Christian Farías: “Tarek William Saab, el Fiscal de la verdad, la justicia y la poesía”

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Tarek William Saab, el Fiscal de la verdad, la justicia y la poesía… Todo ser humano, en la praxis de su vida, va perfilando la calidad moral y ética de su propia personalidad. Son los hechos mismos y no los discursos preconcebidos los que definen la personalidad de los individuos y el perfil de los héroes y los tiranos.

Todos llevamos el Bien y el Mal en la codificación ética de la especie humana. Por eso, nuestro gran poeta irreductible Víctor Valera Mora nos sigue diciendo: “De dignidad se trata. Sí, de dignidad”.

La conciencia es nuestro propio árbitro interior. En ella se expresa esa inevitable lucha existencial, social y determinante entre la culpa y la inocencia, la responsabilidad del deber o la irresponsabilidad de la indiferencia, el bien o el mal; no solo para la satisfacción y el goce personal; sino fundamentalmente para el destino de las comunidades a las que pertenecemos en todas sus dimensiones.

“La mejor palabra es la conducta”, nos decían siempre Argelia Melet y Douglas Bravo en los interminables debates ideológicos internos del PRV-RUPTURA-TERCER CAMINO. Claro que esa expresión es cierta porque, como dice el dicho: “las palabras se las lleva el viento”; en cambio, la conducta es observable, queda grabada en la mente del observador y puede ser reconstruida y perfectamente explicable en su metabolismo bio-psico-social.

En consecuencia, la Dignidad, la Palabra y la Conducta, así con mayúsculas las tres, se complementan, coexisten y conforman el verdadero poder moral y ético de los individuos, las colectividades y las instituciones del Estado y del gobierno en todos sus niveles.

Siguiendo a Edgar Morin en su formulación sistémica del pensamiento complejo: Individuo-Especie-Sociedad, podemos hablar también de la complejidad del bucle Dignidad-Palabra- Conducta; indispensable para la Acción Social, Política e Histórica de los dirigentes, líderes y héroes, no solo desde las instituciones del Estado y del gobierno; sino también y fundamentalmente, desde las comunidades organizadas del Poder Popular.

Con base en estas precisiones conceptuales, ubicamos la gestión actual del ciudadano fiscal general de la República Bolivariana de Venezuela, abogado, poeta y luchador revolucionario, incansable e irreductible, Tarek William Saab. En tal sentido, queremos destacar tres dimensiones vitales en su praxis jurídica, política e institucional: la verdad, la justicia y la poesía, en correspondencia total con la moral, la ética y la estética.

Comencemos, entonces, por decir que la verdad es la negación de la mentira; y viceversa, la mentira es la negación de la verdad. Esto sería también la lógica formal de los delitos; especialmente los robos, la corrupción en todas sus modalidades y niveles, los abusos sexuales (especialmente contra las y los menores de edad), los crímenes en todas sus formas y consecuencias, etc.

La sociedad actual, los grupos familiares e institucionales y las personas en sus acciones de interés individual o grupal, se caracterizan por la complejidad existente, tanto en las relaciones de las estructuras sociales como en sus interacciones personales, privadas o íntimas. Lo sencillo y simple puede ser también complicado y complejo; y viceversa, lo complicado puede simplificarse. Esa es la dialéctica histórica de la vida socio-cultural.

Ubicados en ese contexto de la complejidad, es sorprendente el cúmulo de noticias perversas vinculadas al crimen, los suicidios, abusos, traumas y sufrimientos que afectan en sumo grado la paz, la tranquilidad y la felicidad de las personas, tanto en su vida pública como privada.

Frente a esa realidad, a partir del 5 de agosto de 2017 hasta hoy, nuestro Fiscal viene librando una extraordinaria epopeya constitucional contra ese submundo, oscuro y perverso de la criminalidad en sus diferentes manifestaciones.

De manera que en seis (6) años de gestión, su praxis institucional ha estado fundamentada totalmente en la Carta Magna de la República, para la búsqueda insaciable de LA VERDAD, para hacer JUSTICIA y celebrar LA VIDA bajo la inspiración y la belleza de LA POESÍA

“Por la verdad, murió Cristo”, dice el testamento bíblico. Por la verdad, los seres humanos deseamos lo mejor de la vida como lo es la conciencia limpia de mentiras y pecados, para vivir felices conforme a nuestras propias realidades socio-culturales, políticas, filosóficas, morales, éticas y estéticas.

Asimismo en el campo de las ciencias naturales y sociales, la búsqueda permanente de la verdad es una necesidad vital e insoslayable porque la verdad científica nos garantiza un contexto seguro y confiable; por lo menos en el marco de nuestra realidad fáctica.

En la medicina, por ejemplo, la verdad curativa es primordial. Si el médico no le muestra la verdad al paciente; éste se impacienta y entra en una fase de tensiones que pueden ser muy graves.

Asimismo, en el terreno de la justicia institucional, bajo la responsabilidad del Ministerio Público o la Fiscalía General de la República, la verdad es vital para el pueblo porque de ella depende la ruta, el curso y la eficacia de la justicia.

