En el actual contexto de fuertes tensiones geopolíticas y presiones inflacionarias que corroen los salarios de los trabajadores de países dependientes de las importaciones del petróleo y derivados, cualquier restricción a la oferta de hidrocarburos encarece los combustibles y 3l resto de los servicios energéticos y productos a nivel del consumidor.
RL / Idaed / Ultimasnoticias
Ante tal y presente eventualidad, aun cuando la Casa Blanca siempre mantiene la opción sobre la mesa, como es su acostumbre decir, aplicar más sanciones o medidas de mayor calibre contra Pdvsa por ahora no pareciera ser una baraja perentoria, pues añadir obstáculos a la circulación de los 800 mil barriles de crudo venezolano podría agregar algunas décimas a la inflación mundial, así el destino de ese petróleo sea China, Malasia o India.
Añádase que deteriorar todavía más la situación económica de Venezuela sumaría presiones migratorias a las fronteras europeas y de Estados Unidos, ya atosigadas por el mundanal de asiáticos, africanos y latinoamericanos cautivados por el sueño americano y empujados por los bombardeos de la OTAN y la violencia entre carteles por controlar el insaciable mercado de drogas de Estados Unidos.
Nada grato entonces para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que en su urgencia por levantar la popularidad deba enfrentar gasolina más costosa, menos todavía cuando anda en búsquedas de simpatías haciendo uso de la industria mediática y de redes sociales para justificar y montar una guerra, como siempre, bien alejada del espacio geográfico estadounidense.
Así las cosas, Biden defendió su decisión de exceptuar los productos energéticos de las sanciones aplicadas a Rusia, «a fin de limitar los efectos en la capacidad del pueblo estadounidense para comprar gasolina». Los precios del combustible están un 33 % por encima de donde estaban hace un año, situándose a 3,57 dólares el galón.
La razón de Biden: en 2021 Rusia representó el 21 % de todas las importaciones de gasolina de Estados Unidos, con Canadá en segundo lugar, con un 17 %. Por valor, las importaciones rusas aumentaron un 71,05 %, lo que es ligeramente inferior a las importaciones globales, que aumentaron un 80,53 %. El total ruso fue de 12.780 millones de dólares.
Un análisis del Financial Times expone que el petróleo y la gasolina son mercados complicados, por lo que no es tan simple como apretar un interruptor, «pero vale la pena señalar que Estados Unidos exportó 84.940 millones de dólares de gasolina y otros productos refinados del petróleo en 2021, es decir, unas seis veces más que esas importaciones rusas».
«Toda esa gasolina distorsiona la balanza comercial, por supuesto. En 2021, el 82 % de todo el comercio de Estados Unidos con Rusia fue importación, y solo el 12 % exportación estadounidense. La media de Estados Unidos con el mundo es de un 38 % de exportaciones y un 62 % de importaciones».
Rusia también es el tercer mayor productor de petróleo del mundo y aporta a la Unión Europea el 40 % del crudo que consume, aunque no todos los países son igual de dependientes del gigante euroasiático: Alemania importa hasta dos terceras partes de su petróleo de Rusia, mientras que en España esa cifra apenas llega al 5 %.
Antecede al conflicto entre Rusia y la OTAN la falta de inversión en el sector petrolero, la cual ha limitado la capacidad de los productores de petróleo y de gas para aumentar la extracción, «dejando al mundo con pocas opciones para bajar los precios de la energía».
El precio del petróleo ha superado el límite psicológico de los 100 dólares por barril, el valor máximo desde hace ocho años, y amenaza con llegar en poco tiempo a 125 dólares, según pronostica The Financial Times.
Así las cosas, sin dejar de ser una opción tras haber Venezuela mostrado su solidaridad con Rusia, pareciera poco urgente darle otro giro al grifo petrolero venezolano, sobre todo por la incidencia que tendrá sobre los bolsillos de consumidores estadounidenses quienes todo, absolutamente todo lo miden en dólares. Y léase que en los últimos 12 meses, hasta enero pasado, la inflación en Estados Unidos ascendió a 7,5 %, su crecimiento anual más veloz desde 1982, informó el Departamento del Trabajo de ese país.
