19 abril, 2024 5:02 pm

Cómo madrugan los venezolanos para cambiar petros por comida

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Cuatro pensionados relatan su experiencia al intentar canjear el “petroaguinaldo” del gobierno. Beneficiados critican la forma y el método de recibir una criptomoneda que no saben cómo usar.

Suena el reloj despertador. Son las 3:00 de la madrugada, hora de levantarse para Aixa Morales, una pensionada y ama de casa venezolana, de 69 años, quien interrumpe su descanso para ir a un supermercado cerca de su hogar y comprar alimentos. La mujer vive al sur de Maracaibo, capital del estado Zulia, ubicada a unos 700 kilómetros al oeste de Caracas.

Salir de su hogar a esa hora es poco usual, a menos que se trate de una emergencia médica, pero en esta ocasión está mentalizada en pasar horas en una fila e intentar cambiar el “petroaguinaldo”, un airdrop de 0.5 PTR, enviado por el gobierno de Nicolás Maduro a los más de tres millones de pensionados y trabajadores públicos del país.

Aixa no conoce mucho sobre el petro y tampoco sabe cómo usarlo. Sin embargo, sus vecinos le han dicho que puede cambiarlo por alimentos usando el sistema biopago del Banco de Venezuela, un tipo de punto de venta que usa las huellas digitales del usuario para la transferencia de fondos y que está conectado con la plataforma Patria, en donde están los petros. Eso sí, debe madrugar si quiere tener mejores posibilidades de hacerlo debido a la gran cantidad de personas que llegan con el mismo fin.

Las personas consultadas se quejaron por lo lento que resulta el proceso para ingresar a los establecimientos. Foto: Rafael Gómez Torres

“Estoy haciendo la cola (fila) desde las 4:00 de la madrugada y ya tenía 28 personas adelante. Aquí hacen una lista para organizar a la gente en la entrada. El proceso es lento, el sistema se cae a cada rato. Fíjese la hora que es y no he entrado. Se cae demasiado la señal. Primera vez que voy a usar el petro, los precios aquí son más caros, pero hay que gastar eso”, contó Morales a CriptoNoticias este lunes 30 de diciembre cerca de la 1:00 de la tarde.

En el lugar se hacen dos filas. Una para los pensionados o trabajadores públicos en condiciones físicas estables y otra para los pensionados que están incapacitados, en sillas de ruedas, con muletas o que sufren de alguna enfermedad crónica. A estos últimos les dan prioridad, mientras que el resto de los beneficiados espera afuera del establecimiento.

En su mayoría, las personas que esperaban lo hacían sin compañía de familiares o personas más jóvenes que los pudieran asistir con agua, alimentos o hacer la fila por ellos. Para contrarrestar las altas temperaturas de la ciudad y hacer más llevadero el tiempo de espera, a los pensionados se les habilitaron sillas y un toldo (quitasol o pérgola) para que no permanecieran de pie mientras aguardaban su turno.

Pocos establecimientos disponibles

Quien sí cuestionó la asignación del medio petro para los pensionados y trabajadores públicos fue Luis Fernández, de 65 años, quien no ocultó su disgusto por tener que gastar los petros haciendo una larga fila y perder tiempo en uno de los pocos establecimientos disponibles para su uso.

Quienes deseen comprar alimentos u otros productos con petros en los establecimientos autorizados deben madrugar. Foto: Rafael Gómez Torres.

«Esto es lo peor que ha hecho el gobierno, esto es un castigo y una burla a la existencia de Dios. Hay que gastar los petros, pero aquí hay solo tres comercios que los reciben.

Por la edad que uno tiene ¿para dónde voy a ir? aquí vienen viejitos discapacitados, hay dos colas de personas de la tercera edad, esto es una desorganización», refirió el hombre quien también debió madrugar para intentar llevar alimentos a su hogar.

La escena que se vive al sur de Maracaibo es similar a la de cientos de locales comerciales de todo el país. Caracas, Valencia, Puerto La Cruz o Barquisimeto son otros ejemplos en donde las largas filas están a la orden del día.

No hay información clara sobre cuántos locales existen en el país en los que se puedan canjear los petros por productos. Hay versiones que afirman que se trata de unos 4.800, otras fuentes aseguran que son más de 27.000 negocios los que procesan este tipo de pago.

Lo cierto es que, aunque el gobierno otorgó un tipo de bonificación a las personas de la tercera edad y a los empleados públicos, los entrevistados sugirieron que si se quería dar un beneficio económico, se debió hacer en bolívares o a través del carnet de la Patria en forma de bono y que cada quien lo gastara en donde quisiera.

Al menos esa es la opinión de Antonio Suárez, un exeducador de 65 años, quien indicó a este periódico: «Lo que debieron hacer es depositar los fondos en bolívares bajo la figura de bono en el carnet de la Patria y después uno mismo lo transfiere a su banco. La otra solución es que todos los negocios acepten el petro con el sistema de huellas para que uno no tenga que pasar por estas situaciones. No nos sirve que esta modalidad se acepte solo en algunos establecimientos».

El carnet de la Patria es una identificación paralela a la cédula de identidad de los venezolanos que fue creada por el gobierno para otorgar bonificaciones como forma de subsidios sociales a quienes se hayan registrado en la plataforma. Lo que desea Suárez iría contra corriente a lo que buscaría el gobierno de Venezuela de fomentar el uso del petro como criptomoneda en diversos niveles.

Fiscalización de las operaciones

Este domingo 29 de diciembre comenzó una inspección en todo el país para verificar cómo se estaban desarrollando los pagos con petro. Así lo anunció la ministra para el Comercio, Eneida Laya Lugo, quien a través de twitter, indicó que se habían realizado operativos en San Fernando de Apure.

Además, señaló que el despliegue de funcionarios era para «verificar que los productos pagados con el Petroaguinaldo no sean objeto de comisiones o variaciones de su precios».

Esta situación ha sido denunciada en redes sociales por diversos usuarios quienes reclaman a los comerciantes el por qué se incrementan los precios cuando se trata de un pago con petros. El usuario @CyborgThe publicó en la red social: «falta Calabozo, Guárico, donde los comercios con biopago, cobran el triple de cada producto y las autoridades no hacen nada a respecto».

Al menos unas 100 personas estaban alrededor del supermercado para ingresar. Foto: Rafael Gómez Torres.

Así como hay pensionados que cuestionaron la medida, hay otros como Fátima Chacón, ama de casa de 57 años, que apoyó el anuncio de Maduro para adquirir productos con petros en medio de la crisis económica y la hiperinflación que experimenta Venezuela.

Al ser consultada por CriptoNoticias destacó: «vine el pasado viernes y el aparato que lee la huella no me la leyó. La muchacha que estaba en la caja me dijo que tomara un ticket y que con ese ticket ya no iba a hacer cola cuando regresara. Regresé hoy lunes y compré harina de maíz precocida en 65 mil bolívares, queso en 220 mil, papas y zanahorias en 120 mil bolívares y mantequilla de 500 gramos 95 mil bolívares».

La mujer admitió que los precios son más caros que en los lugares en donde no se procesan pagos con petros. Sin embargo, defendió la medida del gobierno al decir que «los beneficios son muchos, recibo mis medicinas y alimentos vía Clap».

Los pensionados mantienen las dudas, la ansiedad y críticas sobre cómo se ha desarrollado la entrega del bono y especialmente sobre cómo es el proceso para beneficiarse de él, algo que muestra el desconocimiento que hay en el país en cuanto al petro, sobre todo en personas de la tercera edad.

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