Estados Unidos nunca vivió un año con tantos tiroteos masivos como 2019. Eso, al menos, reveló un conteo compilado por la agencia de noticias Associated Press, el diario USA Today y la universidad Northeastern de Chicago.
Según el estudio, en 2019 hubo 41 tiroteos y un total de 211 muertos.
Los asesinatos en masa se determinan por número de personas muertas.
Cuatro o más víctimas fatales en el mismo incidente, excluyendo al autor, ya se considera un tiroteo en masa, o mass shooting en inglés.Saltar las recomendacionesQuizás también te interese
Fin de las recomendaciones.
Entre los más graves en 2019 estuvieron los asesinatos de 12 personas en Virginia Beach en mayo y 22 en El Paso en agosto.
Según los investigadores, de los 41 casos en 2019, 33 fueron con armas de fuego.
California -con ocho- tuvo el mayor número de asesinatos en masa por estado.
La base de datos registra asesinatos en masa desde 2006, pero la agencia AP tuvo en cuenta investigaciones desde 1970 que no revelaron un año con más tiroteos.
El año con el segundo mayor número de tiroteos en masa fue 2006, con 38.
Aunque 2019 tuvo el mayor número de incidentes, el número de muertos, 211, es menor al de 2017, cuando un total de 224 personas fueron asesinadas en este tipo de incidentes.
Ese año se produjo el tiroteo masivo más mortífero en la historia de Estados Unidos, cuando 59 personas murieron en un festival en Las Vegas.
Los investigadores explicaron que muchos asesinatos en masa en Estados Unidos no son conocidos públicamente porque involucran disputas familiares, casos de drogas o violencia de pandillas, y no tienen repercusiones en lugares públicos.
Enojo y frustración
El criminólogo y profesor de la Universidad Estatal Metropolitana de Minnesota, James Densley, señaló que el número de tiroteos en masa aumentó a pesar de que el número general de homicidios se redujo.
“Como porcentaje de los homicidios, estos asesinatos en masa también representan cada vez más muertes”, dijo a la agencia AP.
El profesor Densley afirmó que el aumento es en parte consecuencia de un “momento de enojo y frustración” en la sociedad estadounidense, pero agregó que los delitos tienden a ocurrir en oleadas.
“Esta parece ser la era de los tiroteos masivos”, concluyó.
Los derechos de porte de armas están consagrados en la segunda enmienda de la Constitución de EEUU, y el aumento en los tiroteos masivos no ha tenido un impacto concreto en la agenda legislativa del país.
En agosto, luego de los ataques mortales de Dayton, Ohio y El Paso, el presidente, Donald Trump, dijo que los miembros del Congreso tendrían que realizar una “discusión seria” en busca de verificaciones de antecedentes “significativas” para los propietarios de armas.
Sin embargo, Trump se echó para atrás en esa intención, según se dio a conocer en una larga conversación telefónica que el mandatario tuvo con Wayne LaPierre, director ejecutivo de la Asociación Nacional del Rifle, un poderoso grupo de lobby que se opone a las medidas de control del porte de armas.
En declaraciones a periodistas después de la llamada, el presidente dijo que Estados Unidos tenía “verificaciones de antecedentes muy fuertes en este momento”, y agregó que los tiroteos masivos se producían por “problemas mentales”, una teoría frecuentemente usada por los defensores del statu quo.
A principios de este mes, el candidato presidencial y ex vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, utilizó el séptimo aniversario del tiroteo en la escuela de Sandy Hook para reiterar su intención de promover regulaciones más estrictas.
Los planes de Biden incluyen una prohibición en la fabricación y venta de armas y verificaciones de antecedentes obligatorias para todas las ventas de armas.
Otra aspirante presidencial demócrata, Elizabeth Warren, describió planes a principios de este año para reducir las muertes por armas de fuego en un 80% con una mezcla de legislación y acción ejecutiva.
Warren también ha pedido una verificación de antecedentes más sólida, así como la capacidad de revocar licencias para traficantes de armas que violan la ley.