El abogado y jurista venezolano Alejandro Rebolledo, experto en crimen organizado, asegura que la única manera de solucionar este conflicto es volver a institucionalizar la justicia
Los intensos tiroteos ocurridos la pasada semana en el oeste de Caracas, cuando un grupo de delincuentes se enfrentó por más de 24 horas a las fuerzas de seguridad del Estado, aún no han llegado a su fin. Las causas que dieron pie para la creación de bandas criminales, con armas de guerra y bunkers de seguridad, están vigentes por lo que existe el temor de que estos hechos se repitan de una manera más sangrienta y afectando a más comunidades de la capital y de todo el país.
RL / Idaed / Diariolasamericas
El abogado y jurista venezolano Alejandro Rebolledo, experto en crimen organizado, asegura que la única manera de solucionar este conflicto es volver a institucionalizar la justicia en Venezuela, para pasar de los operativos momentáneos a una solución duradera.
“Es necesario tener un fiscal general y una fiscalía que puedan actuar de manera permanente. Unos policías que puedan actuar sin miedo, sin tener que llamar para preguntar si un sujeto se procesa o se suelta. Se requiere de un Defensor del Pueblo para que pueda ejercer de verdad sus funciones. Con esta reinstitucionalización se puede generar una política de seguridad que requiere que las instituciones no sean tímidas o frágiles, debido a cómo actuar, ante un hecho determinado”.
Rebolledo asegura que los operativos aplicados a la banda criminal de la Cota 905 son “paños de agua caliente”, porque es bien sabido que este tipo de delincuentes tienen sus escondites y zonas de enfriamiento, para poder resguardarse por un tiempo y luego actuar con mayor fuerza.
“Estas mega bandas han llegado a acuerdos con distintos socios en esas zonas donde se protegen. Lo importante es conocer a estos cabecillas. ¿Dónde están las guaridas? ¿Quién les provee el armamento, las municiones? ¿Cómo se financian? Ese es el verdadero trabajo de investigación que se necesita”.
Más allá de Caracas
Rebolledo, quien lleva varios años estudiando las mafias internacionales que operan en Venezuela, asegura que en el Arco Minero (zona donde se extrae oro, cobre, diamante, coltán, hierro, bauxita y otros minerales de manera ilegal e indiscriminada) actúan bandas similares a la de la Cota 905 y se financian con la extracción ilegal de estas riquezas naturales.
“La delincuencia tiene el control de Venezuela. Las mafias son organizaciones de poder que se infiltran en las instituciones del Estado y las manejan a su antojo. Cuando nosotros hablamos de que la mafia china, la mafia turca, la mafia iraní, el narcotráfico mexicano y colombiano están en el control de Venezuela, algunos no prestan atención, pero es lo que está ocurriendo”.
Explica el experto que en la estructura criminal están las mafias y por debajo están las mega bandas, que son quienes cometen los delitos.
“Las mafias funcionan como si fuesen una corporación gerencial, por lo que “el presidente de la corporación” necesita esas gerencias de contrabando de oro, de contrabando de gasolina, de coltán, y con esos grupos de delincuencia organizada tiene una especie de subcontratación por áreas”.
“Estos sujetos de las mega bandas, son delincuencia organizada que está en todo el cordón del territorio nacional. ¿Por qué? Por una gran impunidad. Ese es el dilema de Venezuela, la impunidad”.
¿Defensa de qué?
Rebolledo recuerda que debido a esa visión ideológica y filosófica de los sujetos de izquierda que gobiernan el país, que creen que van a ser invadidos o que van a ser sacados del poder por la fuerza, fueron entregando armas en una serie de barriadas, donde también se ofreció entrenamiento militar con el pretexto de “defender a la Patria”.
Recalca que lo mismo ocurrió en los centros penitenciarios donde recibieron formación militar.
“A partir del 2013-2014 comienzan las zonas de paz, cuando se unieron una serie de sectores para tratar de hacer política con ellos. Con criminales buscados por diversos delitos, como homicidio, secuestro, tráfico de drogas. Con esos sujetos estos señores trataron, se sentaron, convinieron y pactaron. De esa manera las bandas fueron encontrando, por supuesto, formas de entenderse entre ellas, y han logrado tener conexiones que hacen posible que cuando se metan con una la otra los protege y los ayuda”.
Rebolledo afirma que este monstruo fue creado por el propio régimen.
Complicidad interna
El jurista venezolano quien ha denunciado en diferentes oportunidades que la dictadura de Nicolás Maduro no enfrenta a las bandas criminales porque son parte de su política de Estado, destacó que el armamento militar que poseía la banda en la Cota 905 solo es posible con la complicidad de los organismos de seguridad de la dictadura.
“Estos sujetos tenían un variado armamento que llama la atención no solo por lo costoso, sino por el tipo de armas. Municiones calibre .50 o calibre 7.62 que es la que se usa en los FAL (fusil de combate). Esto nada más ocurre con la complicidad de gente dentro de los organismos de seguridad, que están más que infiltrados. Lo que ocurrió en Caracas en días pasados fue que el monstruo les creció y se volvió incontrolable”.