En el marco de la profunda crisis económica, política y social que ha afectado al país desde 2015, la industria petrolera venezolana, sigue sumergida en la peor crisis de su historia centenaria, donde todo el sector luce disfuncional, fundamentalmente por el colapso de las capacidades operativas y de gestión de Petróleos de Venezuela.
RL / Idaed / Aporrea.org
Más allá de los discursos, propaganda en redes sociales y las reiteradas promesas del gobierno, la realidad es que los índices por los cuales se puede medir la gestión de la industria petrolera: producción de petróleo y gas, exportaciones, refinación, suministro al mercado interno de combustibles y captación de ingresos petroleros, están todos por el suelo, a los niveles más bajos de su historia, un retroceso de 90 años en las capacidades del sector.
El colapso de la industria petrolera ha privado a Venezuela –país petrolero por excelencia– del ingreso petrolero que, hasta el año 2013, representaba el 96% de los ingresos en divisas del país, lo cual ha sido el origen fundamental de la terrible crisis económica en la que está sumido el país desde inicios de 2015.
Desde el 2017, luego de la razzia, encarcelamiento y persecución en contra de cientos de gerentes y trabajadores de PDVSA, el gobierno nombró al frente de PDVSA al general de la Guardia Nacional Manuel Quevedo, y en la Junta Directiva de la empresa a operadores políticos del gobierno, militarizando la empresa a todos sus niveles y despojándola de sus capacidades técnicas y el conocimiento en la gestión. Entre 2016-2021 han salido más de 30 mil trabajadores calificados y especializados de PDVSA.
A partir de allí, el gobierno inició un proceso de desmantelamiento de la Política de Plena Soberanía Petrolera que rigió al sector entre 2004-2014, luego de la derrota del Sabotaje Petrolero del 2002-2003 y la refundación de PDVSA, entregando a operadores privados y transnacionales el manejo y control del sector petrolero, privatizando y entregando los activos de la empresa, así como la gestión de producción y exportación al interés privado, todo ello sin éxito.
La privatización de PDVSA y entrega del petróleo ha sido un desastre. Hoy día la producción de petróleo al mes de noviembre se ubica en 625 MBD, para un promedio anual de 539 MBD, mientras el país sigue padeciendo una escasez crónica de combustibles, gasolina, diesel y gas.
Es importante siempre recordar que en el periodo de la Plena Soberanía Petrolera, entre 2004-2014, ingresaron al país 700 mil millones de dólares por concepto de exportaciones petroleras, apalancados por una producción promedio de 3 millones de barriles día en el período, exportaciones de 2,5 millones de barriles día y un suministro de 600 mil barriles día de combustibles –gasolina, diesel y gas– al mercado interno.
Gracias a estos ingresos el país pudo sostener los programas masivos de desarrollo social, conocidos como Misiones: las Misiones Educativas (Robinson, Ribas y Sucre), Misiones de Salud (Barrio Adentro, Misión Milagro), Misiones de Alimentación (Mercal, PDVAL, Casas de Alimentación) y Gran Misión Vivienda Venezuela, que construyó entre 2010-2013 600 mil viviendas de verdad, entre otros programas que permitieron al país alcanzar las metas del Milenio de Desarrollo Social de las Naciones Unidas, así como el desarrollo de grandes proyectos de infraestructura, industrias, manufactura y agrícolas que permitieron sostener el desarrollo del país, que mantuvo un crecimiento económico y social durante diez años continuos, con un PIB de 300 mil millones de dólares, una inflación promedio de 25%, un salario mínimo mensual de 450 dólares y reservas internacionales de 45 mil millones de dólares.
A la vez que PDVSA, nuestra empresa nacional, catalogada en 2013, por la Petroleum Weekly Report como la 5ta empresa petrolera a nivel mundial, contaba con 100 mil trabajadores, 231 mil millones de dólares de activos, 129 mil millones de dólares en plantas y equipos, 84.486 mil millones de dólares en Patrimonio, una producción de 3 millones de barriles día, 2,4 millones de barriles de exportaciones, 1,2 millones de barriles procesados en nuestro circuito de refinación nacional, para atender nuestro consumo interno y exportar, así como ingresos anuales de 134 mil millones de dólares al año, todos estos números auditados por la KPMG y reportados de manera abierta al país
Esta fue la empresa que entregamos en agosto de 2014, PDVSA, una empresa nacional poderosa, con plenas capacidades técnicas, financieras y de gestión, una empresa popular y revolucionaria, al servicio del país y operador nacional, subordinado al Estado y a la Política de la Plena Soberanía Petrolera.
