Las autoridades panameñas desmantelaron esta semana una congregación religiosa llamada «La Nueva Luz de Dios», radicada en una zona remota del país.

Según testimonios de algunos sobrevivientes, los miembros del culto secuestraban y torturaban personas para sus ritos. En el momento de su captura tenían a una veintena de personas secuestradas, entre ellos, niños y mujeres embarazadas.

Un misterioso caso de una secta religiosa a la que se le acusa de haber cometido múltiples secuestros y asesinatos para sus rituales tiene conmocionada a la sociedad panameña.

Las fuerzas especiales de Panamá detuvieron en una apartada localidad indígena a 10 presuntos miembros de la «secta La Nueva Luz de Dios». En la operación rescataron a 15 personas que mantenían secuestradas, incluidos menores, a las que causaron golpes y heridas durante supuestos rituales.

«La oportuna intervención de las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional, evitó que otras 15 personas fueran asesinadas», según la Fiscalía.

Tanto las personas rescatadas como los 10 capturados fueron trasladados hasta la ciudad Santiago de Veraguas desde la remota localidad Alto Terrón de la comarca Ngäbe Buglé. Entre los liberados hay siete niños y dos mujeres embarazadas que han sido atendidos por personal médico. Algunos de los rescatados presentan golpes y quemaduras.

Fotografía de uno de los menores rescatados. Foto: Melquiadez Vásquez – Panamá América

El caso de la secta trascendió cuando al hospital de Veraguas ingresaron tres hermanos con quemaduras y golpes. Didier Valdés de 16 años mantenía quemaduras de primer y segundo grado en cara, torso y espalda. Yolena Valdés de 20 años mantenía con golpes en la cara y Epifania Valdés de 29 años tenía golpes en la cara.

La información que entregaron estas personas ayudó a que se hiciera la operación contra la secta. Tras la liberación, un equipo de la fiscalía se trasladó al lugar para verificar la existencia de fosas y dieron con un terrible hallazgo.

Las autoridades encontraron una fosa común en la que se encontraron siete cuerpos, entre ellos el de una mujer y sus cinco hijos. El séptimo cadáver corresponde al de un adolescente de 17 años, cuya identidad aún se desconoce.

«El Ministerio Público confirma la ubicación de una fosa con 7 cadáveres, correspondientes a 6 menores de edad de 1, 3, 9, 9, 11 y 17 años. Además de una mujer adulta que estaba embarazada de aproximadamente 4 a 6 meses, madre de 5 de los menores», publicó el organismo judicial en su cuenta de Twitter.

Lugar donde estaba asentada la secta religiosa. Foto: Google

Uno de los fiscales a cargo del caso dijo que los cadáveres hallados en la fosa presentan claros signos de tortura, y que entre los detenidos por este caso hay familiares de las víctimas.

De hecho, la cadena Telemetro informó que uno de los supuestos miembros de la secta presuntamente asesinó a su hija y sus cinco nietos menores de edad porque «no querían convertirse».

Las labores de los forenses han sido arduas dado que la fosa está en un lugar muy apartado, de muy difícil acceso en medio de una selva húmeda y unos 2 kilómetros de distancia de la aldea Alto Terrón, algunos de cuyos habitantes guiaron hasta allí a las autoridades.

Los medios locales han señalado que los presuntos pastores son indígenas de la misma comarca, pero no está claro cuándo ni dónde surgió la «secta La Nueva Luz de Dios».

«Estamos hablando de un tema complejo, de un grupo que se dedicaba a maltratar y cometer actos criminales en contra de la comunidad», declaró el fiscal superior regional de la provincia de Bocas del Toro, Rafael Baloyes.

El pasado 5 de diciembre las autoridades panameñas detuvieron a 17 extranjeros, entre ellos dos niños, supuestamente integrantes de otra secta religiosa, en un operativo realizado en la localidad costera de San Carlos, a unos 75 kilómetros al oeste de Ciudad de Panamá.

Idaed