En medio de una creciente división en la oposición venezolana sobre cómo continuar la batalla política contra el chavismo, Juan Guaidó defiende su liderazgo y presume de que cuenta con el respaldo de Estados Unidos a pesar del cambio de Joe Biden por Donald Trump.
RL / Idaed / BBC
“Yo lidero la coalición democrática de Venezuela, no sólo por la representatividad que tiene la plataforma unitaria, sino también por la Constitución”, dijo Guaidó en una entrevista con BBC Mundo tras presentar un “acuerdo de salvación nacional” en el que tiende la mano a Nicolás Maduro para negociar.
Tras proclamarse presidente encargado en febrero de 2019 y pasada la ilusión que eso generó en sus filas, Guaidó reconoce la “resistencia” de Maduro y ahora plantea un acuerdo en busca de elecciones libres y justas ya sin el requisito del “cese de la usurpación”.
En diciembre, Henrique Capriles, dos veces candidato presidencial, dudó del liderazgo de Guaidó y trató de negociar condiciones para participar en las elecciones parlamentarias con el apoyo de la Unión Europea.
Ahora, Capriles y otros grupos opositores mostraron su satisfacción por la negociación de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) que cuenta con una mejor representación de la oposición.
Tras mantener una estrategia de abstención desde las presidenciales de 2018, la oposición se enfrenta ahora con diferentes perspectivas a la decisión de participar en las elecciones regionales y municipales anunciadas para el 21 de noviembre, si mejoran las condiciones, ya que varios partidos y líderes opositores continúan inhabilitados.
En las últimas semanas, el que el chavismo ha realizado varios gestos que son vistos como un posible intento de acercamiento al nuevo gobierno de Biden que, como Donald Trump, sigue respaldando a Guaidó pero también ve con buenos ojos el nuevo CNE y apuesta claramente por el diálogo.
Todo ello hace que tras meses de parálisis, el tablero político en Venezuela vuelve a activarse.
Tras haber sido usted el referente y el líder de la oposición indiscutido, Henrique Capriles abogó en diciembre con el apoyo de la Unión Europea por tratar de lograr condiciones y participar en las elecciones legislativas, algo a lo que usted se opuso. Ahora una parte de la oposición ha negociado un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) más ventajoso para la oposición. También en contra de su parecer. Entonces, ante todo esto, ¿aún se considera el líder de la oposición?
En este momento sin duda representamos a la coalición, a la plataforma unitaria, a la Asamblea Nacional [Parlamento] con el reconocimiento de los países aliados. Eso no ha variado. Y por supuesto con el apoyo del pueblo de Venezuela. Tras tres años enfrentando a la dictadura es un desgaste nacional el que existe (…) Mantenemos una exigencia muy clara, que es recuperar la democracia a través de elecciones libres y justas. Ahora, una disputa por el liderazgo al interno de un país es normal, natural, lo importante es canalizarlo (…) Tenemos que canalizar de forma muy inteligente cualquier diferencia natural.
Usted plantea un acuerdo con el chavismo cuando parece difícil que se entiendan incluso entre ustedes dentro de la oposición. ¿Cómo va a llegar a un acuerdo con Maduro si ni se entiende con Capriles?
Yo lidero la coalición democrática de Venezuela no sólo por la representatividad que tiene la plataforma, sino también por Constitución. Habrá interpretaciones o no, pero yo soy el presidente del Parlamento y de la comisión delegada por unanimidad de todos los partidos que conforman la unidad democrática.
El CNE no es la solución (…) Ganamos en 2015 [las elecciones parlamentarias] y el Tribunal Supremo secuestró competencias. Participamos en las regionales de 2017 y hasta nos quitaron la gobernación (…) Ya Venezuela pasó suficientes proceso fallidos de negociación en el pasado y por eso lograr un acuerdo no sólo pasa por una negociación; serán necesarios garantes, mayor presión incluso porque otra falsa elección no lleva a una solución, ni siquiera para el chavismo.
Este acuerdo de salvación es un cambio de estrategia, ya no se exige un cese de usurpación. ¿A qué se debe el cambio y por qué es ahora realista pensar que Maduro va a ceder unas elecciones presidenciales?
No es un giro, ya en 2019 intentamos una negociación con el reino de Noruega. Ahora somos más explícitos en este momento, más vocales, lo asuminos en ofensiva, pero no es un cambio ni un giro, es ponerlo como alternativa urgente para generar confianza con nuestros aliados.
¿Por qué Maduro aceptaría una elección libre? No quiere una elección libre. Es un dictador señalado por delitos de lesa humanidad (…) No va a venir por buena voluntad sino a través de lo que hemos hecho hasta ahora (…) Si no aceptan un acuerdo, hay mecanismos como el aumento de la presión internacional (…) Maduro y su entorno saben que el haberse robado la elección de 2018 no les favoreció y una elección sin el reconocimiento de la alternativa democrática no les va a ayudar en nada más allá de dividir a la alternativa democrática con negociaciones paralelas.
Usted reconoce la resistencia de Maduro y tras estos años no se han cumplido sus objetivos del cambio de gobierno. En ese sentido, ¿no es normal que se busquen otras estrategias en la oposición?
Son entre comillas nuevas estrategias (…) En 2017 fuimos a regionales, en 2015 ganamos el Parlamento, en 2016 activamos el referendo revocatorio y la dictadura lo robó, e impuso la Asamblea Constituyente. En 2012 hicimos primarias y fuimos a presidenciales… No estamos hablando de nuevas estrategias.
Hace unos días el político opositor Carlos Ocariz planteaba la posibilidad de legitimar liderazgos en la oposición, de elegir candidatos. Viendo la división de estrategias que hay y la falta de movilización en las calles los últimos meses, ¿no sería una buena idea?
