El Papa Francisco ha elegido al cardenal Robert McElroy de San Diego, un crítico de Donald Trump y defensor de los migrantes, como nuevo arzobispo de Washington DC. Con el nombramiento, el pontífice argentino coloca a una de las voces más progresistas para dirigir la Iglesia Católica en la capital del país antes de la vuelta al poder del republicano.
En una comparecencia ante la prensa, McElroy dijo que rezaba para que la Administración entrante trabaje para hacer de Estados Unidos un lugar mejor. Pero también identificó las amenazas de Trump de deportar masivamente a migrantes como un punto de conflicto potencial, diciendo que tales políticas eran “incompatibles con la doctrina católica”, informa AP.
Señaló además que está de acuerdo con la visión de Francisco de una Iglesia que no discrimina. Hablando en español para dirigirse a la comunidad latina de Washington, el nuevo arzobispo citó la famosa frase de Francisco “todos, todos, todos”, para enfatizar que todos son bienvenidos en la Iglesia.
Como obispo de la diócesis de San Diego, a lo largo de la frontera con México, el cardenal McElroy, de 70 años, destacó por dar su apoyo a los migrantes. También se le conoce por abogar por la inclusión de las mujeres en la Iglesia y respaldar a la comunidad LGBTQ. Ahora, reemplaza a Wilton Gregory, 77, el primer cardenal afroamericano, que deja el puesto después de haber guiado a la archidiócesis durante la crisis desatada por los escándalos de abuso sexual del clero.
Crítico durante el primer mandato de Trump, reconoció que hay posibles puntos de desacuerdo con la Administración entrante. El cambio climático, dijo, es “uno de los mayores desafíos” que enfrenta el mundo, mientras que la inmigración probablemente será una fuente de conflicto si la Administración cumple su amenaza de deportaciones masivas de migrantes.
“La Iglesia Católica enseña que un país tiene derecho a controlar las fronteras, y el deseo de nuestra nación de hacerlo es un esfuerzo legítimo”, dijo. “Al mismo tiempo, estamos llamados a tener siempre un sentido de la dignidad de cada persona humana, y por lo tanto los planes de los que se ha hablado de tener una deportación masiva, indiscriminada y más amplia en todo el país sería algo incompatible con la doctrina católica”.
McElroy, graduado de la Universidad de Harvard, tiene un doctorado en Ciencias Políticas de la Universidad de Stanford y un doctorado en Teología de una universidad romana. Es nativo de San Francisco, donde trabajó hasta que el Papa Francisco lo trasladó a San Diego.
El mes pasado se unió a otros obispos de California para mostrar su apoyo a la comunidad migrante, amenazada por las deportaciones masivas que Trump planea empezar nada más tomar posesión, el 20 de enero. “Nos damos cuenta de que los llamados a deportaciones masivas y redadas contra personas indocumentadas y familias migrantes han creado un miedo genuino para muchas personas que pastoreamos en nuestras diócesis”, reconocieron.
Aunque la archidiócesis de Washington alberga aproximadamente la mitad de católicos que la diócesis de San Diego, es uno de los destinos más importantes. Se compone del Distrito de Columbia y los cinco condados de Montgomery, Prince George’s, St. Mary’s, Calvert y Charles, en el Estado de Maryland, y tiene una población total de 3.050.847 personas, de las cuales, 671.187, son católicas. Además, incluye instituciones como la Universidad Católica de América y la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, la iglesia católica más grande de América del Norte.
El nombramiento se produce solo semanas después de que Trump haya elegido a un crítico del Papa Francisco como embajador en la Santa Sede, anticipando un cambio en las relaciones de la Administración estadounidense con la Iglesia Católica. Brian Burch, presidente y cofundador del grupo conservador CatholicVote, que no apoya hacer de la iglesia un lugar más inclusivo, será el representante estadounidense en el Vaticano.
Biden, católico, mantuvo buenas relaciones con el Vaticano durante su mandato y el Papa le permitió la comunión a pesar de la posición pro aborto del presidente, quien tendrá una audiencia con el Pontífice el viernes 10 de enero.
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