El 6 de diciembre, el régimen ilegítimo de Maduro en Venezuela montó una farsa electoral que pretende hacer pasar por elecciones legislativas. Afortunadamente, pocos se dejaron engañar. Estados Unidos, junto con muchas otras democracias del mundo, condena esta parodia que no cumplió con los más mínimos estándares de credibilidad.
Maduro amañó de manera manifiesta estas elecciones para beneficiarse mediante la apropiación ilegal de los nombres y emblemas electorales de partidos políticos, la manipulación del proceso a través de su consejo electoral adepto, actos de violencia e intimidación y otras tácticas antidemocráticas.
La mayoría de los partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil independientes de Venezuela, y casi 60 países y organizaciones de todo el mundo, incluidos los Estados Unidos, la Unión Europea, la Organización de los Estados Americanos, el Grupo de Lima y el Grupo de Contacto Internacional, rechazan este simulacro electoral.
El objetivo de esta farsa no ha sido otro que intentar instalar una Asamblea Nacional amañada y cómplice, que responda exclusivamente a Maduro, al tiempo que se destruye la única institución democrática que queda en al país y que representa verdaderamente al pueblo venezolano.
Esta farsa electoral se produce en un contexto en el que el régimen ilegítimo de Maduro sistemáticamente asesina, tortura y encarcela a opositores, algo que las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos y otros observadores electorales independientes han puesto al descubierto en informes recientes.
Previamente a las elecciones fraudulentas, el régimen también intensificó el hostigamiento contra trabajadores humanitarios y obstaculizó los programas de distribución urgente de alimentos. Un régimen que muestra tal ferocidad e insensibilidad es incapaz de organizar elecciones libres y justas.
Estados Unidos seguirá reconociendo al presidente interino Guaidó y a la Asamblea Nacional legítima. La comunidad internacional no puede permitir que Maduro, quien ocupa el poder de manera ilegítima tras haber robado el resultado electoral de los comicios de 2018, se beneficie quedándose irregularmente con una segunda elección. Instamos a todos los países comprometidos con la democracia a condenar, al igual que nosotros, la farsa que tuvo lugar el 6 de diciembre, y apoyar en lo sucesivo a la Asamblea Nacional legítima y al presidente interino.
Ni Maduro ni una nueva Asamblea Nacional elegida de manera fraudulenta podrán representar la voz legítima del pueblo venezolano, que debe expresarse a través de elecciones presidenciales libres y justas.
ElPitazo