El Ministerio del Interior, Justicia y Paz de Venezuela ofreció una recompensa por información que establezca dónde están los miembros de la banda liderada por Carlos Luis Revete, alias Koki, supuestos responsables de la intensa balacera que mantiene en ascuas a varios sectores del suroeste de Caracas desde la tarde del miércoles, informó el despacho de Comunicación e Información en su cuenta de Twitter.
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Las recompensas llegan hasta US$ 500.000 y es la primera vez que el cuestionado Gobierno de Nicolás Maduro identifica a Revete como el líder de una estructura criminal que controla la Cota 905, un sector popular del oeste de Caracas, y ejerce influencia en barriadas y urbanizaciones cercanas como La Vega, El Paraíso, El Cementerio o Quinta Crespo.
No es la primera vez que se reportan disparos en esa zona de la capital venezolana. En marzo varios ciudadanos quedaron atrapados en un túnel durante un tiroteo, pero las autoridades no se pronunciaron.
En esta ocasión los habitantes de esa zona de la capital, que comprende barrios populares y urbanizaciones de clase media llenas de edificios, han pasado en vilo durante más de 24 horas.
“Tragedia y zozobra”
CNN pudo conversar con un vecino de la parroquia La Vega, un hombre de 28 años que por razones de seguridad prefirió no identificarse, y contó parte de la “tragedia y zozobra” que tuvo que vivir junto a su familia.
Dijo que a las 4:00 p.m., hora local, cuando comenzaron a escucharse los disparos, su hija de cinco años se encontraba en tareas dirigidas. En medio de la tensa situación, la maestra suspendió la clase y acompañó a su alumna y a la hermana de 15 años hasta su casa.
El vecino cuenta que ambas estaban muy asustadas y nerviosas, se habían quedado solas y no sabían qué hacer. Dice que luego permanecieron en casa, acostadas en el piso, a la espera de que su madre regresara del trabajo. Por fortuna, la madre logró llegar antes de que arreciaran los disparos.
Pero él no corrió con la misma suerte.
Relata que estaba trabajando cuando supo del tiroteo cerca de su casa. Cuando terminó su turno entendió que era tarde para volver y decidió esperar. Estaba en la avenida principal de El Cementerio, un sector de clase media del suroeste de Caracas, lejos de su casa, donde también se escuchaban las detonaciones y los gritos de los delincuentes, que decían que no podía pasar.
Desde El Cementerio es posible llegar a La Vega, donde vive el vecino entrevistado por CNN, a través de las trochas de las montañas del suroeste de la capital venezolana. Es un paso riesgoso, pero, a la vez, dice, era la única forma de llegar a su casa porque las vías principales estaban bloqueadas.
Durante el trayecto, el hombre asegura que pudo ver a lo lejos cómo los delincuentes disparaban contra vehículos y saqueaban un camión, que posteriormente quemaron.
Después de llegar a casa, cuenta, no acabó la pesadilla. Los disparos continuaron durante la noche con breves pausas seguidas de nuevos ataques. Sin embargo, asegura que pensaba que en la mañana del jueves el escenario cambiaría.
Pero no fue así.
Al despertar, dice que pudo ver cómo los delincuentes pasaban entre las casas gritando a los vecinos de La Vega que no podían salir y que nadie podía entrar al sector.
Acusaciones cruzadas
En su cuenta de Twitter, la ministra del Interior y Justicia, Carmen Meléndez, dijo que las autoridades habían iniciado un operativo “para restaurar la Paz y la tranquilidad de las comunidades del sur y el oeste de la ciudad de Caracas”.
Sin presentar pruebas, Meléndez acusó de lo ocurrido a la “sectores de la derecha venezolana con complicidad internacional”.
El líder opositor Juan Guaidó dijo en sus redes sociales que “la dictadura es responsable de promover, financiar y generar impunidad a bandas que hoy generan zozobra como hizo con el ELN y la disidencia de las FARC”.
“No vengan ahora con excusas y libretos repetidos”, aseguró.