Venezolanos en Miami celebraron el martes el alivio migratorio del gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, una medida que cayó como “un vaso de agua fresca” para los inmigrantes de una comunidad que sin embargo apoyó en su mayoría al exmandatario Donald Trump.
EB / Idaed / metrolibre
El Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) anunciado el lunes protege de la deportación a más de 300.000 venezolanos que ya están en Estados Unidos, pero además les permite trabajar legalmente y viajar al exterior con una autorización.
Haciendo un alto en las clases de tenis que ofrece a particulares en Miami, el venezolano Pablo Rojas dijo que la noticia era “una maravilla” para él.
“Cualquier cosa que sirva para estar más cómodo de verdad que me cae como un vaso de agua fresca”, comentó el deportista de 30 años, quien llegó a Miami hace uno huyendo de la catástrofe económica y humanitaria que padece su país.
Más al oeste de Miami, en El Doral –apodada Doralzuela por su numerosa población venezolana–, una veintena de personas se reunieron para festejar la medida en el icónico restaurante El Arepazo, con banderas tricolor y pancartas que decían “Gracias Joe Biden”.
Uno de ellos era Eleazar Guevara, miembro del grupo Venezolanos Por Biden, según quien, con esta medida, el gobierno expresa “que en Venezuela hay una dictadura”.
El TPS “reconoce que en Venezuela hay violación a los derechos humanos”, dijo Guevara, de 40 años y exiliado político del partido Voluntad Popular.
Un funcionario de gobierno dijo a periodistas que el decreto estará vigente por 18 meses debido a las “extraordinarias circunstancias temporales”.
“Recibimos la noticia con mucha alegría y agradecimiento”, dijo a la AFP José Colina, presidente de la Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex).
– Despejando incertidumbres –
El TPS fue una promesa de campaña de Biden que, aunque se reiteró en numerosas ocasiones, no había calado entre los electores venezolanos de Miami que en su gran mayoría apoyaron la reelección de Trump.
Durante la campaña electoral el año pasado, la exitosa estrategia de Trump en Florida consistió en convencer a las comunidades hispanas de que su rival, Biden, iba a conducir a Estados Unidos por un camino similar al de Cuba y Venezuela.
Muchos venezolanos temían entonces que un gobierno demócrata se reconciliara con el gobernante venezolano, Nicolás Maduro.
Aunque la campaña demócrata negaba estas afirmaciones y prometía un TPS para los venezolanos, el discurso de Trump convenció a los hispanos conservadores de Florida y el exmandatario ganó cómodamente las elecciones en este estado, si bien perdió la presidencia.
Una encuesta divulgada la semana pasada por el grupo de expertos del Atlantic Council halló que 65% de los venezolanos y cubanos de Florida votaron por Trump en noviembre.
“Los venezolanos que pensaban [que Biden] iba a ser perjudicial para su causa no han cambiado mucho de parecer, porque la mayoría son personas que son residentes o ciudadanos y mantienen su misma postura”, comentó Colina.
“Pero, para el que estaba en un limbo migratorio, para el que estaba indocumentado y para el que tenía dudas, esto viene a despejar incertidumbres”, prosiguió el exmilitar.
La medida deja claro, explicó, que Biden “no va a reconocer a Nicolás Maduro, que era lo que muchos temíamos, y va a seguir apoyando la causa de Venezuela”.
En efecto, en enero, el nuevo secretario de Estado, Antony Blinken, había llamado a Maduro “brutal dictador” y dijo que respaldaba seguir reconociendo al opositor Juan Guaidó como presidente interino.
Venezuela vive una grave crisis económica y humanitaria y es objeto de denuncias de violaciones de los derechos humanos, una situación que ha llevado a 5,4 millones de personas a huir de su país, según cifras de la ONU.
Según un estudio de 2019 del Pew Research Center, unos 421.000 venezolanos vivían en Estados Unidos en 2017, un 352% más que en 2000. Más de la mitad están en Florida.