23 noviembre, 2024 7:38 am

Criminalidad: La NASA investiga el primer caso de un delito espacial

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En una nueva frontera para la criminalidad, la NASA indaga si la astronauta Anne McClain revisó ilegalmente la cuenta bancaria de su expareja.

Summer Worden, una exfuncionaria de inteligencia de la fuerza aérea estadounidense que vive en Kansas, ha estado el último año en medio de una amarga separación y una controversia por la custodia de su hijo. Así que se sorprendió cuando se dio cuenta de que, al parecer, la pareja de la que se separó aún sabía algunas cosas acerca de sus gastos, al cuestionarla con temas como si había comprado un auto y cómo podía costearlo.

Worden utilizó sus conocimientos de recopilación de inteligencia y le preguntó al banco acerca de la ubicación de las computadoras que habían accedido recientemente a su cuenta bancaria con sus contraseñas. El banco le dio la respuesta: uno de los ingresos fue desde una red de computadoras registrada a nombre de la NASA.

La pareja de Worden, Anne McClain, es una astronauta condecorada que en ese momento estaba en una misión de seis meses a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) y había sido seleccionada para participar en la primera caminata espacial conformada exclusivamente por astronautas mujeres. Al parecer, los problemas domésticos de la pareja en la Tierra habían llegado al espacio exterior.

McClain reconoció haber accedido a la cuenta bancaria desde el espacio, aunque insistió a través de su abogado en que solo estaba cuidando las finanzas de la pareja, que aún eran compartidas. Worden tenía una impresión distinta. Presentó una queja ante la Comisión Federal de Comercio (FTC) y su familia interpuso otra ante la Oficina del Inspector General de la NASA, en la que McClain fue acusada de robo de identidad y acceso indebido a los registros financieros privados de Worden.

Los investigadores de la Oficina del Inspector General ya estuvieron en comunicación con Worden y McClain para intentar llegar al fondo de lo que podría ser la primera denuncia de actos delictivos en el espacio.

“Estaba muy consternada con que hubiera llegado tan lejos. Sabía que no estaba bien”, dijo Worden.

Las cinco agencias espaciales que forman parte de la estación espacial —las de Estados Unidos, Rusia, Japón, Europa y Canadá— tienen procedimientos establecidos desde hace mucho tiempo para manejar cualquier asunto jurisdiccional que se presente cuando astronautas de diversos países están orbitando la Tierra en conjunto.

Sin embargo, Mark Sundahl, director del Centro Global de Derecho Espacial en la Universidad Estatal de Cleveland, comentó que no sabía de ningún delito cometido en la estación espacial. Personas que trabajan en la NASA también comentaron que no tenían registro previo de algún posible delito a bordo de la EEI.McClain a bordo de la Estación Espacial Internacional en enero

CreditNASA vía Associated Press

A mediados de agosto, McClain, ya de regreso en la Tierra, se sometió a una entrevista bajo juramento de decir verdad con el inspector general. Ella alega que simplemente estaba haciendo lo que siempre había hecho, con el permiso de Worden: asegurarse de que las finanzas de la familia estuvieran en orden.

“Niega enérgicamente que haya hecho algo incorrecto”, señaló su abogado, Rusty Hardin, quien añadió que la astronauta “está cooperando en todo”.

Hardin afirmó que el acceso bancario desde el espacio fue con la intención de asegurarse de que había fondos suficientes en la cuenta de Worden para pagar las facturas y los cuidados del niño que crían juntas. McClain había hecho lo mismo durante toda su relación, con el conocimiento absoluto de Worden, dijo el abogado, y McClain siguió usando la contraseña que había usado antes. El abogado añadió que Worden nunca le dijo a la astronauta que ya no podía tener acceso a la cuenta.

Una queja que tenga que ver con el acceso bancario desde una estación espacial es solo uno de muchos problemas legales complejos que han surgido en la era de los viajes espaciales —con investigaciones sobre la posible venta de rocas lunares o de daños a satélites por colisiones—. Se cree que estas cuestiones legales van a incrementarse con el advenimiento del turismo espacial.

