Doctor Alejandro Rebolledo, hoy se conmemora el Día Internacional para Prevenir y Combatir Todas las Formas de Delincuencia Organizada Transnacional. ¿Cuál es la importancia de dedicar un día a esta causa?
Este día es fundamental para visibilizar una amenaza global que afecta no solo la seguridad, sino también el desarrollo económico y la estabilidad de los Estados. La delincuencia organizada transnacional opera sin fronteras, debilitando los avances del Estado de Derecho e impactando gravemente a las víctimas. Dedicar un día a esta causa no solo honra a quienes han luchado, como el juez Giovanni Falcone, sino que también fortalece el compromiso internacional para combatir este flagelo de manera coordinada.
¿Qué desafíos enfrenta la comunidad internacional en la lucha contra la delincuencia organizada transnacional?
Los principales desafíos son la naturaleza transnacional y adaptativa de estas redes criminales. Hoy en día, los grupos son más pequeños, ágiles y sofisticados, utilizando tecnologías como activos virtuales y el ciberespacio para expandir sus operaciones. Además, estas organizaciones explotan situaciones de crisis, como la pandemia de COVID-19 o conflictos armados, para maximizar sus ganancias. Frente a esto, la cooperación internacional se vuelve indispensable, porque ningún Estado puede enfrentar este problema de forma aislada.
¿Podría explicarnos cómo la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional ha ayudado en esta lucha?
La Convención es una herramienta clave, pues establece un marco jurídico común para que los Estados combatan juntos el crimen organizado. Provee directrices para criminalizar actividades como el tráfico de personas, el contrabando de migrantes y el lavado de dinero, además de promover la cooperación internacional en la extradición, asistencia jurídica mutua y fortalecimiento de capacidades. Su impacto radica en que ha sido ratificada por la mayoría de los Estados, demostrando un compromiso global.
En su experiencia como experto en prevención del crimen organizado, ¿qué estrategias considera prioritarias para fortalecer la lucha contra estas redes criminales?
Primero, reforzar la cooperación entre Estados y sectores, incluyendo empresas y sociedad civil. Segundo, invertir en tecnología para combatir el cibercrimen y rastrear el uso ilícito de activos virtuales. Tercero, priorizar la educación y formación de las fuerzas de seguridad y judiciales para identificar, investigar y enjuiciar estos delitos de manera efectiva. Finalmente, fomentar la prevención, abordando las causas estructurales que alimentan el crimen, como la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades.
¿Qué mensaje quisiera enviar a las víctimas y a quienes trabajan en la lucha contra la delincuencia organizada?
A las víctimas, mi solidaridad y mi compromiso de seguir trabajando para que sus voces sean escuchadas y sus derechos protegidos. A quienes combaten esta amenaza, mi reconocimiento y ánimo para continuar, recordando que cada esfuerzo contribuye a un mundo más seguro. Este día no solo nos recuerda los desafíos, sino también que unidos podemos vencer.
“El 15 de noviembre no es solo un día en el calendario; es un llamado a la acción. La delincuencia organizada no descansa, pero tampoco lo haremos quienes luchamos contra ella. ¡Juntos podemos construir un mundo donde prevalezcan la justicia, la seguridad y la dignidad humana!”
