La crisis social y la emergencia humanitaria compleja sigue golpeando a la población, en especial a los más pobres, mujeres y niños, mientras la actividad económica sigue marcada por la recesión y una hiperinflación, en medio de un escenario permanente de conflicto político, aderezado con unos comicios que algunos actores no reconocen como válidos.
IDAED / Tal Cual.
En este escenario se instaló una mesa de negociación y diálogo en agosto de este año entre el oficialismo y oposición en México, bajo la mediación del Reino de Noruega, con siete puntos en agenda, entre ellos la «protección de la economía nacional y social al pueblo».
A principios de septiembre se logró la firma de un «acuerdo parcial para la protección social del pueblo venezolano», donde se establecieron seis puntos, «entendiendo los efectos que el sobrecumplimiento de las sanciones» producen al país y la emergencia humanitaria compleja, agravada por la pandemia de covid-19.
Pero el pasado 16 de octubre, la representación de la administración de Nicolás Maduro en México anunció que no se incorporarían a una nueva ronda de negociación con la oposición, tras la extradición del empresario Álex Saab —a quien habían incorporado nominalmente como uno de sus delegados— desde la República de Cabo Verde a Estados Unidos.
La extradición, para el sector oficialista representado por Jorge Rodríguez, era una «agresión» al proceso. En particular, Maduro ha defendido a Alex Saab como su «representante diplomático» e incluso como un «enviado especial humanitario».
Desde el Foro Cívico, una instancia social que inició en 2017 donde confluyen casi 700 organizaciones y 194 actores civiles, se manifestó su preocupación por la suspensión de este espacio, bajo premisas que «anteponen intereses particulares al bienestar del pueblo de Venezuela y hemos asumimos el desafío de defender el derecho que tenemos los venezolanos a buscar la paz y el entendimiento», explica la arquitecta Mariela Ramírez, coordinadora del movimiento Dale Letra y vocera del Foro.
En conversación con TalCual, Ramírez resalta que el Foro Cívico se ha manifestado «como parte interesada y doliente del proceso de negociación. Un proceso que consideramos ineludible para construir la transformación que el país demanda. Creemos que la negociación representa una gran oportunidad y una esperanza para que Venezuela pueda reconducir el conflicto político hacia vías institucionales, edificando una solución pacífica, constitucional y electoral para recuperar la normalidad democrática y humana a la que todos aspiramos».
También insisten a los actores políticos, de manera pública y privada, «a mantener el norte y avanzar en esta oportunidad histórica, poniendo a los venezolanos en primer lugar, en especial a los más vulnerables; allanando espacios para la superación del conflicto, para la cimentación del entendimiento, de la cooperación y de la transformación de la realidad».
Otra de las cuestiones que destaca Ramírez es la necesidad de avanzar en la concreción de los acuerdos sociales, «para evitar la multiplicación de víctimas y salvar vidas. Mantenemos los canales de comunicación con las partes demandando respuestas urgentes para el pueblo de Venezuela».
Ni la mesa de atención social, una propuesta del primer acuerdo parcial, o los mecanismos de consulta con el resto de la sociedad fueron instalados formalmente durante el periodo de negociación en México, aunque las conversaciones con estos sectores se han mantenido.
—Desde Foro Cívico, ¿cuál era su propuesta de agenda social y temas humanitarios a ser discutida en México?
— En el aspecto humanitario planteamos a los actores en México la retoma de un mecanismo para promover avances en relación con el acuerdo de Covax, con el fin de garantizar un buen acceso a vacunas y un plan nacional de vacunación que permita la adecuada distribución y aplicación de acuerdo con los requisitos técnicos y un plan de monitoreo y rendición de cuentas.
»También planteamos la importancia de construir mecanismos que faciliten y protejan la acción humanitaria. En este sentido es importante que la ciudadanía conozca que desde hace más de un año trabajamos junto al Estado venezolano, la ONU, con acompañamiento de los gobiernos de Suiza y Rusia en la creación de una Instancia de Coordinación Operativa Humanitaria Nacional, espacio que permitiría la mejor coordinación de la respuesta humanitaria entre todos los actores que actúan en ese terreno y su protección y que requiere de la voluntad política de los actores decisores para su concreción.
