Estados Unidos certificó la victoria de Joe Biden.
En una acción que el expresidente Donald Trump calificó de traición, su vicepresidente Mike Pence manifestó su apegó a la institucionalidad y rechazó la violencia.
“Los que trajeron el caos a nuestros Capitolio, no ganaron. La violencia nunca gana, lo hace la libertad y esta es aún la casa del pueblo”, puntualizó el vicepresidente Pence.