El régimen de Nicolás Maduro logró convertir a Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, en una nación sin gasolina donde la población puede pasar más de cinco días en cola para adquirir el combustible.
Mientras la dictadura sigue enviando petróleo, gasolina y diesel a Cuba; el país suramericano se encuentra paralizado por la escasez: no hay clases, distribución de alimentos, ni transporte público; tampoco los bancos tienen dinero en efectivo.
Aunque Venezuela cuenta con 18 refinerías en el mundo y seis en territorio nacional; hoy la mayoría de los estados enfrenta una escasez de gasolina que se refleja en interminables filas de automóviles a la espera del servicio.
De acuerdo con Argus, la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) conocía desde el pasado 13 de mayo que los inventarios de gasolina y diésel en ocho estados fronterizos estaban completamente agotados y que la disponibilidad para el resto del país era de sólo tres días de reserva; sin embargo el régimen decidió hacer caso omiso y continuar con el envío de 50 000 barriles diarios de combustible a Cuba Además permite el contrabando de la gasolina en las ciudades fronterizas controladas por los militares que se lucran de las necesidades de los venezolanos.
La situación es tan crítica que en varios estados del interior del país se militarizaron las estaciones de servicio y las colas pueden prolongarse por más de 48 horas por lo que los usuarios pernoctan dentro de sus vehículos a la espera de poder surtirse de gasolina. Entre tanto, dirigentes del chavismo como Freddy Bernal, exigen ser prioridad a la hora de recibir el combustible.
Se estima que el mercado interno demanda menos de 200 000 barriles al día y si bien las refinerías del país tienen la capacidad de producir 1,2 millones de barriles diarios, en realidad están procesando entre 70 000 y 120 000 barriles, dependiendo de las fallas operativas que experimentan con frecuencia por la falta de mantenimiento y otros problemas como los cortes de electricidad.