LA ENTREGA DEL PETRÓLEO Y
PRIVATIZACIÓN DE PDVSA
Entre 2015-2017 el gobierno, con control absoluto de la Junta Directiva de PDVSA, dispuso de todos los recursos y Fondos de la empresa, incluidos los recursos de sus presupuestos operacionales, y Fondos de los trabajadores, para otros propósitos y prioridades, suspendiendo los procesos de contrataciones, suministros de partes y equipos, así como paradas de plantas y mantenimiento de las instalaciones.
El gobierno, ávido de recursos y sin ninguna comprensión o interés por el funcionamiento de la empresa, desvió los recursos y endeudó a PDVSA con un incremento del Fondo Chino de 30 mil millones de dólares. Igualmente utilizó a CITGO como fuente de financiamiento al gobierno, cuya política fue endeudarse más para priorizar el pago de la deuda con los acreedores internacionales. Tal como lo declaró el mismo maduro, entre 2013 y 2017 se pagaron más de 70 mil millones de dólares de deuda mientras, se privaba al país de las importaciones necesarias para su funcionamiento y a PDVSA de sus recursos operativos, tal como lo denunció Eulogio Del Pino, ex-presidente de PDVSA, un día antes de su detención en un video en las redes sociales[35].
A partir del 2018 y luego de la militarización de la empresa, la gestión de PDVSA se ha caracterizado por ser antipopular y anti obrera. Durante la gestión del General Quevedo, se suspendieron todos los programas de desarrollo social y Misiones que sostenía PDVSA, incluyendo programas tan sensibles como el de trasplante de médula ósea a los niños con cáncer; así como se arrebataron y cancelaron los beneficios sociales y conquistas laborales de los trabajadores del Ministerio de Petróleo y de PDVSA, incluyendo sus Fondos de Ahorros y Pensiones, además de sus seguros médicos y otros beneficios sociales.
El gobierno actuó en PDVSA con un absoluto desprecio por sus trabajadores, imponiendo en su seno un ambiente de persecución y miedo utilizando para ello a los cuerpos de seguridad y grupos protofascistas ingresados a nómina de la empresa para tal fin.
A partir de allí y en consonancia con el paquetazo económico[36] anunciado por maduro en agosto de 2018, el gobierno, en abierta violación a la Ley Orgánica de Hidrocarburos[37] vigente, comenzó a ceder por intermedio del Decreto 3.368[38] las áreas de producción de petróleo, bajo control de PDVSA, a operadores privados bajo la figura ilegal de “contratos de servicios petroleros”, igualmente cedió participación de PDVSA a las transnacionales Chinas y Rusas en la Faja Petrolífera del Orinoco, cediendo el control de las operaciones y el control de las exportaciones de petróleo.
Utilizando al Tribunal Supremo de Justicia y la sentencia[39] número 156 del 21 de marzo de 2017, el gobierno ha entregado importantes áreas de producción, nuevas y existentes, a empresas de maletín o sin ningún tipo de experiencia y capital, para pagar favores políticos, en detrimento de las posibilidades de incrementar la producción petrolera en el país.
El gobierno eliminó la venta de petróleo utilizando fórmula de precios y la fiscalización de las exportaciones cerrando la oficina del Ministerio de Petróleo en Viena, reeditando la vieja política de descuentos petroleros, el petróleo venezolano, lo venden los privados con masivos descuentos de más del 40%.
En el ámbito internacional, tanto PDVSA como el gobierno hicieron caso omiso al desarrollo de los juicios de arbitraje Internacional, lo cual permitió tanto a la Conoco Phillips, como a la empresa de maletín Crystalex, hacerse con el control de activos de la empresa en el exterior y obtener decisiones judiciales favorables para el control de CITGO y para el pago de 11 mil millones de dólares –decisión a la que el gobierno de Venezuela aún no ha hecho oposición. Todo ello ha sucedido en medio de una absoluta negligencia tanto de la empresa como del gobierno para defender los activos de la República en el exterior.
Nuevamente es importante recordar que, hasta el 2014, con el equipo Político-jurídico del Ministerio de Petróleo y nuestro abogados internacionales hicimos frente y ganamos los juicios ante el CIADI y la CCI adelantados por la Exxon Mobil y la Conoco Phillips en contra de PDVSA y la República.
Por otra parte el gobierno y la cancillería de Venezuela hicieron caso omiso al avance de la Exxon Mobil y las otras transnacionales, Hess Corporation (EE.UU.) y a la China National Offshore Oil Corporation CNOCC (China), en aguas del Esequibo, pese a la realidad irrefutable que sobre esta área existe una disputa legítima del territorio.
Ante el silencio del gobierno venezolano, hoy día Guyana se perfila como la nueva provincia petrolera sudamericana con una producción actual de 120 MBD de petróleo en aguas del Esequibo, con planes de aumentar 350 MBD en 2022 y hasta 750 MBD para el año 2025.
