Cuando los fantasmas del caos rodean la casa, muchos abren la puerta. Pero otros eligen un camino distinto, uno en el que la muerte es la única salida. El suicidio, Alan García entra en el último grupo de expresidentes, aquel alimentado por figuras de la política que prefirieron bajar el telón de la manera más abrupta.
Dos veces mandatario de su país, el abogado se disparó cuando iba a ser detenido por las autoridades al estar supuestamente involucrado en un entramado de corrupción vinculado al caso Odebrecht. El expresidente fue llevado de emergencia a un centro de salud en Lima, donde murió dos horas después.
Sus supuestos delitos: lavado de activos, colusión y tráfico de influencias, cargos atados a su nombre desde 2017, cuando iniciaron las investigaciones.
Los rastros de la corrupción lo llevaron a tomar la decisión, causa que empujó a las mismas consecuencias a otros tres expresidentes.
Antonio Guzmán Fernández
El resultado de la decepción. A pesar de no haber manchado sus manos en casos ilícitos, el exmandatario dominicano acabó con su vida de un disparo en el Palacio Nacional la madrugada del 4 de julio de 1982. El hecho ocurrió apenas 43 días antes de pasar el testigo a Salvador Blanco, ganador de los comicios presidenciales.
José Francisco Peña Gómez, líder del Partido Revolucionario Dominicano, dijo ese mismo año que el lamento por la actuación de varios funcionarios cercanos y su posterior despido fue suficiente para suicidarse. “(Guzmán Fernández) había tenido que apartar de sus cargos a algunos funcionarios cuyos nombres me ofreció, porque no habían respondido a la confianza que depositara en ellos”, expresó a EFE.
Lazarus Salii
Constituida en 1981 y reconocida como nación en 1994, la isla de Palaos es uno de los cuatro territorios que conforman Micronesia, Estado que el 20 de agosto de 1988 sufrió la muerte del encargado del país, acusado de soborno a lo largo de su carrera política.
Salii había asumido el puesto luego del asesinato de Haruo Remeliik en 1985, pero el peso de sus actos se tradujo en presión y ello en muerte, marcando de la manera más violenta el inicio de la trayectoria de una isla cuyos dos primeros presidentes murieron antes de dar por concluidos sus periodos.
Roh Moo-hyun
Al igual que García, el surcoreano no se encontraba en el cargo al momento de suicidarse; sin embargo su caso data del 23 de mayo de 2009, un año después de haber finalizado su trabajo al frente de la nación asiática.
Con las miradas puestas sobre él por el supuesto soborno de $5 millones, un hecho que calificó como un préstamo, la justicia de su país se encontraba en pleno proceso de investigación. Pero Roh murió antes de que las pesquisas concluyeran. El abogado salió a caminar a primera hora y se arrojó desde un acantilado cercano a su hogar.
Los rastros de la corrupción loS llevaron a tomar la decisión, causa que empujó a las mismas consecuencias a otros tres expresidentes.