»Así mismo seguimos abogando por ‘Acuerdos por la vida y por la gente’ que atiendan la emergencia social, por ello saludamos el anuncio de la creación de una Mesa de Atención Social como resultado de la primera ronda de negociaciones, que lamentablemente no avanzó con la suspensión de la negociación.
—Dentro de la negociación en México se propuso la creación de un mecanismo de consulta con diversos sectores, ¿se avanzó en este punto?
—Las conversaciones y consultas continúan. Las partes han estado trabajando junto a la comunidad internacional en este sentido y este era uno de los puntos a discutir en la sesión que fue suspendida por parte del grupo en el poder. De nuestra parte nos mantenemos movilizados, buscando espacios de intermediación e interlocución para el adecuado diseño de este mecanismo de consulta con los diversos actores sociales y políticos, pues lo consideramos determinante para el fortalecimiento del mecanismo de negociación y la adecuada inclusión de una agenda social a las discusiones.
—La suspensión de la negociación deja nuevamente en manos de la administración Maduro el resolver los temas sociales y humanitarios, ¿creen que se pueda avanzar en este aspecto?
—La responsabilidad sobre los temas sociales y humanitarios es de todos, sin lugar a duda la actual administración tiene las mayores responsabilidades, pero es imperativo que todos asumamos la responsabilidad colectiva sobre el porvenir del pueblo de Venezuela. No hay que olvidar el papel determinante que tuvieron actores de la sociedad organizada en visibilizar la crisis. Labor que comenzó en el 2016 y que suscita que en el 2017 y 2018 entre con fuerza la cooperación europea y el 2019 finalmente el gobierno reconozca la situación de necesidad humanitaria y facilite la instalación de la arquitectura humanitaria de Naciones Unidas.
»En ese proceso se ha evidenciado que la situación humanitaria convoca a diversos sectores que han mostrado su vocación de salir a resolver, a aportar, a utilizar sus capacidades y conocimientos para dar respuesta a la población en necesidad. Vamos a seguir avanzando en ese aspecto más allá de la voluntad política de los decisores y de lo que ocurra en México, como ya venimos haciéndolo. La respuesta humanitaria que se ha edificado ha sido parte de un esfuerzo colectivo.
—¿Han conversado con actores internacionales para hacerle sus propuestas en el tema humanitario mientras la negociación no avanza?
—Estamos en permanente comunicación con los actores nacionales e internacionales planteándoles la urgencia y la dimensión de la necesidad humanitaria en el país. Seguimos sensibilizando actores sobre la necesidad de que la respuesta humanitaria cuente con el financiamiento adecuado y también hemos manifestado nuestra profunda preocupación sobre el subfinanciamiento de la respuesta en Venezuela y la necesidad de acciones urgentes, considerando que en el 2019 de 23 planes de respuesta humanitaria internacional Venezuela fue el que menos apoyo recibió. En el 2020 fuimos el número 27 de los 28 planes de respuesta humanitaria internacional, y en el 2021 estamos entre los 10 últimos de más de 30. En promedio estamos entre 16 y 22% de financiamiento, cosa que representa una enorme deficiencia.
»Los actores decisores deben escuchar el clamor de los venezolanos y tener conciencia de la importancia de avanzar en esta materia por encima de la diatriba política. Tomando en cuenta los datos aportados anteriormente y otras variables como que la crisis de refugiados es la segunda en el mundo después de la de Siria, con un impacto regional enorme, con personas que migran en situaciones verdaderamente difíciles, de carencia, sufriendo todo tipo de dificultades como reclutamientos forzosos, tráfico etc. También que, de acuerdo con el reporte global de seguridad alimentaria, Venezuela es el cuarto país con mayor inseguridad alimentaria y que tenemos deficiencias muy severas en términos de la respuesta en salud. Así que más allá de que la negociación siga su camino y que, ojalá, facilite en acuerdos entre los sectores políticos, es necesario atender esta situación pase lo que pase en México. La población venezolana necesita y requiere acciones urgentes, y nosotros exigimos que se responda de acuerdo con esa necesidad local y por ello seguimos movilizados.