Álvaro Córdoba Ruiz, hermano de la senadora del Pacto Histórico, Piedad Córdoba, parecía ser uno de los principales beneficiados del “perdón social” del que habló el presidente Gustavo Petro mientras estaba en campaña, y de la decisión también anunciada que las extradiciones solo serán avaladas hasta tanto los solicitados por Estados Unidos contaran primero la verdad en Colombia.
Idaed / Semana
Finalmente, tras varios meses de debate, la Corte Suprema avaló su extradición a Estados Unidos. Esto se convierte, sin duda, en una prueba de fuego para el Gobierno Petro. ¿Firmará la solicitud?
Además de la decisión de la sala penal, la Corte emitió concepto desfavorable por cargo de posesión de ametralladoras, conducta que “habría sido cometida en Colombia y debe ser investigada en el país”; señaló el alto tribunal.
Según la decisión de 43 páginas, conocida en su totalidad por SEMANA, las conductas por las cuales se solicita a Córdoba Ruiz, “estaban encaminadas a concertarse para distribuir estupefacientes con destino al país reclamante.
Con ello se cumple el principio de territorialidad de la ley penal pues los hechos endilgados al requerido tienen consecuencias en la jurisdicción del Estado solicitante”. En otras palabras, Córdoba Ruiz tendrá que entregarle a las autoridades de Estados Unidos toda la información sobre el modus operandi para el envío de droga desde Colombia.
Córdoba Ruiz fue capturado el pasado 4 de febrero en plena vía del barrio El Poblado, en Medellín; es requerido por la Corte Distrital de Estados Unidos, para el Distrito Sur de Nueva York, por delitos relacionados con tráfico ilícito de drogas y porte ilegal de armas de fuego. Junto a Córdoba, fue detenida una mujer identificada como Libia Amada Palacio Mera, quien también es requerida por las autoridades de Estados Unidos.
Según las evidencias, Córdoba Ruiz sería el encargado de conseguir la droga con el jefe de las disidencias de las Farc en el sur de Colombia, Miguel Botache Santillana, alias Gentil Duarte, con quien había establecido los contactos desde hace más de un año. Él habría asistido a reuniones para pactar negocios en Bogotá y Medellín.
Una vez se concretaba la compra de la cocaína por medio de Córdoba, las disidencias de las Farc se comprometían a llevar la mercancía hasta el Pacífico, en tres puntos claves: Tumaco (Nariño), Cauca y Buenaventura (Valle). No fue fácil para las autoridades dar con este eslabón porque manejaba un perfil distinto al habitual de los narcotraficantes, que acostumbran a estar rodeados de lujos.
Por el contrario, Córdoba pasaba desapercibido y prefería hacer los contactos en lugares discretos y personalmente. Por obvias razones, evitaba hablar de estos temas por teléfono y solo lo hacía para concretar algunos encuentros.
En su momento, el director de la Policía, general Jorge Vargas, aseguró que la captura de Álvaro Córdoba cumplía todos los trámites legales. “La Fiscalía Generalde la Nación, a través de ese trámite, emite una orden de captura para ubicar físicamente a estas personas.
La Policía lo que hace es cumplir con ese mandato judicial internacional y ponerlos a disposición de la autoridad competente”.