“Solo porque esto suceda en el espacio no significa que no esté sujeto a la ley”, mencionó Sundahl, de la Universidad Estatal de Cleveland.

Sundahl comentó que un problema que podría surgir con cualquier caso penal o demanda acerca de las comunicaciones bancarias extraterrestres son las pruebas: por ejemplo, los funcionarios de la NASA tendrían sus reservas acerca de abrir redes computacionales muy sensibles al escrutinio de los abogados. Pero el experto señaló que ese tipo de cuestiones legales van a ser inevitables cuando la gente pase más tiempo en el espacio exterior.

El conflicto de esta pareja giraba en gran parte en torno al hijo de Worden, quien nació aproximadamente un año antes de que ellas se conocieran.

Worden, quien había trabajado en la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), se opuso a que McClain adoptara al niño, incluso después de que se casaron a finales de 2014.

A principios de 2018, cuando todavía estaban casadas, McClain fue a un juzgado local en el área de Houston para solicitarle a un juez que le otorgara derechos de crianza compartida y “el derecho exclusivo para designar la residencia principal del niño”, en caso de que ambas partes no llegaran a un común acuerdo, según los registros. Alegaba que Worden tenía un carácter explosivo y estaba tomando malas decisiones financieras, y que ella quería que el juzgado validara “legalmente la relación establecida y profunda de madre” con el niño.

McClain después publicó fotografías oficiales de la NASA en su cuenta de Twitter —las imágenes ya han sido borradas—, en las que salía sonriendo con su traje de astronauta junto al hijo de Worden. “La peor parte de entrenarme en el espacio es el niño de 4 años que tengo que dejar cada vez que salgo de casa”, escribió en ese entonces.

La atención que hubo a esas publicaciones en redes sociales enojó todavía más a Worden, puesto que no quería que McClain afirmara que era la madre del niño. En 2018, Worden inició el proceso de divorcio después de que McClain la acusó de agresión. Worden negó que haya habido agresión alguna y señaló que creía que esa acusación era parte del intento de McClain para obtener la custodia del niño. La denuncia fue desestimada posteriormente.

Unos meses después, McClain despegó rumbo a la EEI, aunque la disputa siguió escalando.

CreditAnnie Mulligan para The New York Times

Pese a ello, McClain no mostró señales de que estuviera teniendo dificultades en la estación espacial. La mujer originaria de Spokane, Washington, es una astronauta aclamada con un pasado de condecoraciones: se graduó de la academia militar de West Point y se convirtió en funcionaria comisionada del ejército estadounidense, donde acumuló más de ochocientas horas en combate como parte de la guerra en Irak, antes de unirse a la NASA en 2013. Sigue siendo tenienta coronela del ejército y el medio Stars and Stripes informó hace poco que McClain está en la lista de candidatas que la NASA está considerando para ser la primera mujer en la Luna.

A bordo de la EEI, McClain envió un correo a Worden cuando se enteró de que estaba investigando el asunto bancario. En respuesta, Worden presentó una demanda ante la Comisión Federal de Comercio contra McClain por robo de identidad, pese a que no hay señales de que alguien hubiera movido o utilizado los fondos de la cuenta.

Mientras tanto, McClain estaba captando la atención por otro motivo. La NASA estaba promoviendo la posible caminata espacial exclusivamente de mujeres, en la que McClain haría trabajos fuera de la EEI con la astronauta Christina Koch. No obstante, en un repentino cambio pocos días antes de la caminata, la NASA avisó que McClain no participaría, con la explicación de que no había suficientes trajes de la talla de ambas mujeres.

Una vocera de la NASA, Megan Sumner, señaló que la decisión relacionada con la caminata espacial no tuvo que ver con ninguna denuncia contra McClain. Sumner se negó a comentar sobre los demás asuntos planteados por Worden.

El conflicto doméstico en el espacio podría ser la primera investigación de ese tipo, pero es poco probable que sea la última.

“Conforme más vayamos al espacio y pasemos más tiempo ahí”, comentó Sundhal, el profesor de Cleveland, “todas las cosas que hacemos aquí sucederán allá”.

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