Las autoridades han descubierto que la guerrilla está utilizando un poderoso y sofisticado armamento que no es fácil de encontrar. Señalan que la Fuerza Armada venezolana podría ser uno de sus proveedores.
La diversidad de armamento ilegal que circula en Colombia, para matar indígenas, policías y civiles, causa alarma al gobierno de ese país.
El fenómeno se encuentra en la lista de prioridades dentro de la política de seguridad nacional. Estados Unidos también ha manifestado su preocupación. Incluso, se va a crear una nueva categoría de blancos por perseguir: la delincuencia organizada transnacional.
Las autoridades en Colombia han descubierto que la guerrilla está utilizando un poderoso y sofisticado armamento que no es fácil de encontrar.
De acuerdo con las investigaciones, los principales proveedores de dichas armas serían los carteles mexicanos Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y los Zetas, así como también los brasileños: la Familia del Norte, el Primer Comando y la Familia Vermelho. Estos estarían pagando los cargamentos de coca con armas modernas y empoderando militarmente a bandas y a disidencias.
Entre las armas recuperadas durante el acuerdo de paz por las Naciones Unidas se recuperaron lanzacohetes RPG antitanque y antiaéreo, lanzagranadas y fusiles.
La corrupción en Venezuela
Jeremy McDermott, de InSight Crime, le dijo al diario El Tiempo que cree que la confrontación armada que ocurre en algunas zonas del país podría llegar a una instancia superior si empiezan a llegar misiles tierra-aire, que derriban hasta aviones de combate Super Tucano.
“El peor escenario es que el régimen de Nicolás Maduro acceda a apoyar a disidencias o al ELN con este tipo de armamento. No creo que sea tan torpe como para hacer eso. Pero recuerde que en los correos incautados a ‘Raúl Reyes’ se alcanzó a hablar de una transacción de 300 millones de dólares para adquirir a Hugo Chávez esos misiles”, explica McDermott.
Agregó que no se debe subestimar la corrupción en las filas de la Fuerza Armada venezolana y de otros vecinos. Aseguró que ellos son quienes terminan nutriendo a grupos ilegales en zona de frontera.
“La mala relación que hay con el régimen de Maduro ha impedido ejecutar una tarea conjunta para establecer las rutas por las que llegan armas desde allí”, agregó el experto Gabriel Cifuentes.