El clima de represión que se ha extendido en distintos puntos de Rusia ha terminado por convertir el trabajo de los defensores de los Derechos Humanos en un “campo de minas”, según Amnistía Internacional, que ha denunciado los lastres para una actividad “fundamental” para detectar y denunciar las deficiencias del país en materia de derechos y libertades.
La ONG ha publicado el informe ‘Juego injusto: la persecución de los defensores de Derechos Humanos en Rusia se intensifica’, en el que repasa los métodos de represión utilizados desde la vuelta de Vladimir Putin al Kremlin en 2012 para obstaculizar el activismo y que van desde el endurecimiento de leyes a las amenazas directas contra personas.
Entre los colectivos más castigados, según Amnistía, están los defensores de Derechos Humanos en Chechenia y los activistas LGTBI, “contra quienes se han registrado crueles agresiones”. Igor Kochetkov, que al frente de la Red LGBT Rusa sacó a la luz los abusos cometidos en Chechenia, recibió amenazas de muerte en enero y no hay muestras de que la Policía haya investigado el caso en profundidad, ha lamentado la organización.
La investigadora Natalia Prilutskaya ha advertido de que “trabajar sobre los Derechos Humanos en la Rusia actual es como atravesar un campo de minas”, en el que puedes ser objeto de todo tipo de abusos: “palizas brutales a manos de agresores ‘desconocidos’ a quienes nunca se encuentra, procesamiento penal y encarcelamiento por un delito que no se ha cometido, parálisis económica mediante congelación de cuentas bancarias y multas desorbitadas o atención intrusiva de los medios de comunicación contra familiares cercanos”.
Prilutskaya ha reclamado a las autoridades el fin de las “represalias” y de las “campañas difamatorias”, dos abusos convertidos ya en el “modus operandi” de unas autoridades que no investigan “de manera imparcial y efectiva” los delitos cometidos contra activistas.
Además, ha solicitado la derogación de leyes “excesivamente restrictivas” que perjudican el trabajo de las ONG, así como el cumplimiento de los compromisso internacionales suscritos por Rusia en materia de Derechos Humanos y de protección de quienes los defienden.