El régimen de Nicolás Maduro no la tiene fácil en muchos aspectos, sobre todo en lo que respecta a la crisis de PDVSA. La estatal petrolera, símbolo de la olvidada próspera Venezuela, parece estar cada vez más lejos de recuperar la producción superior a los 3 millones de barrios de crudo diarios de su época dorada.

EB / Idaed / agencias

Las consecuencias que está atravesando PDVSA son extensibles a sus otrora aliados. Uno de ellos ahora busca defenderse por haber pactado con una empresa sancionada por Estados Unidos. Tipco Asphalt, uno de los distribuidores de asfalto más grandes de Asia, se había convertido en una especie de intermediario. Pagaba deudas de PDVSA a terceros a cambio de grandes descuentos petroleros, eludiendo así las restricciones de EE. UU.

El negocio que favorecía al régimen venezolano se inició el 10 de enero de 2020 y terminó el 11 de septiembre de ese mismo año, ante las presiones que Washington estaba ejerciendo sobre la compañía tailandesa. Sin embargo, esto no quedó ahí. Trascendió que recientemente Tipco contrató «cabildo» y «fuerza legal» para defenderse, según un reporte de Foreign Lobby.

La empresa está en la mira de enfrentar sanciones. La relación con Caracas podría impulsar una investigación por fraude criminal o lavado de dinero contra Tipco en los EE. UU. si instituciones financieras o empresas estadounidenses estuvieron involucradas, indicó Associated Press para el momento de darse a conocer el turbio negocio.

La situación de Tipco es uno de tantos padecimientos que pesan sobre PDVSA por la mala gestión de la dictadura chavista. La imposición de nuevos impuestos por parte de China y la paupérrima producción parecen condenar a la extinción a aquella joya de la economía venezolana.

Solo una de las seis refinerías está funcionando, según voceros del sector petrolero. Las continuas interrupciones del servicio, incendios o explosiones han dejado al país dependiendo solo de la refinería de Cardón, en Punto Fijo, estado Falcón. La instalación tiene capacidad para procesar 310.000 barriles por día (bpd), pero realmente solo está procesando entre 40000 y 50000 barriles diarios, según aseguró recientemente Luis Hernández, director del Frente de Trabajadores Petroleros, quien señaló a Fedecámaras Radio que el resto de las refinerías están prácticamente paralizadas por falta de mantenimiento, de inversión y de trabajadores especializados en la industria.

El abandono ha sido uno de los principales factores que han llevado a PDVSA a sufrir semejante crisis, al punto que ahora se necesitan 58000 millones de dólares para devolver la producción de crudo de las empresas mixtas y de los campos propios de PDVSA a los niveles de 1998, según un informe elaborado por la estatal petrolera.

En 2020 la empresa produjo 400.000 barriles diarios, según Tarek El Aissami, ministro de Petróleo del régimen. Los niveles son los mismos de la década de 1930. De acuerdo con el ministro chavista, señalado por numerosos casos de corrupción, en 2021 se iba a alcanzar una producción de 1.508.000 barriles diarios de petróleo.

«Para agregar dos millones de barriles diarios a la producción actual se requieren alrededor de 110.000 millones de dólares en inversión, y para lograrlo se necesitan entre siete y diez años», fue una estimación hecha por Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker, en entrevista con BBC Mundo, al recordar que antes de la llegada de la crisis generada por el chavismo, PDVSA producía cerca de tres millones de barriles diarios.

Trabajadores en la miseria

Los trabajadores jubilados de PDVSA están recibiendo tan solo 4 petros como pago mensual (unos 208 dólares al tipo de cambio actual), cuando el ingreso debería ser de aproximadamente 666 dólares, según Luis Hernández.

Sumado a eso están los salarios de los empleados que continúan activos. El salario básico mensual para nómina contractual está en 5.042.737 bolívares, equivalente a tan solo 1,6 dólares. El sueldo más elevado de la nómina contractual alcanza los 44.912.051 bolívares mensuales, es decir, unos 14,3 dólares.

El portal Petroguía detalla que al momento de firmar el convenio colectivo petrolero, Nicolás Maduro culpó a las sanciones de EE. UU. —como de costumbre— por la deplorable situación de los salarios. “Las sanciones han tenido un efecto devastador en los salarios, en los contratos colectivos; sin duda ha quedado vulnerado tremendamente el estado de bienestar», dijo el dictador.

Hace pocos días, 553 trabajadores del Complejo Refinador Paraguaná (donde queda la refinería Cardón) fueron despedidos por formar parte de la famosa «lista Tascón«. Ni siquiera les notificaron de su despido. El modus operandi es quitarles las fichas de ingreso y un Guardia Nacional los acompaña hasta la salida, comentó al portal El Pitazo el abogado Harold Guerrero.

Casi dos meses antes, 10 funcionarios fueron arrestados en una planta de llenado de combustible en el estado Zulia por haber desviado casi tres millones de litros. El mercado ilegal de gasolina ha surgido ante la escasez y el lucro que los trabajadores de la estatal ven viable en el contrabando ante los salarios que no cubren la canasta básica.

En conclusión, desde empleados hasta socios internacionales ven cómo PDVSA se cae a pedazos por un régimen que no supo operarla y que malversó millones en beneficio propio. Se necesita mucha voluntad, tiempo y dinero para reactivar a PDVSA y sacarla de la profunda crisis.