El gobierno venezolano ha sido negligente en el manejo de la disputa territorial con el país vecino, inacción que ha sido aprovechada para marcar territorio y avanzar en el despojo de los recursos contenidos en la referida zona, los cuales pudieran ser parte del patrimonio de todos los venezolanos.
La última junta interventora de PDVSA, la Comisión ARA, asumió el control del sector petrolero en febrero de 2020, para avanzar en un Plan gubernamental de venta y entrega de activos de PDVSA y áreas petroleras, en contravención de la Ley Orgánica de Hidrocarburos y de la Constitución.
Para avanzar en sus planes, la Comisión ARA ha contado con la aprobación de la Ley Antibloqueo[40], una ley inconstitucional que pretende entregar activos del Estado y de todo el país, de manera SECRETA a operadores privados y transnacionales.
En una gestión absolutamente opaca e ilegal, el gobierno ha venido entregando infraestructura, activos, equipos y campos petroleros a los operadores privados. Todo ello de espaldas a los mecanismos de control y rendición de cuentas de la cosa pública establecidos en las leyes de la República.
A pesar de los intentos desesperados del gobierno para atraer capital transnacional al sector, las empresas internacionales de petróleo que quedaban en Venezuela como la Rosneft, la Total, la Equinor y Aipex, han abandonado el país, incluso entregaron sus activos y los declararon como pérdidas.
No existe un marco legal, ni seguridad jurídica para participar en el negocio petróleo, mientras que PDVSA no cuenta ni con el personal calificado ni con una gestión o un plan para recuperar la producción y sostener la actividad petrolera.
El sector de servicios, fundamental para la actividad petrolera, está diezmado, las empresas reciben el pago por sus servicios en efectivo en bolsas de papel, luego de pagar en las innumerables alcabalas de comisionistas e intermediarios del gobierno y la empresa que intervienen en sus negocios o actividades, siempre bajo la amenaza o el temor de una acción judicial que les arrebate su negocio o incluso su libertad.
La disfuncionalidad y descomposición del gobierno y PDVSA a todos sus niveles espantan a los inversionistas y operadores petroleros, quienes en muchos casos no están dispuestos a vincularse en operaciones ilícitas. Su salida del país es una señal clara del fracaso del gobierno incluso en la gestión de sus planes ilegales de entrega de la industria petrolera.
PRODUCCIÓN
De acuerdo al Reporte de Monitoreo del Mercado (MOMR) de la OPEP de diciembre, la producción de petróleo de Venezuela para el mes de noviembre se ubicó en 625 mil barriles día (MBD), lo cual arroja un promedio anual –sin la producción de diciembre– de 539 MBD.
Esta producción promedio año se ubica solo 39 MBD por encima de la producción promedio de 2020 (el peor año de la industria petrolera mundial) y 257 MBD todavía por debajo de la producción promedio del 2019 de 796 MBD.
PRODUCCIÓN PETROLERA DE VENEZUELA (2019-2020-noviembre 2021)
FUENTE: MOMR OPEP, DICIEMBRE 2021
La producción promedio del año de 539 MBD se encuentra 2,472 millones de barriles por debajo de nuestra producción promedio del 2013. Es decir, entre 2014-2021 Venezuela ha perdido el 82% de su capacidad de producción de petróleo, teniendo las mayores reservas de petróleo del planeta, certificadas en 316 mil millones de barriles de petróleo. Esto constituye un caso sin precedente en la historia de la industria petrolera a nivel mundial.
PRODUCCIÓN VENEZUELA
(2013, enero 2020 – diciembre 2021)
Fuente: Elaboración propia con datos PDVSA (2013-2014) y OPEP (2015-2021).
Los actuales niveles de producción de petróleo de Venezuela distan mucho de las promesas[41] realizadas al inicio del año por el Ministro de Petróleo Tareck El Aissami y el propio Nicolás Maduro, quienes prometieron alcanzar a final de año 1,5 millones de barriles, ajustando posteriormente la cifra inicial a 1 millón de barriles día. Es la tercera vez que el gobierno venezolano ajusta a la baja la producción petrolera del país desde que Nicolás Maduro anunciara, en enero de 2020, que a finales de ese año alcanzaría los 2 millones de barriles.
Igual sucedió con la promesa del ministro de que a finales de julio se solventarían la escasez de combustibles en el país y se acabarían las largas colas.
Nada de esto ha sucedido, más allá de las discusiones técnicas, los palangristas y “expertos”, en nuestro país petrolero cuando el petróleo va mal, eso se siente en la calle, si el gobierno fuese capaz de recuperar la producción y las exportaciones de petróleo o la producción de combustibles, el cambio se sentiría en la economía nacional en el nivel de vida de los ciudadanos de manera inmediata. Pero –lamentablemente– no es así.
