El gobierno de Estados Unidos selló acuerdos con un herrero y una clínica veterinaria para pagarles decenas de miles de dólares por servicios que ofrecieron a caballos de un exfuncionario del fallecido presidente venezolano de Hugo Chávez encarcelado por multimillonarios sobornos.
El exfuncionario es Alejandro Andrade Cedeño, un ex guardaespaldas de Chávez y tesorero nacional de Venezuela que cumple desde fines de febrero una sentencia a 10 años de cárcel por su participación en una asociación ilícita para lavar más de 1.000 millones de dólares de sobornos que beneficiaron con operaciones de cambio de divisas al empresario de medios venezolanos Raúl Gorrín Belisario, entre otros.
Los acuerdos aún deben ser aprobados por la jueza federal del sur de Florida, Robin Rosenberg. Es improbable, no obstante, que la magistrada los rechace.
Uno de los pactos estipula que el gobierno pagará unos 10.300 dólares al herrero Paul Tracy, quien asegura haber atendido a los caballos de Andrade antes de que fueran confiscados por el gobierno estadounidense y vendidos.
A cambio, el herrero retirará un reclamo por esa suma, de acuerdo con documentos que aparecen en el expediente en línea. Los documentos no ofrecen detalles sobre los servicios ofrecidos ni la fecha exacta.
En el otro acuerdo, la fiscalía se comprometió a pagar casi 85.000 dólares a Palm Beach Equine Clinic por atención veterinaria a unos 14 caballos de Andrade, cuyo hijo practicaba equitación y llegó a representar a su país en competencias olímpicas. Los documentos tampoco aclaran qué servicios veterinarios recibieron los equinos.
Los caballos fueron rematados en febrero en una subasta en línea y el gobierno obtuvo cerca de 1,7 millón de dólares de ingresos netos con su venta, de acuerdo con los documentos presentados por la fiscalía federal que aparecen en el expediente.
A través de los acuerdos, el gobierno se comprometió a pagar las sumas reclamadas por el herrero y la clínica veterinaria con el dinero recaudado en la subasta.
Para obtener una reducción de su pena, Andrade selló un acuerdo con la fiscalía en 2017 en el que se comprometió a cooperar tras declararse culpable de conspirar para lavar dinero de los sobornos.
Su caso, que permaneció en secreto por casi un año, se ventiló en momentos en que el gobierno de Estados Unidos investiga a miembros de una élite que hizo fortunas durante la revolución bolivariana que inició Chávez.
Tras dejar el gobierno venezolano, Andrade se mudó al sur de Florida y vivía en una mansión rodeada por caballos en Wellington, un área ubicada al noroeste de Miami que es conocida internacionalmente por sus actividades hípicas.