En ese sentido, es indudable que nuestro fiscal general, Tarek William Saab, ha logrado rescatar y poner a prueba la eficacia necesaria y vital del Ministerio Público; después de la debacle y el deterioro institucional generado durante la vieja democracia adeco-copeyana y luego, en la gestión de la señora exfiscal Luisa Ortega Díaz.

Reseñar o analizar toda la labor del poeta Tarek, en la Fiscalía, durante estos seis años y medio, nos llevaría necesariamente a escribir un libro voluminoso, de un gran valor testimonial, en torno a la nueva historia de la justicia y la legalidad constitucional en la Venezuela bolivariana del siglo XXI.

Por ahora, es pertinente destacar dos casos de crímenes horrendos que han tenido una gran resonancia en estos tiempos de fuertes tensiones y grandes expectativas, en torno al presente y el futuro inmediato de nuestra República Bolivariana de Venezuela. Transcribo aquí la información dada por el Fiscal Tarek William Saab, en torno a la verdad criminalística del primer caso:

El secuestro y asesinato del profesor Carlos Lanz fue planificado y pagado por su esposa Maxiorisol Cumare conocida como Mayi Cumare, así lo informó este miércoles el fiscal general de la República, Tarek William Saab, durante una rueda de prensa ofrecida en Caracas.

Explicó que las investigaciones del Ministerio Público (MP) establecieron que la cónyuge del hoy occiso junto con su pareja extramarital, Glen Castellanos, planificaron el secuestro, asesinato y desaparición del cuerpo de Carlos Lanz, quien salió de su casa el 8 de agosto de 2020 en la mañana.

De acuerdo a la confesión de Castellanos admite haber participado en el asesinato de Carlos Lanz, por mandato de Mayi Cumare. «En su delación, Castellanos afirmó que 3 meses antes del hecho, Cumare le encomendó desaparecer a Carlos Lanz, para lo que le aportó un pago de 8 mil dólares, con el objetivo de neutralizar a Lanz», señaló.

«Cumare especificó que el cadáver nunca debía encontrarse. Esto implica que no lo encuentren enterrado ni en la quebrada de un río o dentro de una finca o cementerio», aseveró.

Lanz salió de su casa engañado

El profesor universitario de 74 años salió de manera voluntaria de su casa, aclaró el Fiscal Saab, lo que desmonta falsas hipótesis sobre una supuesta violencia cuando abandonó su hogar esa mañana.

«Lanz no salía con cualquier persona de su casa, tenía que ser una persona de su confianza. En este caso Tito Viloria, quien valiéndose de su amistad con él lo invitó a una reunión con milicianos en Mariara», solo como excusa para concretar el plan de secuestro, añadió.

Dice Castellanos, prosiguió Saab, que Cumare ya estaba harta de que Lanz fuese un obstáculo para sus negocios de corrupción con distintos proveedores que eran contratados por su cargo en el Inces del estado Aragua. «Todo esto revela que Tito Viloria y Zaida Suárez pagaban comisiones a Maxiorisol Cumare tras obtener contrataciones como proveedores del Inces», subrayó.

Asesinato

Mientras Lanz y Viloria viajaban hacia Mariara, en el sector Yagua, fueron abordados por un grupo criminal conformado por José Pinto (alias Bombero Osa, quien ya fue capturado) y Pedro Basketbol. «Quienes haciendo uso armas de fuego forzaron a Carlos Lanz, para que ingresara en una camioneta Ford Explorer azul, en la cual lo trasladaron hasta la finca La Fortaleza», en el estado Cojedes, detalló.

Estos dos delincuentes fueron contratados por Glenn Castellanos, por un pago de cinco mil dólares, quedándose él con tres mil dólares.

Castellanos se presenta a las 04:00 p. m. en la finca La Fortaleza donde se encontraba maniatado Carlos Lanz. En presencia de Tito Viloria, Helis Becerra (capataz de la finca) y Glenn Castellanos, los delincuentes le propinan dos disparos en la cabeza a Lanz y lo lanzan a una fosa cavada por el capataz el día anterior.

«Luego deciden no dejarlo en la fosa, sino ubicar al cadáver en una cama de plástico y lo llevan hasta una cochinera; donde fue desmembrado y arrojado a nueve cerdos (método utilizado por paramilitares colombianos)», especificó el fiscal Saab.

Móvil del crimen

Aclaró Saab que el móvil de este crimen no fue político, ni pasional, sino que Cumare sospechaba que Lanz la iba a denunciar por los delitos de corrupción que esta mujer perpetraba. «Dice Castellanos que ella (Cumare) ya estaba harta de que Lanz fuese un obstáculo para sus negocios de corrupción con distintos proveedores», agregó.

«Creo que era evidente que Carlos Lanz iba a denunciar a su pareja. Ante eso ella decidió ordenar contratar a unos sicarios. Nosotros aquí estamos presentando más de 200 diligencias de investigación y un testimonio, que es lo más importante», enfatizó el Fiscal.

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