Existe una intencionalidad política en algunos “expertos”, artículos de ciertas agencias y medios de querer mostrar un “milagro” en la recuperación de la producción petrolera del país, cuando se contabiliza dentro de los volúmenes de producción, lo que se llama la “producción operada” es decir todos los barriles que se extraen, incluyendo los barriles de agua, así como el diluyente que se ha importado desde Irán. Todo resulta “un milagro”, al estilo “Starbruck´s”.
En estos artículos, cuyas fuentes son informes internos manipulados y filtrados por el propio gobierno, se trata de apuntalar la política de privatización del sector, la modificación de la Ley Orgánica de Hidrocarburos y dejar sin efecto las reservas constitucionales sobre el petróleo.
La realidad, a pesar de la infructuosa campaña de propaganda del gobierno, es que para reparar el daño producido por la pésima gestión petrolera en estos últimos 8 años y el colapso de la producción de petróleo en el país, se requiere de la voluntad política de recuperar PDVSA y nuestra soberanía sobre el manejo del petróleo.
Se requiere de un cambio político en Miraflores, una visión nacional que nos permita reasumir la Plena Soberanía Petrolera como política para el sector.
Hay que restablecer los derechos de los trabajadores petroleros, liberar a los trabajadores y gerentes secuestrados, acabar con el miedo y la persecución. Dotar al sector de una dirección político-técnica y una gerencia patriota en PDVSA, con conocimiento petrolero y compromiso político con el país.
Habrá que hacer un profundo análisis de la situación actual de nuestras áreas y yacimientos, atendiendo a las características y antigüedad de cada una para poder establecer UN PLAN –cosa que el gobierno no tiene– para recuperar la industria, tal como hicimos luego de la derrota del Sabotaje petrolero.
No es lo mismo el plan para recuperar la producción en el Zulia, que en el Norte de Monagas o en La Faja Petrolífera del Orinoco; hace falta del conocimiento de nuestros mejores técnicos y gerentes, de los servicios petroleros, de los trabajadores comprometidos. No se puede dejar esto en manos de aventureros y empresas de maletín como ha sucedido hasta ahora.
El esfuerzo para recuperar nuestros grandes complejos de Refinación y Mejoradores de crudo requieren de todo el conocimientos específico, tecnología y restablecer las mejores prácticas técnicas y operacionales.
La recuperación de la industria petrolera y de PDVSA, es una tarea compleja, pero que se puede lograr en un mediano y largo plazo, con la participación de todas las fuerzas y capacidades nacionales, además del apoyo internacional, siempre bajo la correcta conducción política del Ministerio de Petróleo y la fuerza operacional de Petróleos de Venezuela.
No se trata de hacer tuits, ni crear la ilusión de que la industria petrolera se recuperará de la noche a la mañana, eso, como sabemos, no es posible.
El tema petrolero debería ser un asunto de discusión nacional, mostrar los números, comparar políticas y resultados. Ya este gobierno tiene 8 años con todo el poder en sus manos –incluido el control absoluto de PDVSA– y los resultados han sido desastrosos.
El año 2021 cierra con una recuperación de la industria petrolera internacional, con el mercado petrolero estable, con una sostenida recuperación de la demanda y el precio del petróleo, que todo apunta se mantendrá por encima de los 80 dólares el barril.
Venezuela seguirá siendo un país petrolero, con las mayores reservas del planeta, y debe avanzar en resolver los graves problemas políticos que enfrenta para poder enfocarse en la recuperación de la industria petrolera y de la renta del petróleo ponerla a disposición del pueblo y la reconstrucción del país, solo así –con el manejo soberano del petróleo– saldremos de la crisis sin precedentes que confrontamos.
Referencias Bibliográficas
[34] Dirección Ejecutiva de Presupuesto y Control y la Gerencia Corporativa de Asuntos Públicos, “Informe de Gestión Anual 2013“, PDVSA, enero 2014.
[35] Eulogio del Pino“, Twitter, 30 de noviembre 2021.
[36] Redacción, “Maduro anunció un confuso paquete económico, Banca y Negocios, 18 de agosto 2018.
[37] “Ley Orgánica De Hidrocarburos“, Ministerio de Petróleo de Venezuela, 24 mayo 2006.
[38] Nicolás Maduro, Decreto 3.668, Finanzas Digital, 12 abril 2018.
[39] Sentencia N° 156 de fecha 29 de marzo de 2017, dictada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que interpreta el artículo 33 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, Pandectas Digital, mayo 2017.
[40] Esta es la Ley Antibloqueo con todos sus detalles, Banca y Negocios, 30 septiembre 2020.
[41] Redacción, “Maduro decreta extensión de la emergencia energética en toda la industria petrolera por un año, Finanzas Digital, 19 de febrero 2021.
[42] Raylí Luján, “Starbucks en Venezuela: ¿Realidad o ficción?, Bloomberg en Línea, 22 de diciembre 2019.