Una víctima de las torturas contó cómo es el horror que se vive en los sótanos de la sede de Boleíta de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).
La entrevista, publicada en el site argentino Infobae por la periodista venezolana Sebastiana Barráez, es una de las 10 mujeres que estaban detenidas en esa prisión hasta la semana pasada, cuando fueron trasladadas al Instituto de Orientación Femenina (INOF).
Contó que todas las féminas dormían en un estrecho espacio de solo 4 metros por 4. Apenas podían moverse, dijo.“Esos son los sótanos del infierno. Prefiero morir antes de volver a ese sitio”, aseveró.
Contó que fueron las mujeres quienes empezaron la acción de resistencia porque les llevaron un médicos forense “chimbo”, que no quiso registrar las condiciones físicas que presentaban.
“No quiso dejar evidencia de las torturas que teníamos, tampoco de que había varias mujeres con hongos, una con hepatitis C, otra que abortó hace nueve meses y no fue atendida, por lo que desde entonces no tiene menstruación”, señaló.
En medio de los ánimos caldeados, bajó a los sótanos el coronel Hannover Esteban Guerrero Mijares, director de Investigaciones de la Dgcim. “Todos nos vamos contra la reja y le gritábamos: torturador, eres un torturador, farsante“, dijo la mujer.
Al militar le expusieron las violaciones a sus derechos, tales como la eliminación de las llamadas, la insoporable luz blanca las 24 horas del día, el tardío proceso de entrega de comida, entre otros.
Días después sacaron a todas las mujeres. “Esperaron a que saliéramos todas las mujeres para arremeter contra los hombres. A las mujeres nos dejaron toda la noche esposadas de espalda y en el piso. Al día siguiente una de las custodias les dice que las van a llevar al INOF y las sacaron bajo engaño para el Hospital Militar”, relató.