La propuesta es interesante entendiendo que estamos en dictadura. Hicimos una consulta popular en diciembre y eso es una experiencia que pudiéramos replicar en el futuro, pero lo importante es el cumplimiento de nuestros derechos. La propuesta de Ocariz hay que evaluarla y si nos ayuda a movilizar, a prepararnos, por supuesto que estaremos atentos. Pero no es un tema de cargos, hay que poner de lado cualquier aspiración por este acuerdo.
¿Qué va a hacer usted para tratar de unirse con Capriles y con otros grupos para ir juntos en una estrategia, sea la que sea?
Existe una plataforma unitaria con participación de la sociedad civil, con más de 40 partidos para favorecer la discusión, la toma de decisiones. También debe haber unidad de propósito.
Todas esas personas que ven con buenos ojos cualquier imposición o designación del régimen… Lo que hay que hacer es ir a exigir. Si hubiera un CNE realmente independiente en Venezuela, hoy estarían convocando un cronograma de elecciones que incluya las presidenciales. Hay partidos y líderes inhabilitados, exiliados, algunos presos…
Parece que esa unidad siempre tiene que ser en torno a usted… ¿qué ocurre si hay otros que disienten?
Primero tienes que convencer a tu partido político, luego a la convención democrática, luego al resto de factores de la sociedad… Hay estrategias paralelas que se alinean y pueden llegar al mismo objetivo porque al final nadie está hablando de nada distinto que lograr elecciones libres y justas (…) Todos los que quieran sumar en ese proceso hay que incorporarlos y hemos creado los espacios para eso.
¿Qué ha cambiado con la llegada de Biden al gobierno de Estados Unidos tras el apoyo tan fuerte que usted tuvo de parte de Donald Trump? Hasta el Departamento de Estado fue menos crítico que usted con el nuevo CNE…
El Departamento de Estado, la Casa Blanca, España han apoyado nuestra propuesta. El gobierno de Biden aún está en transición y hemos ido trabajando para alinear los objetivos. y no solo con el gobierno de Biden.
Hay otros líderes opositores que hablan con Washington y Bruselas. ¿Siente que ha dejado de ser el único interlocutor con EE.UU. y la comunidad internacional?
Estados Unidos ha dejado muy claro que me reconoce como presidente encargado. Eso no ha cambiado ni va a cambiar. Desde 2018 tengo relación formal con la embajada de los Estados Unidos y siempre se han reunido con todos, es la labor normal de cualquier misión diplomática. La respuesta temprana al apoyo de nuestra propuesta es bastante evidente más allá de que algunos actores quieran hacer ver que tienen interlocución directa.
El gobierno de Maduro ha hecho recientemente gestos que son vistos como concesiones al de Biden, que a cambio podría relajar algunas sanciones. ¿Cómo vería un acercamiento directo entre ellos?
Son gestos entre comillas, nada nuevo para los venezolanos, nada diferente a lo que vimos en 2017, cuando liberaron a Lepoldo López. No son nuevos, pero hoy la dictadura tiene menos margen de maniobra y menos credibilidad. Por lo que tiene que hacer movimientos que le generan contradicciones. El régimen quiere distender la presión internacional que tiene. ¿Eso lleva a una negociación o un acuerdo? No necesariamente… Esos gestos serán tomados en cuenta sólo si llevan a un acuerdo integral.
¿Rechaza completamente ir a las elecciones regionalesy municipales de final de año o está abierto si hay ciertas condiciones?
No hay condiciones mínimas, derechos como los de elegir y ser elegido y de participación están secuestrados. Las municipales no son una solución, pero son mecanismos de participación u organización, entendiendo que estamos en dictadura. Evaluaremos, exigiendo condiciones, la participación en las regionales en base a ese objetivo del acuerdo.
Usted tiene aún el poder de manejar activos congelados por EE.UU. Una parte, afirman, se ha usado para pagar el mecanismo Covax para la llegada de vacunas a Venezuela, pero hay otros pagos menos detallados. Como parte de recursos del Estado, ¿cuáles son los mecanismos de control, de rendición de cuentas para todos los venezolanos?
Existen los mecanismos de control de cualquier parlamento. Está el control previo en la comisión de finanzas del Parlamento… Eso tiene que ver con el escrutinio público, pero también para la aprobación de la licencia de la OFAC [Oficina de Control de Activos Financieros].
Estamos apenas en esa etapa todavía en la que debe explicarse claramente el origen de los fondos y el destino. Casi el 80% va con todo lo que tiene que ver con el covid, el mecanismo Covax, la compra de vacunas en el mercado internacional y tiene que ver con la Asamblea Nacional y el mantenimiento de la institución. Pero lamentablemente aun estamos en proceso de pasar estos controles.
¿Tras estos años ha pensado en dejarlo? ¿No siente que esa ilusión que despertó en sus filas es ahora desilusión con usted y con toda la oposición?
La esperanza es una decisión personal. No hay un venezolano que quiera vivir con Maduro. Puede haber desgaste, puede haber frustración, ¡debe haberla! Pero eso no significa rendición. En 2019, en 2017, en 2015 sentíamos el cambio mucho más cerca.
Muchos de sus seguidores lo ven ahora muy lejano…
Se percibe lejos y por ello puede haber frustración (…) Entiendo que algunas personas quieran hacer ver a Maduro entre comillas fuerte, pero la verdad es que ni siquiera controla la moneda ni el territorio nacional (…) Yo sí veo el cambio, pero debemos mantenernos firmes en nuestras exigencias y con la audacia que amerita el momento.