23 noviembre, 2024 4:37 am

El chavista Rafael Isea se disfraza de víctima en España para limpiar su imagen

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Rafael Isea se ha puesto el disfraz de víctima. El exministro venezolano, vinculado a casos de corrupción y narcotráfico,fue contactado por la denominada ‘policía patriótica’ con el objetivo de conocer los nexos de Podemos y sus fundadores con la financiación proveniente de la dictadura venezolana.

No era la primera vez que traicionaba a los ‘socios’ que le ayudaron a ser ministro de Finanzas en el Gobierno de Hugo Chávez, gobernador de Aragua y presidente delBanco del ALBA, a cambio de su propio beneficio personal y económico.

Es importante recordar que, en septiembre de 2013, Isea se convierte en testigo protegido de la agencia antidrogas estadounidense DEA. Sus declaraciones son estratégicas para obtener información clasificada sobre el tráfico de droga y lavado de dinero hacia Estados Unidos por parte de altos funcionario de la dictadura venezolana a través del Cartel de los Soles. 

Una colaboración que no ha sido igual de satisfactoria con España, ya que considera que fue “utilizado para una trama política”, según ha declarado a El País.

Una sensación que “ser utilizado” que no vivió cuando se desempeñó como viceministro de Finanzas y presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social (BANDES), así como estuvo a cargo del ministerio de Finanzas.

Unos cargos donde tomó un gran número de decisiones que terminaron por desencadenar, junto con otros factores, la actual crisis económica que atraviesa el país y que ha sometido a los venezolanos a una cruel hambruna.


“Me manipularon con algo muy delicado, pusieron en riesgo a mi familia”, explica el chavista en la entrevista con El País.

A lo que suma que “estuve varios meses sometido a una presión muy dura. Aguardando la reacción del Gobierno venezolano. Estuve meses esperando el golpe. Es una de las razones por las que he evitado hacer declaraciones hasta ahora. Estamos hablando de vidas.

Hablamos de una señora de 80 años a la que ni siquiera puedo ver. Confié en un Gobierno que me dijo que podía sacar a mi madre de allí”.

Las preocupaciones de Isea siguen siendo extremadamente egoístas. En sus declaraciones, el exministro venezolano no se muestra arrepentido por haber participado en las reuniones o por declarar en contra de Podemos, sino que se limita a quejarse por no haber recibido su parte del trato.

“Yo le preguntaba qué pasó con lo que me prometieron”, dice Isea. “Me volvieron a pedir los nombres de mis familiares. Me decían que lo estaban investigando, que lo lamentaban mucho. Comprendí que me estaban dando largas. Me decían que en realidad no sabían qué fue lo que se me había ofrecido. Yo le dije que cómo que no, que habían venido en nombre del Estado español. Y me dijo que, bueno, eso no era tan así. Que estaban viendo lo que pasó allí realmente. No volví a saber nada”.

Ahora trata de venderse como una víctima más de la denominada ‘policía patriótica’, una forma más de salvarse a sí mismo y a sus familiares, dejando atrás sus vinculaciones turbias con una dictadura que está en sus últimos respiros y que arrastrará a muchos consigo cuando termine de caer.

ElPais

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