Pero la inflación en Estados Unidos también está impulsada por el despertar de la demanda tras el alivio de las restricciones impuestas por la pandemia, que presiona una oferta de bienes y servicios reducida por la cuarentena. Es por ello que algunos optimistas apuestan a que la inflación tenderá a bajar en un plazo poco definido.
“No va a ser un descenso sencillo”, dijo Sarah House, economista de Wells Fargo, al medio The Angeles Time: «Anticipamos que la inflación en los precios al consumo siga en aproximadamente 4 % hacia finales del año. Eso aún está por encima de lo que le gustaría a la Fed y, desde luego, muy por encima de lo que los consumidores están acostumbrados a ver».
Además, Cenis Terán, periodista y analista político internacional, advierte otra variante, más política que económica. Dice: «…un indeseado debilitamiento político de Rusia podría colocar a Venezuela en una situación de vulnerabilidad, la cual puede ser aprovechada por Estados Unidos, Colombia e incluso por la nueva versión del Grupo de Lima constituido por esa ‘izquierda internacional’ Made in USA».
Activos 64 taladros petroleros
En su nuevo posicionamiento Pdvsa instruyó a la filial Pdvsa Servicios Petroleros, S. A. retomar los roles estratégico-tácticos para la perforación, rehabilitación, servicios a pozos y subsuelo, considerando la logística operacional y actividades exploratorias.
En cuanto a los Indicadores Operacionales Claves del Negocio de Producción, en 2021 hubo un total de 64 taladros activos y se realizaron 3.702 trabajos a pozos de 3.743 planificados, un cumplimiento de 98.9 % con respecto al Plan Original.
La filial afianzó un rol estratégico-táctico de fuente proveedora de servicios petroleros, en parte por la conformación, activación y continuidad de Nuevos Modelos de Negocios (NMN) y la reorientación de las empresas de capital mixto, obteniendo en el cierre de 2021 diez empresas de capital mixto operativas (6 con ejecución y 4 sin ejecución); 6 en proceso de liquidación y 1 en prearranque. Con un resultado de 974 actividades de servicios a pozos realizados.
Con respecto a las operaciones, mantenimiento de taladros y equipos, la filial cerró 2021 con 78 taladros bajo su administración.
La siembra petrolera es una utopía
Luego de haber creído y luchado por la siembra del petróleo, Juan Pablo Pérez Alfonzo concluye que ese planteamiento es una utopía imposible de realizar, aseverando que el despilfarro no solo era producto de la mala diligencia del Estado, sino de la propia naturaleza de los ingresos petroleros, que al no ser originados por nuestro aparato productivo, del trabajo de los venezolanos, distorsionan nuestra economía en vez de desarrollarla.
Así lo manifiesta el licenciado Pedro Rodríguez en su intervención en un foro realizado con motivo de la conmemoración de su muerte, recogida en el libro Vigencia del Pensamiento de Juan Pablo Pérez Alfonzo publicado por la Academia Nacional de Ciencias Económicas.
«Como consecuencia de esta conclusión planteó la necesidad de disminuir violentamente la producción petrolera y de esta forma los ingresos», señala Rodríguez. «Para entonces se hizo común considerarlo «Profeta el desastre» o simplemente «loco». La muerte no le permitió a Pérez Alfonzo presenciar su terrible acierto y comprobar quiénes habían sido realmente los «locos».
En declaraciones tomadas por el portal Agencia Literaria Carmen Balcells, el intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri, quien acuñó la famosa frase «sembremos el petróleo» en 1936, afirmó: «cuando dije sembrar el petróleo, quise expresar rápidamente la necesidad angustiosa de invertir en fomento de nuestra capacidad económica el dinero que el petróleo le producía a esta Venezuela por tan largo tiempo desvalida”.